martes, 28 de diciembre de 2010

TERCER FESTEJO DE ABONO- LIII FERIA DE CALI 2010-2011: Faenón de Bolívar

Luis Bolívar, a hombros ayer en Cali, ante los serios toros de Juan Bernardo Caicedo, donde una oreja cortaron El Cid y Luque. Foto: EFE
JORGE ARTURO DÍAZ REYES

CALI (Colombia).- La corrida fue partida, el contrastado talante de los astifinos y bellos juanbernardos así lo dispuso. Una primera mitad torera, encastada y emotiva, con un Bolívar rotundo en faena de trofeo al mejor toro, un Cid técnico y recursivo frente a un encastado incierto, y Luque obligando a un bravucón que no quería. La Segunda parte, mansa, farragosa y lánguida en que los toros se negaron y los esfuerzos fueron vanos.

Luís Bolívar le tiró al bravo tercero tres vibrantes largas cambiadas de rodillas, tres verónicas, dos chicuelinas y una media de molinete como declaración de guerra. Tras la corta pero recia vara de Romero, Luque recogió el guante y se fajó en el quite. “Sabio” atacaba con saña. Brindis al paisanaje, las dos rodillas en todos los medios, y desde las tablas el galope tendido fue puesto a orbitar en tres redondos mirando al público y un forzado, que incendiaron la plaza.

Distancia, prontitud, codicia, humillación y tranco de más, encontraron quietud, temple, mando y ajuste. Conjunción canónica. La faena fluyó líquida, inspirada, torrencial, impecable, por uno y otro pitón, tanda tras tanda, ovación tras ovación. Tres manoletinas de pie y otras tres de rodillas anunciaron el final, pero la gente no quería y chilló duro por la vida del bravo. El ganadero y el palco no accedieron y la estocada de la tarde le hizo honor a esa seriedad, y a la faena y a la raza. Vuelta al toro, y los máximos trofeos para el gallo del patio. Con el otro se fue a portagayola, quiso redondear, pero ya lo dijimos, fue un marmolillo impenetrable.

El Cid, obligado a precauciones por las avilanteces de un atacador incierto y peligroso, logró al final de mucha brega ponerlo a circular en torno a sí por tres ocasiones con sendos pases de pecho. Eso y una estocada desprendida pero fulminante le bastó a la parroquia para declararse bien pagada y exigir el premio impar. Con el quinto, fue luchar y luchar, a brazo partido, casi a pierna partida pues uno de los derrotes le alcanzó la derecha hiriéndolo antes de matar de pinchazo y fierrazo.

Daniel Luque se respeta, viendo a sus alternantes orejeados, salió a por todas pero se dio con un bicho altanero que le tiró derrotes y se le coló desde un comienzo. No se arredró, no desistió y dictó una bizarra cátedra de para qué es el toreo; para poderle a los toros, explicó sin hablar. Se arrimó, se acunó digámoslo mejor, y con su cuerpo como carnada, firme, tragando lo indecible, puso el insurrecto a obedecer, los cobres a sonar y el gentío a bramar. Para esto es el toreo, mostraba. Para mandar, no solo para abanicar con el pico delicados paseos borreguiles. Después del toro, todos lo entendimos, y de no haber sido porque el acero quedó trasero y a medias el premio a la espartana lección hubiese sido doble. Con el pétreo último, ni Frascuelo.

El rejoneador nacional Jorge Piraquive había aterrizado en este cartel por la necesidad de abrirle la corrida al ausente Manzanares. Su toro fue manso, verdad, pero él tampoco añadió ningún otro argumento para justificar su presencia. Debut inane.

FICHA DEL FESTEJO
Lunes, 27 Diciembre 2010. Cali. Plaza de Cañaveralejo. 3ª de feria. Tarde soleada 28 ºC. Tres cuartos de aforo. 7 toros de Juan Bernardo Caicedo (encaste Torrestrella) 478 kilos promedio, bien presentados, y de juego diverso, al 3º “Sabio” se le dio vuelta al ruedo.
Jorge Piraquive (rejoneador), silencio.
Manuel Jesús “El Cid”, una oreja y ovación
Luís Bolívar, dos orejas y palmas.
Daniel Luque, una oreja y silencio.
Incidencias: El Cid sufrió un puntazo en la cara anterior de la pierna derecha durante la lidia del 5º, y luego de matar fue suturado en la enfermería. Al final del festejo Luís Bolívar salió a hombro por la Puerta Señor de los Cristales.

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