Aunque
Simón Casas crea lo contrario
Las
dudas que declara Simón Casas acerca del nivel cultural de los aficionados, como
dijo con palabras algo rudas en su entrevista con el diario El Mundo, no tienen
fundamento alguno. Más bien hay que interpretarlas como un simple desahogo, que
problemas no le faltarán teniendo por delante 34 tardes de toros. Y es que la
última encuesta de los hábitos culturales de los españoles no deja lugar a la
duda: los aficionados a los toros se sitúan muy por delante de la media
nacional en los distintos baremos que se utilizan como indicadores. Se trata de
una encuesta que, por más señas, lo que viene a confirmar es la buena posición
que ocupan los aficionados en toda la serie de estas encuestas culturales.
Redacción www.taurologia.com
Con este proceder tan propio de quien habla más
que piensa, Simón Casas no ha podido ser más rotundo: "Los toros son
cultura, pero... ¿aquí quién coño es culto?", como dijo en la excelente
entrevista que le hizo Zabala de la Serna para el diario El Mundo.Y se equivoca
de medio a medio el empresario. La cultura no radica en tener muchas licenciaturas y ni se sabe cuántos
Masters –ahora tan dañados en cuanto a reputación--; la Cultura con mayúscula
va mas allá de todo eso. Y desde luego,
pasa muy por delante de lo que no es más que un verbo fácil y hasta exuberante,
que luego en muchas ocasiones no responde a la realidad.
Ser culto requiere de mayores requisitos. Es
posible que para ser organizador de espectáculos taurinos no resulte necesario
ser además una persona culta, tal como se entiende ese término, aunque los hay
y los hubo. Le pueden bastar con los conocimientos básicos del Sector y algún
que otro asesor jurídico y económico. con los que el productor francés no
cuenta.
Pero aunque
Casas no lo crea, puede tener la seguridad de que en Madrid, y fuera de Madrid,
entre los aficionados que se sientan en los tendidos hay muchísima gente
profundamente culta, a la que le habrá molestado tan burdo desprecio.
La realidad es muy distinta a lo que cree el hoy
gestor de Las Ventas. Lo ha venido a demostrar la última encuesta sobre los
hábitos culturales de los españoles. Entre los datos que aporta, que vienen a
confirmar los de años anteriores, se comprueba que quienes van a una plaza de
toros:
✔un
40,5% también visitan los museos, superando ampliamente a la media nacional,
que es del 33,3%
✔un
65,8% tiene una apreciable tasa de lectura, mientras que la media del país se
sitúa en un 62,2%
✔un
31,2% frecuentan los teatros, en tanto la media nacional baja hasta el 23,1%
✔un
40,9% asisten a conciertos, mientras que la media general se queda en un 29,2%
Y es que la concepción cultural de la Tauromaquia
no se funda principalmente en el número de pintores, de escritores o de poetas
que a lo largo de los siglos se han preocupado y se han ocupado de ella. Se
fundamenta primariamente en constituir una actividad de creación de un arte,
que es fruto del espíritu íntimo de los artistas. Con razón, la propia Academia
de la Lengua no deja lugar a dudas cuando define la Tauromaquia con unas
palabras muy precisas: el arte de lidiar toros.
Tiene que así, porque Tauromaquia va mucho más de
ser un mero espectáculo. Como dice la ley,
“forma parte del Patrimonio Histórico Español”, en el que se incluyen
los bienes muebles e inmuebles, pero también
“los conocimientos y actividades que son o han sido expresión relevante
de la cultura tradicional del pueblo español en sus aspectos materiales,
sociales o espirituales”.
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