viernes, 31 de diciembre de 2010

ADIOS AL 2010

Al maestro Francisco Martínez de la Vega

JARDINERO DE SAN MATEO

Pasada la ráfaga sentimental de Navidad, -decía FMV, en Hoy, en 1949-, las últimas fechas del calendario  inspiran siempre un propósito y una esperanza. Para el primero es menester un examen retrospectivo de autocrítica en el que aspiramos a conocer las causas de nuestros fracasos y los orígenes de nuestras debilidades.  Para la segunda, sólo hay que dejarse llevar de la condición humana, pues por fortuna la esperanza sigue siendo barata en una época en donde todo encarece. 

Quizás por eso, los hombres pobres y los pueblos desdichados derrochan con tan generoso y admirable candor la riqueza de un ánimo que desdeña los rigores del presente para consolarse en los sueños del porvenir, peligrosamente incierto. En estos últimos días del año todos somos contadores entregados a la íntima tarea del balance. Nuestra resolución, por lo general, está tomada desde antes de que escudriñemos en la conciencia las partidas del debe y del haber. 

Somos incorregiblemente optimistas y ante la proximidad del año nuevo, confiamos en que todo marchará mejor y que nuestros anhelos, vanidades y aspiraciones se verán sastisfechos en plenitud en esa vida nueva del año que llega. Pero gustamos de hacer el recuento anual para apuntalar la esperanza en propósitos en nuestras virtudes precarias y de enmienda de nuestras crónicas deficiencias.

Es así que estamos ante una encrucijada, saber reconocer el descalabro, la omisión, el error, la terquedad, el orgullo, nuestras vanidades al fin, y a la vez, aspirar a otro trecho de vida mejor, optimista, fraternal, de logros donde la integridad y la justicia, entre todos los principios prevalezcan. Pero cómo tomar este camino, si no nos hemos desembarazado de la carga pretérita que en la balanza del día, nos resulta extremadamente pesada. Quiebros al carácter alejándonos de  una  conducta  ya forjada, ahora, resultarían hasta indignos; un proyecto de labores que no recoja nuestra larga experiencia y disciplina, pareciera claudicación; un escrito que no responda a nuestras convicciones sería una mutilación a nuestro pensamiento; una  cátedra  sin fundamento, seriamos impostores.  Entonces, estamos en  el sendero  correcto, lo   que hay que modificar  es  el paso, deberá  ser más firme, más sereno, y más que antes, comprometido   con un destino justo y fraterno donde el hombre cumpla su máxima responsabilidad que es la de ser hombre.

Estamos ante un entorno esfavorable, los  jinetes del Apocalipsis cabalgan impetuosos para destruir lo que el hombre ha hecho en su peregrinar multimilenario. El hambre asola a la mitad de quienes viven, la guerra incendia a todos los rincones del planeta, se persigue incesantemente a muchos por su color, raza o religión, el peor cataclismo climático se avecina y la tierra se sacude con furia para que el hombre solo recoja a sus muertos. La libertad es restringida porque solo está en el papel, ha sido carcomida por el capitalismo rampante. La igualdad es solo aspiración estadística. La fraternidad  se va perdiendo hasta en las finas redes de la familia. El hombre se destruye a si mismo.

Aquí, la tierra de nuestros antepasados, la estulticia se antepone a la razón, ante tanto dolor nos volvemos indiferentes, una furibunda  ansia de poder y dinero se apodera de los mediocres, que dan paso a la corrupción en todas las instituciones, desde el  púlpito  hasta el escaño, del mesa banco hasta los mas altos puestos, todos involucrados en el pillaje del barco que se hunde; la firmeza de ideas,  su lucha y la honestidad  parecen  ser  solo paradigmas del pasado. El precipicio puede estar en la puerta  pero nadie le teme porque pensar en él es algo por demás complicado y hay que pensar en el momento, solamente, el día de mañana es el único horizonte que existe. 

Ante un mundo tan desconsolador, una exhortación es válida. Reforcemos nuestros lazos familiares, recobremos nuestros principios, seamos infatigables en la lucha por la justicia, ofrezcamos nuestra mano de alivio y enseñanza,, hagamos así un mejor porvenir, donde el hombre, la razón, la inteligencia y  la bondad vuelvan a prevalecer y sean norma de nuestra vida.

Seamos dignos de esta tribuna periodística, es un compromiso de honor al que hay que hacer frente con limpieza, con sinceridad, en busca de la reivindicación del oficio de periodista  y,  fundamentalmente de hombre. Esas son nuestras mejores armas.
                                                                  
¡FELIZ AÑO 2011¡

SEXTO FESTEJO DE ABONO – FERIA DE CALI 2010-2011: Mejor, ¿imposible?


Julián López,  nuevamente ha hecho historia en Cañaveralejo el día de ayer, al indultar un toro de César Rincón, lote de astados de primera, para una plaza de primera. Foto: EFE

Víctor Diusabá Rojas I Especial para Diario El País de Cali

CALI.- Bastó uno de los seis capítulos de la tarde. Y, claro, lo escribió El Juli con esos trazos que ya son una escuela. Por eso, Cañaveralejo volvió a ponerse a sus pies, esos mismos que clava en la arena para hacer el toreo de la quietud y el pasmo.

Otro faenón. Esta vez con el concurso de un toro de bandera, ‘Balsero’ de nombre, al que le abrió la puerta del indulto, luego de una interminable sesión de temple y mando, en la que la armonía de los protagonistas fue tan perfecta, que uno podría sospechar que había un acuerdo para conseguir esto, la cita perfecta.

De salida, el ejemplar de Las Ventas del Espíritu Santo metió la cara y por eso el capote se vio tan limpio en los lances de Julián. En verdad, no hubo una pelea a fondo en el caballo, pero eso pasó a segundo plano una vez las chicuelinas, ceñidas y de mano baja, encontraron eco profundo en los tendidos.

Con ese quite, partió la empresa de El Juli para buscar hacer una de las faenas de la feria. Antes, una salva de aplausos, la que saludó los buenos pares de Suaza y Santana.

Primero, los estatuarios, sembrado, con la arena hasta los tobillos. Esos mismos que apenas se movieron para dar a luz una trinchera y un pase de pecho, digno de una serie de muletazos profundos, que, no se afanen, ya vendrían.

Fueron tandas iguales en su calidad, pero diferentes en su concepción. Por ejemplo, en la primera de naturales, echó la mano adelante y llamó al toro, que fue con prontitud y presteza, como nunca dejó de hacerlo. Pero en la segunda, ya no hubo toque, ese llamado hecho con la muleta. No, hubo apenas una caricia al paño, casi imperceptible, tras la que corrieron una y otra vez las embestidas francas y con transmisión de ‘Balsero’.

Casi al final, Julián volvió a enterrarse en el oro fino del ruedo y ligó media docena de muletazos sin rectificar un milímetro. Todo estaba hecho y sólo faltaba la bendición de la Presidencia, que no tardó en caer sobre los lomos del toro del maestro César Rincón, mientras la plaza, que ya estaba cubierta de pañuelos blancos, se hacía un nudo de abrazos y parabienes.

Eso fue todo. Lo demás, fue lo demás. La corrida de Las Ventas del Espíritu Santo, hasta ahora la mejor presentada de la Feria, no rompió en ninguna de las demás cinco oportunidades. El propio Juli hizo lo posible en el quinto, el más alto de todos, y apenas pudo exprimirle, a punta de técnica y voluntad, unas gotas sin mucho sabor.

El Cid cortó una oreja al último, luego de fajarse con un toro que lo miraba con frecuencia y sin mucho cariño. El hecho de obligar al toro a embestir fue retribuido por un público que sabe como pocos la definición de agradecimiento.

En cambio, en el tercero, un dije en sus hechuras, Manuel Jesús debió pasar de la ilusión a la decepción, porque el animal terminó buscando algo que se le había perdido en las zapatillas del lidiador. Palmas.

Pepe Manrique dio lección de valor y categoría en el primero, que, aparte de desnudarlo, le dio una paliza de padre y señor mío, cuando el torero bogotano no quiso echar pie atrás mientras trataba de ligar una serie.

Pepe volvió a la guerra sin deslucirse y sin buscar efectismos en la galería. Y mató bien, sin traicionar sus principios, a pesar del señor mirón que tenía enfrente. El cuarto tuvo una mezcla de sosería y mal estilo. Palmas y silencio.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Cañaveralejo. 6ª de feria. Sol 32 ºC. Más de tres cuartos de aforo. 6 toros de La Ventas del Espíritu Santo (en Domecq), con lámina, bien presentados, algunos blandos, 1º encastado, 2º bravo, “Balsero” N° 605, castaño, astifino, de 450 kilos, indultado. Los otros bravucones.

Pepe Manrique, palmas y silencio.
Julián López "El Juli", dos orejas simbólicas y palmas.
Manuel Jesús "El Cid", silencio y oreja.

Incidencias: Pepe Manrique, cogido por el 1º, permaneció maltrecho hasta el final. Ricardo Santana y “Chiricuto” saludaron tras parear al 2º. El Juli, salió a hombros por la puerta "Señor de los Cristales" al finalizar el festejo.

jueves, 30 de diciembre de 2010

QUINTO FESTEJO DE ABONO – FERIA DE CALI 2010-2011: ¡Angustia y emoción en Cañaveralejo!

Andy Cartagena, El Juli y Santiago Naranjo se llevaron de a oreja en el traje andaluz, en noche de percances. Encierro de matices de Ernesto Gutiérrez Arango. Lleno en Cañaveralejo.
Impresionante ambiente el que tuvo lugar ayer en Cali, en el marco del festival nocturno benefico, el cual propició el primer lleno de la feria. Foto: EFE
Víctor Diusabá Rojas I Especial para El País de Cali

CALI.- Sobre el papel, todo pintaba para un banquete: un cartel que incluía un ramillete de figuras, una ganadería digna del mayor crédito —la de Ernesto Gutiérrez Arango— y el primer gran lleno de la Feria. Pero, paso a paso y novillo a novillo, el festival de la Feria tomó otro rumbo y así los ¡ayes! terminaron por suplir a los ¡oles! Mejor dicho, la emoción terminó viviendo en los terrenos de la angustia.

Quizás lo fácil sea decir que la ganadería sacó mal estilo y que por ahí se desfondó la noche. Mitad cierto, mitad mentira. Veamos. Para comenzar, no tuvo el encierro de anoche el comportamiento que corresponde a la tradición de carta casi segura de éxito, como estila la dehesa orgullo de Manizales. Y tampoco hubo en algunos ejemplares la presentación acorde con el toro que exige Cali.

Pero no menos evidente es que, como todo en la vida, los encastes tienen tantos atributos como defectos. Y que cuando estos últimos afloran, e incluso se imponen sobre las virtudes, hay que echar mano del conocimiento para convertir las lanzas en arados.

Y, en esa medida, a cada uno de los alternantes le tocó en suerte lidiar, que no es otra cosa que preparar para la muerte, con lo que le vino en suerte.

Por eso, por ejemplo, Andy Cartagena encontró un ejemplar que se aplomó en los medios y que puso en duda ese tópico según el cual lo que mejor le va al rejoneo es lo de Murube. Antes que claudicar, Andy fue a buscar lo suyo y en esas idas y vueltas adonde el toro se había asentado, logró hacer los puntos para llevarse una oreja.

A Julián López le salió un manso, así lo definió él en el callejón y cómo no creerle, y, en uso de esas facultades tan propias en El Juli, cambió los papeles con el novillo: el torero decidió embestir, para asombro del propio animal. Una oreja a ley.

El de Manuel Jesús El Cid pintaba para ser el mejor novillo toro de la noche. Claro, la mayoría de los asistentes ni se enteró porque, mala suerte, en ese preciso instante se armó una bronca en sol que concitó toda la atención del público. Entre tanto, Manuel pegaba lances templados y largos, al compás de un ejemplar que metía la cara: Enseguida vino el error que mató una buena posibilidad de echar arriba la noche: una vara prolongada acabó con la ilusión y el animal se paró. Palmas.

Vino entonces ese cuarto que dejó una estela de nervios y sustos. Primero trató de saltar al callejón. A continuación, arrolló a Paco Perlaza (conmoción cerebral fue el primer diagnóstico), en un lance, en el que más que vencerse encontró por delante la humanidad del torero. Y a partir de ahí el de Gutiérrez Arango se hizo rey a la defensiva, con la complicidad de un pésimo manejo de la lidia. De hecho, se llevó por delante a José Manuel Rebolledo, quien perdió pie en su cara. Muy valiente, Paco se mantuvo hasta el final y lo despachó, antes de perder el conocimiento en el callejón.

Quedaban dos. Uno, el quinto, que topó con un Cayetano Rivera lleno de dudas y temores. En algún momento, el novillo mostró cierta condición, pero como no lo quisieron ver, se marchó inédito. Quién sabe si era más una cosa o la otra.

La movilidad del sexto, más en Santacoloma, permitió que la gente sacara todo lo que tenía guardado entre pecho y espalda. La faena de Santiago Naranjo, ganosa antes que nada, encontró eco en los tendidos y de ahí salió una oreja, muestra del cariño por el muchacho que inicia su camino.

FICHA DEL FESTEJO
V festejo de feria. Seis novillos-toros de Ernesto Gutiérrez, de procedencia Murube-Santa Coloma, desiguales en juego. Destacó el último de la noche.

Andy Cartagena: Dos rejones (oreja)
Julián López "El Juli": Pinchazo y estocada. (oreja).
Paco Perlaza: pinchazo, entera desprendida y tres descabellos (división de opiniones)
El Cid: tres cuartos de estoque (palmas)
Cayetano Rivera: Pinchazo y estocada (silencio).
Santiago Naranjo: Dos pinchazos y entera (oreja).
Lleno en los tendidos.

CARTA ABIERTA A HERMILO LÓPEZ-BASSOLS... "Jardinero de San Mateo"

DON HERMILO LÓPEZ-BASSOLS  “Jardinero de San Mateo”

PRESENTE

Estimado Hermilo:

He leído con suma atención tu nota publicada este lunes 27 de diciembre en el diario Esto, en la que fundamentalmente destacan tus comentarios que intentan salvar de la debacle, al lamentable encierro que han enviado los señores propietarios de San Marcos, lo que te honra como amigo de ellos, pero quizá no correspondes a la grandeza en lo que a la ética se refiere; y no lo digo porque en lugar de firmar con tu nombre… utilices un seudónimo. No quiero pensar, como lo han hecho muchos, que es con el nada noble fin de esconderte en la sombra, lo que en la luz deberías de hacer.

La integridad manda a los hombres rectos, cabales, a ser responsables de sus actos, y una de esas responsabilidades está, como periodista al menos, en firmar con su nombre los escritos que se realizan. Eso, evidentemente da seriedad y credibilidad a quien distingue leyendo los puntos de vista expresados. Pero cuando la gente busca esconderse en el anonimato, produce un estado de absoluta desconfianza, porque no hay grandeza en quien escribe.

Ahora bien, al margen de lo anterior, también quedé atónito cuando elevaste, en tu escrito por supuesto, a caso ejemplar al periodista taurino español más desprestigiado en su propia España, ante los ojos que reprueban la corrupción. Sí, ante las buenas conciencias como son los exigentes aficionados  del Tendido Siete, de la Asociación de El Toro de Madrid, en fin, de tantos exigentes aficionados españoles, y tú lo elogias como si fuera un digno ejemplo a seguir. Cosas veredes.

No obstante, tampoco acabo de comprender, perdona por ello, la insistencia de volver a utilizar al toro Guadalupano de los señores Gómez -del que se te ha pasado reconocerle que fue repetidor y tuvo clase y calidad en su embestir-,  que si bien es cierto no debió haberse indultado, porque entre otras cosas, no peleó con los caballos, lo tomes como bandera para ensalzar a los seis toros de San Marcos, los que a pesar de lo que tu conciencia de amigo de los ganaderos pueda decir… fueron un compendio de falta de casta y falta de bravura.

Todos, como gente pública somos criticables, pero con fundamento, y para defender lo indefendible, como en este caso… la mansedumbre y el descastamiento de los toros que aparecieron en el redondel de Insurgentes, decidiste como dictador… fascista, enjuiciar a los toreros, y para ti dar por terminadas sus carreras, sobre todo, a la de uno de ellos, del que se aprecia sientes más odio personal, que un sólido fundamento, porque en tu escrito hace ver que desconoces de su trayectoria.

Sin embargo, ningún periodista acaba con la carrera de un torero. Sobre todo porque está en los toreros superarse, y no dudo que los tres del cartel lo consigan, muy a pesar de lo que el periodista pueda decir.

¿En verdad tú crees que el encierro tuvo bravura y casta?

Mira, los toros que fueron impecablemente presentados, al caballo asistieron con la cara alta, defendiéndose, tratándose de quitar el castigo, de pronto regalaban embestidas porque eran los propios toreros los que les obligaban hacerlo a través de insistir, no porque fuera la voluntad de los toros. Los toreros los hicieron ver mejor de lo que en la realidad fueron.

El segundo, cuando le tapó la salida el varilarguero para que no se saliera de la suerte, y tuvo que rectificar el puyazo porque era trasero, el toro se confió y, lo que hizo con el peso que traía, fue aventarlo para salir del encuentro, provocando un derribo (caída accidental del caballo) no un tumbo, en lugar de quedarse a pelear como lo hubiera hecho un toro bravo.

Creo que tú, mejor que nadie, sabes que los toros bravos se arrancan de largo, acuden abajo del peto y empujan con poderío con los riñones, hasta conseguir su objetivo de derrumbar al caballo; jamás avientan cornadas de manso arriba del peto para deshacer el encuentro, ni salen sueltos, como lo hicieron varios del encierro.

Es más, se percibió que los toros provenían de una ganadería sin definición, y si don Antonio Llaguno hubiera estado en el embudo de Insurgentes, le habría dado, seguramente vergüenza, de ver lidiar esos ejemplares que necesariamente tienen sangre de San Mateo.

Creo en los errores, y por eso, en este momento supongo que has caído en uno de ellos, y también supongo que a partir de este escrito, deberá de desaparecer Jardinero de San Mateo, para dar paso a Hermilo López-Bassols, una persona seria, inteligente, responsable; que tenga la grandeza de aceptar cuando se equivoca, y de dar la cara ante el público, porque criticar en el anonimato, cuestiona toda su honorabilidad, y hace ver una falta de autoridad moral para poder dar un juicio crítico.

Y me permito comentarte esto, porque como reza el adagio… “a los amigos se les hiere con la verdad para no asesinarlos con la mentira”. Buscando así… el burladero de alivio.

Seguro estoy que los ganaderos eran los primeros que no deseaban que sus seis toros resultaran mansos y descastados, pero otra cosa es que hayan resultado así, y tú te des a la tarea de encubrir el hecho y denostar a los toreros.

Ser un periodista va más allá de lo que tú estás haciendo, porque se tiene el compromiso con el lector, de ofrecer un argumento serio, independiente. De ofrecer una verdad sin compromisos.

Te saluda…

José Mata

martes, 28 de diciembre de 2010

CUARTO FESTEJO DE ABONO - LIII FERIA DE CALI TEMPORADA 2010-2011: Triunfo de El Juli quien ejecuta gran faena


El Juli ha impuesto su magisterio en el estreno de su paso por arenas colombianas en la presente campaña, cortando tres orejas, con la unanimidad que cataloga su tauromaquia. Foto: EFE
BALDOMERO CÁCERES VEGAS

CALI (Colombia).- La noble corrida de Ernesto Gonzales Caicedo ha permitido una tarde entretenida y observar los matices de cada unos de los toreros anunciados.

Sin duda lo hecho por El Juli, a su primero, ha sido lo más notable de la corrida y de lo que va de la feria. La suya, ha sido una larga faena, templada siempre, donde ha hecho vibrar a los tendidos a pesar de la falta de chispa del noble ejemplar. Culminó su obra con un estocadón, tras elevar más la temperatura reinante con redondos y cambiados en un palmo de terreno, con valor frío y vibrante quietud.

En su segundo, el toro de menos clase de la corrida, ejecutó una solvente labor, tras un quite de estudio. Lo fue metiendo por naturales y agregando el carbón para mantener la temperatura óptima para la petición final de oreja tras otra buena estocada.

Cayetano Rivera estuvo académico en su primero. Sus verónicas, el quite por tafalleras, fueron suaves y templados. Con las dos rodillas en tierra muleteó por alto cargando la suerte, encajado, tres modelos de alta torería. Tuvo problemas para calentar a los tendidos que se mantuvieron fríos a pesar de la pulcritud de Rivera que terminó su faena con toreros muletazos por bajo.

En el quinto de la tarde otro cárdeno típico del encaste, ejecutó unos primeros muletazos despacio acompañando la humillada embestida del toro que terminaba las series quedándosele en los tobillos. Pudo coser su faena con otro punto, dándole los muletazo hacia afuera y perderle pasos. Resultó trompicado y se detuvo por ello la música en una labor a menos.

Tomó la alternativa el caldense Santiago Naranjo que tuvo por primero «Pascualegre» nº 56, con 456 kg. Resultó este noble pero tuvo el defecto, bastante común en los ejemplares del mismo origen Santacoloma de terminar con la cara alta, distraído. La faena fue correcta y pudo cortar oreja de no haber fallado con la espada.

El sexto, un toro hondo y serio por delante, fue noble y el toricantano cumplió con altura. Su trasteo tuvo temple aunque terminó aburriendo al toro que se apagó algo sobre el final. EFE

FICHA DEL FESTEJO
Seis toros de D. Ernesto Gonzales Caicedo de procedencia Buendía-Santa Coloma, bien presentados, de apretadas carnes, que han sido nobles, aunque les ha faltado algo de chispa al segundo (que le dieron la vuelta al ruedo) y tercero que fueron quizás los mejores. El primero salía de los muletazos distraído, el cuarto ha tenido menos clase. El sexto un tío sin exceso de kilos se vino algo a menos.

Julián López "El Juli": Estocadón (dos orejas y petición de rabo) y estocadón (oreja)
Cayetano Rivera: Estocada desprendida (ovación tras petición) y entera tendida (saludos tras ovación).
Santiago Naranjo: Dos pinchazos y dos descabellos (ovación y saludos) y casi entera (ovación)
Tarde de sol y calurosa y dos tercios del aforo cubiertos. El Juli salió en hombros.

OPINIÓN EN EL SITIO: La hora de los profesionales

PACO AGUADO

Se va un año malo para todos, aunque dicen que el que viene será peor. La crisis sigue haciendo mella en todos los niveles de la sociedad y del mercado, mientras los bancos, los verdaderos culpables y únicos beneficiados de la situación, siguen sin soltar un duro de ese dinero con que les hemos refinanciado en tiempos de vacas flacas.

Para la fiesta de los toros, como fiel reflejo de la sociedad, son también tiempos duros, muy duros. Es cierto que esta larguísima crisis puede servir para llevarla de nuevo a unos números más lógicos, pero mientras se desarrolla ese proceso de reorganización se están viviendo momentos desesperantes, una extraña travesía del desierto que está poniendo a prueba no sólo el presente sino también el futuro del espectáculo.

La profesionalidad, envuelta en sentido común, es la única fórmula para que el toreo salga de la crisis Son muchos los problemas y pocas las soluciones que intentan atajarlos. Sobre todo por parte de un mundo del toro desesperantemente lento, condicionado por esa desconfianza y esa lucha de poder entre sus estamentos que impiden dar los pasos necesarios, y al ritmo urgente, a que obligan las circunstancias. Por eso la última y, en apariencia, definitiva reunión volvió a quedarse únicamente en intenciones.

Pero cada día que pasa los problemas de la Fiesta se agravan. Y más lo harán en un 2011 en el que las previsiones apuntan a otra reducción drástica de festejos en los pueblos, con unos ayuntamientos prácticamente en bancarrota y, por orden gubernamental, sin posibilidad de pedir créditos que saneen esas arcas que tanto engordó el ladrillo. Ante tan tétrico panorama, con todos sus protagonistas atemorizados, al toreo no le queda otra que reaccionar, en bloque y de una vez por todas. Ha llegado la hora de los verdaderos profesionales.

Profesionales que reconduzcan la situación a pie de obra, en el trabajo diario de la organización de un espectáculo íntegro y de calidad pero también asequible a los bolsillos de un público condicionado por esta brutal recesión. Profesionales de la empresa que se atrevan ya a echar a patadas a la turba de golfos reconocidos que ha convertido la organización de festejos de base en el patio de Monipodio. Empresarios profesionales que planten cara de una vez a unas corporaciones locales que, por intereses de la mala política, han hinchado las ferias hasta límites insostenibles a costa del dinero de los demás.

Es la hora de los auténticos profesionales del toro, en los despachos y en el ruedo. Es la hora de los buenos toreros, los que sean capaces de darlo todo ante los pitones y de no reservarse para lograr marcas numéricas, sino de entregarse al buen toreo para no defraudar a un público que hace verdaderos esfuerzos ante las taquillas. Es la hora también de los dignos, de los que cobran por torear porque saben que su sangre y su sudor no pueden malvenderse en el inframundo de los especuladores.

Para devolver categoría al espectáculo se necesita que también den el paso adelante los buenos profesionales de plata, relegados ahora por una legión de tuneleros que tergiversan la lidia y la propia economía de la Fiesta. Como también son imprescindibles para asegurar con sus consejos, su experiencia y su concepto ese futuro que encarnan los novilleros, en manos ahora, mayoritariamente, de arribistas e ignorantes del paño.

Es el momento de los profesionales de la cría del toro bravo, gentes del campo no sólo capaces de mantener viva la llama de la bravura sino también de estar a la altura de los asfixiantes requisitos que imponen los tiempos, la política y los públicos al desarrollo de un animal único pero tratado desdén funcionarial. Y es el turno también, por qué no decirlo, de los profesionales de la prensa, de aquellos que no se dejen perder más espacios porque sepan que lo que se dice, se escribe y se muestra a través de los medios de comunicación ha de obedecer a criterios única y exclusivamente periodísticos.

Ahora que José Tomás está a punto de darnos la buena noticia de volver a coger la espada y la muleta, es la hora de los profesionales. Porque la profesionalidad, envuelta en sentido común, es la única fórmula para que el toreo salga de la crisis.

TERCER FESTEJO DE ABONO- LIII FERIA DE CALI 2010-2011: Faenón de Bolívar

Luis Bolívar, a hombros ayer en Cali, ante los serios toros de Juan Bernardo Caicedo, donde una oreja cortaron El Cid y Luque. Foto: EFE
JORGE ARTURO DÍAZ REYES

CALI (Colombia).- La corrida fue partida, el contrastado talante de los astifinos y bellos juanbernardos así lo dispuso. Una primera mitad torera, encastada y emotiva, con un Bolívar rotundo en faena de trofeo al mejor toro, un Cid técnico y recursivo frente a un encastado incierto, y Luque obligando a un bravucón que no quería. La Segunda parte, mansa, farragosa y lánguida en que los toros se negaron y los esfuerzos fueron vanos.

Luís Bolívar le tiró al bravo tercero tres vibrantes largas cambiadas de rodillas, tres verónicas, dos chicuelinas y una media de molinete como declaración de guerra. Tras la corta pero recia vara de Romero, Luque recogió el guante y se fajó en el quite. “Sabio” atacaba con saña. Brindis al paisanaje, las dos rodillas en todos los medios, y desde las tablas el galope tendido fue puesto a orbitar en tres redondos mirando al público y un forzado, que incendiaron la plaza.

Distancia, prontitud, codicia, humillación y tranco de más, encontraron quietud, temple, mando y ajuste. Conjunción canónica. La faena fluyó líquida, inspirada, torrencial, impecable, por uno y otro pitón, tanda tras tanda, ovación tras ovación. Tres manoletinas de pie y otras tres de rodillas anunciaron el final, pero la gente no quería y chilló duro por la vida del bravo. El ganadero y el palco no accedieron y la estocada de la tarde le hizo honor a esa seriedad, y a la faena y a la raza. Vuelta al toro, y los máximos trofeos para el gallo del patio. Con el otro se fue a portagayola, quiso redondear, pero ya lo dijimos, fue un marmolillo impenetrable.

El Cid, obligado a precauciones por las avilanteces de un atacador incierto y peligroso, logró al final de mucha brega ponerlo a circular en torno a sí por tres ocasiones con sendos pases de pecho. Eso y una estocada desprendida pero fulminante le bastó a la parroquia para declararse bien pagada y exigir el premio impar. Con el quinto, fue luchar y luchar, a brazo partido, casi a pierna partida pues uno de los derrotes le alcanzó la derecha hiriéndolo antes de matar de pinchazo y fierrazo.

Daniel Luque se respeta, viendo a sus alternantes orejeados, salió a por todas pero se dio con un bicho altanero que le tiró derrotes y se le coló desde un comienzo. No se arredró, no desistió y dictó una bizarra cátedra de para qué es el toreo; para poderle a los toros, explicó sin hablar. Se arrimó, se acunó digámoslo mejor, y con su cuerpo como carnada, firme, tragando lo indecible, puso el insurrecto a obedecer, los cobres a sonar y el gentío a bramar. Para esto es el toreo, mostraba. Para mandar, no solo para abanicar con el pico delicados paseos borreguiles. Después del toro, todos lo entendimos, y de no haber sido porque el acero quedó trasero y a medias el premio a la espartana lección hubiese sido doble. Con el pétreo último, ni Frascuelo.

El rejoneador nacional Jorge Piraquive había aterrizado en este cartel por la necesidad de abrirle la corrida al ausente Manzanares. Su toro fue manso, verdad, pero él tampoco añadió ningún otro argumento para justificar su presencia. Debut inane.

FICHA DEL FESTEJO
Lunes, 27 Diciembre 2010. Cali. Plaza de Cañaveralejo. 3ª de feria. Tarde soleada 28 ºC. Tres cuartos de aforo. 7 toros de Juan Bernardo Caicedo (encaste Torrestrella) 478 kilos promedio, bien presentados, y de juego diverso, al 3º “Sabio” se le dio vuelta al ruedo.
Jorge Piraquive (rejoneador), silencio.
Manuel Jesús “El Cid”, una oreja y ovación
Luís Bolívar, dos orejas y palmas.
Daniel Luque, una oreja y silencio.
Incidencias: El Cid sufrió un puntazo en la cara anterior de la pierna derecha durante la lidia del 5º, y luego de matar fue suturado en la enfermería. Al final del festejo Luís Bolívar salió a hombro por la Puerta Señor de los Cristales.

lunes, 27 de diciembre de 2010

LIII FERIA DE CALI 2010-2011: La primera corrida de toros de la Feria fue un desencanto

Manolo Molés. Especial para Diario El País de Cali

La primera corrida de toros de esta feria fue un desencanto. Eso sería dicho finamente. Pero en lenguaje normal, la noche fue un fiasco, un desastre, una porquería. No se puede confeccionar un cartel con tan poco fundamento. Y encima, con una ganadería que hace poco pedían las figuras y ahora, a la vista de cómo está el ganado, la dejan para los pobres. Carteles como los de ayer tienen muchos problemas. Toreros animosos, a los que yo ni me atrevo a criticar, con muy poco oficio, con muy pocos festejos toreados y con un horizonte tremendamente complejo.

Si una corrida ya no vale para los ‘ricos’, tampoco debe valer para los modestos, porque a la postre quien la paga y quien la sufre es el público, el que pasa por taquilla y después de aburrirse soberanamente se va a su casa con el rabo entre las piernas, sin plumas y cacareando.

Hay que hacer otro tipo de carteles. Colombianos sí, por supuesto. Pero recuerdo ahora las repetidas palabras de aquel viejo y querido Ramón Ospina, con su talante y sus espinas, que decía: “Que los pongan por toreros, no por colombianos”. Y el viejo paisa acuñó una frase que sigue vigente. Que toreen los colombianos que merecen un puesto, que los mezclen con los toreros de afuera. Pero no me gustan ni los guetos ni las corridas mixtas. Dos de a pie y uno a caballo. ¿Eso qué es: carne o pescado? Pues ni una cosa ni la otra. Eso es un remiendo.

Lo mejor fue lo de Andy Cartagena. Es uno de los cinco grandes del torero a caballo. Andy tiene escuela, estilo, valor, oficio y una gran cuadra de caballos. Andy es un tipo serio, metido ayer en ese ‘totum revolutum’ del festejo mixto. Ni carne ni pescado.

Le deseo lo mejor a Guerrita Chico y a Cristóbal Pardo. Faltaría más. Ojalá que les lleguen oportunidades en este erial en el que habitan. Porque así es muy difícil estar bien. Les animo y les deseo lo mejor, aunque lo tienen crudo con el actual sistema.

Los toros de El Paraíso ni eran toros ni merecían habitar en El Paraíso. Al menos en el de los bravos. Mansos como diablos, parecían ángeles expulsados. Al menos en el de los bravos. Mansos como diablos, parecían ángeles expulsados a los espacios siderales del descastamiento. Su amo Jerónimo Pimentel es un gran tipo, artífice de la importación bovina de Colombia. Un taurino con mil y unas historias en su haber. Y es curioso este su hierro paradisiaco con encaste Domecq, tuvo un momento que era miel de romero para las figuras y ahora ha sido repudiado por los grandes porque la falta de casta es una evidencia terriblemente visible.

Mucho tendrá que reparar Jerónimo ante esta situación. A la casta de sus toros les ha echado demasiada agua. Y quitarle el agua al vino es complicadísimo. Lo contrario: echarle agua al vino es lo más fácil y también lo más terrible para la ganadería brava. Por eso, ayer, ni toros, ni toreros, salvo leves detalles.

Sólo uno cabalgó sobre la dignidad de lo que el público paga en taquilla. Y ese fue, claro, Andy Cartagena. Pero esos carteles mixtos, al final, no son ni carne ni pescado.

LA FIESTA BRAVA: "Cuando llegan los toros-toros, se van las figuras"... ante la ineptitud de la autoridad

JARDINERO DE SAN MATEO

En estos últimos días del año, después de la ráfaga sentimental de la Navidad, es bueno hacer algunas consideraciones últimas, aprovechando además que hay muy poco que relatar de la corrida de esta tarde, soporífera, intrascendente y plagada de pifias.

Bien se preguntará el lector el porqué utilizamos ahora nuestra columna, en un momento que debe ser de tranquilidad y paz para hacer enérgicas aseveraciones y proseguir con una tormenta que ha partido desde el indulto a Guadalupano, la petición de indulto a Bondadoso y hoy una tamaña marrada de quien usurpa el biombo sin tener las capacidades mínimas de Autoridad: Gilberto Ruiz.

Señores, el asunto es sencillo. Hace unos días un gran conocedor de toros español, José Antonio del Moral, decía, al recibir un premio por sus 40 años con la pluma que "En la crónica taurina son mucho más importantes los aspectos didácticos que el siempre lúcido sensacionalismo que deparan la denuncia de supuestas corruptelas o de incumplimientos reglamentarios". Estamos de acuerdo. Más todavía cuando agrega que: "Y también ser capaz de trasladar a los lectores las emociones que uno siente en la plaza para que a los que te leen, les quede parecida impresión que si hubieran asistido a la corrida, y a los que sí la vieron, les sirva para identificarse con cosas que no descubrieron en el momento de producirse". ¡Ni sobra, ni falta!

Hoy la empresa nos ofreció un cartelito engañoso con un muy buen encierro de San Marcos. No es defecto de vista, pero el torero importado nacido entre Regatas de Mar y Cabo de Gata, en Almería, equivocó el atuendo, quizá porque su subconsciente le acusa de que no es matador de toros y así partió plaza (primera pifia). Dicen que "Armillita Chico" alguna vez le gritaron en Madrid: "Aquí se viste uno de oro". El torero vestía menos elegante que sus banderilleros, pero lo que es más grave, es que quien ha toreado cuatro o cinco corridas en España en los últimos dos años, no tenía, de ninguna manera títulos para venir a la México, ni como cabeza ni como relleno de cartel salvo que fue acomodado por "alguien". Aquí hay muchachos con afición, voluntad y oficio que le podrían reemplazar fácilmente.

Ruiz Manuel tuvo en Ponche su primer enemigo, un magnífico toro que empujó fuerte en varas y se quedó peleando en el caballo, humillaba como un encanto e iba siempre al trapo, pero el visitante o quizá el "despedido" no le ofreció nada más allá de algunos naturales y dos circulares invertidos. Su toreo fue distante y provocó justamente el grito de "toro" desde el tendido. Al matar con una caída, arreciaron los gritos. El animal que se llevó sus apéndices, pero debió recibir el arrastre lento. El juez ni se enteró (segunda pifia).

Todavía salió un segundo toro, Pastor, que peleó con gran bravura, pero el tapatío Guillermo Martínez le pudo sólo interpretar una especie de zapopinas, se dobló con arte y luego desaprovechó un buen lado izquierdo del animal. Se vio el tapatío frío y sin trasmisión, mientras que el toro, como su hermano, recibió los aplausos en el arrastre. El tercero Villancico, del otro tapatío, Aldo Orozco, también peleó en varas pero todo después fue decepción el toro no ayudó y Aldo toreó a gran distancia y además hasta sin voluntad. En el cuarto, Pavito, Ruiz Manuel tuvo otro toro potable que iba por el izquierdo pero su falta de sitio lo hizo pasar inédito hasta que mató con un bajonazo.

A esas horas la gente bostezaba, llegó el quinto, Buñuelo, probó que Guillermo tiene que buscar otro oficio, desaprovechando nuevamente otra res muy bien presentada de San Marcos. El colmo llegó en el sexto, Muégano, que barbeó en tablas, haciendo extraños, se le picó atrás con energía y respondió aún, yendo al otro picador. Ahora, había tela de donde cortar, el toro iba franco y transmitía pero Orozco le dio algunos pases por alto, uno que otro muletazo y lo finiquitó con una entera delantera que para sorpresa de todos, salvo los numerosos familiares del matador, se le concedió la oreja más inmerecida de que tengamos memoria en esta y otras temporadas (tercera pifia).

¿Se puede comparar con la de Perera, Castella, Talavante, Tejela o del mismo "Zotoluco" en estos últimos dos meses?

Conocemos el cartel del domingo y allí debemos estar, pero esperamos que en el año próximo se ponga remedio a tantos errores que están distanciando al buen público que se deja llevar por las charangas que llevan algunos matadores y la ausencia de autoridad.

Muy feliz año y que las cosas resulten mejor. Los únicos honores para los señores ganaderos que presentaron otra vez un encierro con trapío, bien armado, en peso, que recargó muy bien a los caballos y que varios de ellos, sin duda, el primero, merecieron mejor suerte. / Diario Esto de México.

LIII FERIA DE CALI 2010-2011: El rejoneador Andy Cartagena rescató el barco en la primera corrida

Andy Cartagena fue el único que “tocó pelo” ayer en Cañaveralejo, ante los desrazados toros de Jerónimo Pimentel, en la nocturna, segunda de feria. Foto: EFE

VÍCTOR DIUSABÁ ROJAS. Especial para Diario El País de Cali

Ante la desigualdad y la incertidumbre, Andy Cartagena supo encontrar el antídoto: la paciencia y el trabajo. Con ellos rescató la primera corrida de abono de la Feria de Cali, en la que los toros de El Paraíso no pudieron, en la mayoría de los casos, salir de los terrenos de la mansedumbre, aunque, por momentos, también faltaron manos que les ayudasen a escapar de allí.

El caballero en plaza hizo todo bien. En especial, en ese primero, tercero de la jornada, en el que se llevó la única oreja de la noche, luego de explorar en la genética de un ejemplar que quiso quedarse a vivir en los medios, pero que terminó por romper, gracias a los ofrecimientos, en terrenos complicados, de la cuadra de Andy.

Y debieron ser dos los trofeos, pero el público se enfrió muy pronto. Porque el temple y la doma para escanciar lo que tenía en frente justificaron su presencia en la feria y las ilusiones de quienes terminaron por corear su nombre.

Si ese primer toro hubiera caído antes, me habría llevado las dos orejas. Enhorabuena, el público se metió (entusiasmó) conmigo.
Andy Cartagena, rejoneador español.

En el sexto hizo todo lo posible, con un toro de menores condiciones. Un par de banderillas a dos manos puso el momento de mayor emoción de la corrida. Igual, la tarea se hizo con limpieza, por encima del lucimiento. Sin embargo, los yerros con el rejón de muerte impidieron una mayor cosecha para el rejoneador. Palmas y un lugar en el corazón de esta afición.

En cambio, los dos toreros nacionales no tuvieron una buena noche. A Guerrita Chico le salió en el de abrir un toro que, por momentos, subió como espuma, pero pronto bajó en efervescencia. Quizás si lo hubiera mantenido arriba en esos instantes en que bajó la mano y el toro atendió con presteza la muleta de la que salieron tres naturales templados, otro hubiera podido ser el cantar. Esa irregularidad de parte y parte echó por la borda lo que apuntó al éxito en relumbrones. Y luego, una espada sin norte se encargó de alargar la agonía. Dos avisos y silencio.

El cuarto encontró en su capa clara el asombro de los tendidos, pero no supo responder a él, o al menos no logró que le ayudaran a dar con el camino. No siempre las cosas vienen hechas a la medida y en oportunidades hay que encontrarles la horma. Y si bien el toro recortaba el viaje por el pitón derecho, hubo una nube de desconfianza que apagó la vela que Guerrita traía para encender en Cañaveralejo. Silencio.

Cristóbal Pardo tuvo uno de malas ideas en el segundo de la corrida y debió guarecerse tras los mayores cuidados. Y no sólo él. Por momentos, el ejemplar sembró el caos y sacó rostros de preocupación en las cuadrillas. Por fortuna, pudo deshacerse de él.

Tampoco cambiaron las cosas en el quinto, en el que no hubo empatía entre los protagonistas de una faena anodina. Todo se hizo asunto de trámite y no hubo nada para rescatar. Ni siquiera la voluntad. Silencio.

FICHA DEL FESTEJO
EL PARAÍSO. Feria Taurina de Cali. Plaza: Cañaveralejo.
Toros: desiguales de presentación. El tercero rompió a bueno, el primero tuvo asomos de nobleza y los demás pasaron inéditos, algunos con rasgos de mansedumbre. Devuelto el quinto por malograrse en el ruedo.
484, 490, 510, 440, 464 y 542 kilos.
GUERRITA CHICO, Palo de rosa y oro.
Silencio tras dos avisos y silencio.
CRISTÓBAL PARDO, Verde esmeralda y oro. Silencio y silencio.
ANDY CARTAGENA: Oreja y palmas.
Detalles: media entrada. Noche calurosa.

OCTAVA CORRIDA DE LA TEMPORADA GRANDE: Protestada oreja a Aldo Orozco en la Monumental de México

Aldo Orozco salvó la tarde ayer en La México, donde los toros, en parte se llevaron el lucimiento y espectáculo en el festejo de cierre de año. Foto: EFE
GUILLERMO SALAS

CIUDAD DE México.- El mexicano Aldo Orozco cosechó la única oreja en la octava corrida de la temporada 2010-2011 en la Monumental Plaza México, mientras que su compatriota Guillermo Martínez y el español Ruiz Manuel se fueron sin apéndices.

Con una entrada floja, unas 6000 personas, se lidiaron seis astados del hierro de San Marcos, bien presentados, mejor comidos, pero no han dado oportunidad al lograr el éxito grande. De los seis han sido buenos sin grandes excelencias, 1º y 2º, peligroso el 3º, regular el 4º, se dejó, pero con pocos pases el 5º, y manso el que cerró plaza.

Ruiz Manuel, que reaparecía, en el que abrió plaza tuvo una actuación torera, pero sin conectar con la gente, dos pinchazos le impidieron cortar una posible oreja, saludó en el tercio. Con el cuarto, tampoco logró conectar con la gente aunque hubo destellos plausible. Mató pronto y se silenció su labor.

Martínez lució frío y sin mucho entusiasmo. Mató después de pinchazo. División de opiniones, Con el quinto, tampoco logró entusiasmar al público y su labor no trascendió. Mató de una buena estocada. División de opiniones.

Orozco, con el tercero que tenía peligro, intentó todo con deseos, mató pronto, aplausos. Con el que cerró plaza, manso y que se refugió en las tablas, estuvo voluntarioso y la faena tomó fuerza sin romper del todo. Mató de estocada desprendida, una oreja que fue protestada.

De los toreros de plata saludaron en el tercio Christian Sánchez y Juan Ramón Saldaña, en el segundo y cuarto toros. EFE

domingo, 26 de diciembre de 2010

LEONARDO BENÍTEZ A HOMBROS EN SU CIERRE DE AÑO

En la tradicional Corrida de Navidad
Leonardo Benítez, un torero de garra y vergüenza torera, dejando en la retina un año más de lucha y entrega por los ruedos, tanto mexicanos como venezolanos. Foto: Gladys Castillo

Rubén Darío Villafraz

Como cierre a otra campaña taurina de gran nivel artístico, así se puede catalogar el año 2010 que ha protagonizado el espada caraqueño Leonardo Benítez, donde este sábado ha dado oficial cerrojo, en la tradicional Corrida de Navidad, en la localidad de Jalpa-Zacatecas, donde ha salido en hombros.

Con poco menos de media plaza, se lidiaron toros del hierro de Jorge Hernández Andrés, el cual en su conjunto se dejaron. Completaron el cartel el rejoneador Jorge Hernández Garate y a pie Enrique Garza.

Benítez aseguró el triunfo desde un principio. Fue en su primero de lote, el cual desorejó tras una labor completa en los tres tercios, que colofonó de certero espadazo. Su segundo del lote, fue ovacionado.

El rejoneador Hernández Garate, quien recientemente le vimos ofrecer completa actuación en la pasada Feria de la Virgen de Regla en la ciudad merideña de Tovar, cortó una oreja a cada uno de los toros que vestido a la usanza portuguesa despachó.

No se quedo atrás en el triunfo Garza, pues tras ser ovacionado en su primero del lote, en el que cerró plaza le cortaría los auriculares por partida doble, para compartir triunfal salida en hombros, donde toreros (a pie y a caballo) fueron izados en hombros por los costaleros de oficio.

Leonardo Benítez tiene contratado para actuar en suelo venezolano hasta los momentos la tarde de la tercera corrida de la Feria de San Sebastian 2011 (sábado 28 de enero), en la ciudad de San Cristóbal, al lado de los espadas españoles Antonio Barrera y El Fandi, como así mismo el jinete Rafa Rodríguez, ante toros de Rancho Grande y El Prado.