miércoles, 31 de julio de 2013

Sebastián Vargas a hombros este pasado sábado

Triunfo de tres orejas las cortadas por el veterano diestro cucuteño, así como detalles a resaltar del novillero Mirafuentes de Anda en la Plaza México.
Sebastián Vargas, una baza de emoción y variedad para los carteles de la Feria de Tovar 2013. Foto: EFE
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz

El diestro cucuteño Sebastián Vargas, anunciado para hacer presencia en la próxima  Feria de Tovar 2013 ha cortado tres orejas este pasado, en corrida de toros escenificada en la población boyacense de Santana, ubicada a 93 km de la ciudad de Tunja, capital del departamento, donde se han lidiado cuatro reses de la ganadería Almerías, propiedad de Don Rafael Moscoso Hurtado, en mano a mano junto al diestro de Villapinzon, “Leandro de Andalucía”.

A plaza llena, bravísimo encierro el pasaportado, donde el corrido en tercer lugar se le dio vuelta al ruedo, cortándole las orejas Sebastián Vargas, tras labor completa en todos los tercios de la lidia, en especial por naturales donde se rebozo el torero en mención. Una oreja había cortado del que abrió plaza en labor de interés, ante un astado de manifiestas dificultades.

Por su parte “Leandro de Andalucía” cortaría una oreja de su primer astado del lote, ante las nulas opciones que ofreció el que cerró plaza, así como por lo escasa de la luz artificial presente en la plaza.

MIRAFUENTES DE ANDA DESTACADA ACTUACIÓN EN LA PLAZA MÉXICO

A propósito de este sábado estar actuando el novillero tovareño Tomás Martínez en el ruedo de la Plaza de Toros México, en el marco de la V novillada de la Temporada, el pasado domingo lo hizo otro de los novilleros que estarían haciendo paseíllo igualmente en el Coliseo El Llano, en el marco de la novillada de feria, se trata del joven coleta mexicano Orlando Mirafuente de Anda.

Tromba de agua la que se desató durante la lidia del cuarto utrero del festejo, lo que hizo que el festejo se retrasara por espacio de cuarenta minutos para reparar el barrizal que se formó.

Decisión y deseos de triunfo las demostradas por el espada en mención, tal y como señala la reseña de este lunes del Diario Esto, en la pluma de Horacio Soto Castro: «Mirafuentes de Anda se enfrentó en primer lugar a un novillo con poca fuerza, que pronto se quedó y tiraba a defenderse y le sacó uno que otro pase bueno y sólo al final el novillo se entregó y le recetó una tanda de naturales de temple y buen trazo. Escuchó un aviso por estocada contraria y luego una caída y saludó en el tercio… A su segundo lo toreó en un barrizal, a pesar de que los monosabios arreglaron el piso. Con la muleta no hubo seguridad ni en el novillo ni en el torero, pero siempre estuvo ahí y logró muletazos aislados tanto por la derecha como por la izquierda y en dos ocasiones fue trompicado. Mató de estocada. Tuvo petición que el juez no concedió y al darse la vuelta se la protestaron airadamente».

VICENTE RUIZ “El Soro”: "Voy a volver a torear con una pierna biónica, y no estoy loco"

PACO AGUADO

El torero español Vicente Ruiz "El Soro" está decidido a reaparecer en los ruedos y lo hará a finales de agosto en México con una pierna biónica con la que, tras pasar 34 veces por el quirófano, ha corregido una grave lesión. "No estoy loco", asegura el torero en una entrevista con EFE.

Después de que los médicos le hayan reconstruido el miembro con una estructura metálica interna, El Soro ha logrado poner fin a un calvario de intervenciones para salvar su rodilla izquierda, afectada hace veinte años por una grave lesión que tuvo muchas complicaciones añadidas. "Aunque la gente pueda pensar lo contrario, no estoy loco", se reafirma el diestro. "He sufrido mucho en estas dos décadas pero la idea de volver a ponerme delante del toro, y mi fe en Dios, es lo único que me ha ayudado a salir adelante y a rehacer también mi vida personal. Así que tengo que torear", reitera.

Fue en abril de 1994, en su momento de plenitud profesional, cuando en la plaza alicantina de Benidorm (sureste de España) El Soro sufrió una grave lesión de ligamentos de la rodilla izquierda que le apartó de los ruedos, en principio, para siempre. "Me hice un gran destrozo, que se fue complicando luego y extendiéndose por la pierna con otros problemas, como pequeños tumores, defectos congénitos y hasta un virus de quirófano", explica.

"Desde entonces -continúa el torero- he ido buscando desesperadamente a los mejores especialistas para ver si alguno daba con la solución del problema. He estado en Houston, en Boston, en París, en Los Ángeles, en Manchester, en Suiza, en Holanda, en Madrid, en Barcelona... y así hasta llegar a someterme a treinta y cuatro operaciones, la mayoría sin éxito". Pero hace cuatro años, cuando casi se daba por rendido, El Soro se encontró en el periódico con un hecho que acabó dando un vuelco a su situación:

"Era una noticia muy llamativa, en la que explicaban que un médico español había conseguido implantar el brazo de un accidentado en una de sus piernas para evitar el riesgo de infección (y reimplantarlo posteriormente). Ese era el mismo riesgo que yo tenía, el que complicaba todo. Incluso pensaron en amputarme la pierna, aunque yo siempre me negué a ello incluso firmándolo ante notario. Así que no dudé en ponerme en contacto con ese médico, el doctor Pedro Cavadas (famoso por sus éxitos en el trasplante de extremidades), toda una eminencia que después de seis operaciones me ha resuelto el problema reconstruyéndome toda la estructura ósea de la pierna izquierda con dispositivos de metal. Es lo que se llama una pierna biónica", matiza el torero.

Aunque la longitud del miembro afectado se ha reducido en siete centímetros y necesita usar un alza para poder caminar, El Soro asegura que "dentro de ese margen", se encuentra "perfectamente", porque hasta puede "correr y entrenar".

"Así que, con esa capacidad recuperada, hace dos años ya empecé a darle vueltas a la posibilidad de volver a vestirme de luces. He perdido 26 kilos de peso y -reconoce con orgullo- ya he toreado en el campo vacas y novillos con mucha soltura. El 31 de agosto estoy anunciado para actuar en un festival en México, en la ciudad de Tijuana".

A su vuelta a España, El Soro tiene la intención de "encerrarse" en el campo para prepararse a fondo de cara a cumplir el más ansiado de sus sueños: volver a hacer el paseíllo en la plaza de toros de Valencia (este de España), la ciudad donde el "sorismo" sigue siendo casi una religión entre los aficionados. "Mi idea -confiesa- es torear dos tardes en las próximas Fallas: el día de San José y, por supuesto, el 14 de marzo, cuando se cumplirán mis 32 años de alternativa. Creo que los valencianos, que me siguen mostrando su cariño a diario, me recibirán con los brazos abiertos, igual que muchos compañeros".

"Ya hay algo hablado del tema, a la espera de cómo se vaya desarrollando mi preparación. Pero por raza y capacidad de sacrificio no va a quedar. Al fin y al cabo, esa ha sido la tónica de toda mi carrera", reconoce.

En cuanto al toreo que pueda realizar con esa merma de facultades físicas, El Soro reconoce que ya no será "el torero explosivo de antes, el de las banderillas y las mascletás en el ruedo", sino que se expresará "con ese poso y ese gusto que a los toreros nos dan los años y las vivencias. Es cierto que los médicos -explica el diestro- no me aconsejan que me vuelva a poner delante de un toro, como nadie que tenga dos dedos de frente, pero yo siento la necesidad espiritual de hacerlo".

"A pesar de la fortuna que me he gastado en operaciones, tengo de nuevo una situación estable económica y mentalmente, e incluso he rehecho mi relación familiar, que atravesó momentos críticos. Pero sin torear -enfatiza El Soro- mi vida no hubiera tenido razón de ser. Solo por eso creo que estoy obligado a cumplir el objetivo que me marqué cuando empezó mi calvario".

"Además, quien sabe si mi caso puede servir de ejemplo a mucha gente que sufre y padece enfermedades y lesiones que parecen insalvables. No se si podré torear más tardes, si es que está de Dios, pero ya el hecho de volver a hacer el paseíllo vestido de luces sería para mí como besar el cielo", finaliza. / EFE

¡Corbacho vive!

Anya Bartels-Suermondt (*)

¡Corbacho! Ya el nombre suena como un golpe en la mesa. Siempre le llamo así, raras veces Antonio, porque me gusta como suena ese golpe: ¡¡¡Corbacho!!! ¡Qué tío! Carisma, trapío... ¡Y qué susto! Eso pensaba la primera vez que le vi. Él estaba en un callejón no sé donde gritando a no sé quien. Y yo, a poca distancia a su lado, intentando hacerme invisible.

Qué ser: pensador, humano... ¡Y qué lujo! Eso pensaba cuando ya le pude conocer y disfrutar de su forma de ser y ver la vida. Cuando hace década y media conocí a Corbacho, aparte de una tímida primera admiración y un cierto asombro por semejantes toneladas de personalidad, le tenía algo de miedo. No era por su culpa. En nuestro primer encuentro fue amable y educado. Intentó entender con bondad paternal mi particular castellano. Sin embargo, ese carisma aplastante; esa cabeza como la de un toro bien hecho, de casta y raza; esa mirada tan precisa y directa como un cuchillo; esa sonrisa diabólica saliendo de su alma aparentemente particularísima... Aire de brujo. Me cortó mucho.

Después, el susto quedó atrás y en su lugar quedaron toneladas de respeto, adoración y cariño. Empecé a comprender y a vivir cualquier ocasión de estar con Corbacho como un regalo y privilegio. En otras palabras: me hice corbachista. Una filiación que comparto con gran cantidad de gente en España, Francia y America Latina, la de ser seguidor de un pedazo de hombre de una calidad humana asombrosa, de una autenticad aplastante y de una noble sencillez siempre y con todo el mundo.

Así que pronto lo tuve muy claro: a callar y a escucharle. Corbacho significa para mí, como amigo y como personaje, una referencia especial. Una obra de arte en sí mismo. Intensidad en esencia. Corbacho es de esos seres con valores y características que empiezan a irse de este mundo para deleitar al otro. Como todos los que conocemos a Corbacho.

Corbacho habla poco. Pero cuando habla va al grano. Comenta sus ideas con afilada brillantez. Ve la vida con bondad y un humor más seco que el desierto del Gobi. A él se le puede contar todo. Y ante cualquier derrota propone ideas existencialistas. Tiene muchos amigos y enemigos; los enemigos hechos también por méritos propios, algo de las tantas cosas que admiro de él. Pase lo que pase, Corbacho jamás dice lo que conviene, sino lo que hay. Y para bien o para mal, ¡que más da!, sin una gota de diplomacia. Verdadero. Sabio. Preciso. Sensible. Incomodo. Afectuoso. Listo. Corbacho.

Su ultimo 'faenón' verbal en una plaza de toros tuvo lugar en el último San Isidro. Estaba debilitado por la enfermedad y muy limitado físicamente, como un torerazo con tres cornadas cruzando Las Ventas. Se encontraba sentado en el callejón, en el burladero debajo del 9, y de pronto se levantó como un huracán, con unas fuerzas descomunales que no se sabe dónde las tenía, para 'comentar' en voz tan alta que se habría escuchado hasta en la Cibeles a otro apoderado durante un lío en la suerte de varas que de una puta vez hiciese el favor de enterarse de dónde había que picar el toro. "¡¡En el 5, coño!!". Acto seguido, volvió a sentarse, me pidió un caramelo y murmuró: "De verdad, qué coñazo. Y lo que tarda éste en comprender... ¡Joder!".

A veces con Corbacho no hay tu tía. Hubo una época en que a veces viajábamos juntos en coche. Un día le puse temprano a todo volumen un disco de Bob Dylan en lugar de música clásica acorde con el momento. Corbacho, sentado en el asiento de copiloto con esos considerables brazos muy cruzados (muy suyo el gesto), la mirada clavada en la carretera, aguantó varias canciones intentando mantener el tipo pero ya con signos evidentes de angustia y verdaderamente molesto. De pronto me soltó un brusco "¿Y éste quién es, 'Anyoucha'?" (así me llamaba, sin saber que ese mismo apodo era el que usaban mis padres.) Le expliqué que a mi juicio Dylan es uno de los artistas más grandes de todos los tiempos, que adoraba su obra, y para rematar, que intuía que a él le podrían gustar sus textos. "¡Corbacho, un poeta que no veas!". Él, escuchándome tanto a mí como a Dylan y la mirada todavía clavada en la carretera, sin pestañar, se tomó un rato para contestar. Para decir de golpe: "Menos mal que es poeta, porque cantar, cantar... ¡Ése ni sabe ni puede!".

Viajar con Corbacho: una acción intensa que guardaré siempre en mi memoria como tesoro y privilegio. Aprendí, viví, reí y gozé mucho. También conocí de su mano el mapa imaginario de los mejores garitos escondidos al lado de la carretera o en mitad del campo, donde parábamos para comer y donde tanto las señoras sentadas de tertulia en un banco del pueblo como los dueños del único bar de la plaza en el que los ancianos jugaban al mus envueltos en una nube de humo lo saludaban como a un queridísimo familiar. "¡Cuánto tiempo, Antonio!".

En estos viajes pregunté mucho. Él me hablaba de la razón o sinrazón de las cosas, de la vida y de la muerte, del arte y del sentimiento. De toros, no tanto. Creo que pronto se había hartado de mis preguntas poco elaboradas sobre encastes y ganaderías de toros. "El tuyo es el saber sentirlo, no hace falta tanto entenderlo!", me dijo un 15 de agosto cuando íbamos hacia una finca donde José Tomás se iba a probar su codo lesionado. Después de que JT torease varias vacas con éxito, de pronto Corbacho cogió el capote y toreó otra vaca. Jamás le había visto torear y me puse nerviosa. La vaca era muy cabrona. Y Corbacho, muy cabrón toreándola. Eso sí, con mucho arte.

En fin, me puse como loca a hacer fotos de aquel espectáculo. Después me di cuenta de que había olvidado poner un nuevo carrete, así que no hice ni una. Durante años Corbacho me recordó con un guiño este hecho una y otra vez para tomarme el pelo. En el mismo día en la finca, me soltó: "Igual mejor sin carrete. Con la panza que llevo, las fotos te hubieran destrozado la cámara!". Cuando me preguntan cuál es la foto que me hubiera gustado hacer en una plaza y nunca llegué a hacer, es ésta: Corbacho toreando aquella vaca.

Imágenes de Corbacho, las hechas con y sin carrete, tengo miles en el recuerdo. Y cada una es diferente, según el contexto y su aspecto. Corbacho, según como llevaba su pelo, con coleta o sin ella, con barba o sin ella, tenía pinta de premio Nobel o de filósofo griego. Seguramente jamás se vio como un 'apoderado corriente'. Según sus propias palabras, tenía aspecto de un criador de cerdos sevillano o de un magrebí que vende alfombras con mucho éxito. Usuario de bellos sombreros, que combinaba con un vestuario elegante (largas temporadas de negro riguroso), siempre llevaba colgadas al cuello unas excéntricas gafas ("Mira, 'clac, y ya veo"). En otras ocasiones cambiaba el negro por camisas asiáticas blancas o con bordados mejicanos. En cualquier caso nos regaló unos efectos visuales peculiares, siempre con clase y estilo propio. Y sus ojazos despiertos y unos rasgos definidísimos en una cara de arquitectura monumental, espejo de su intenso carácter: fina ironía, bondad y una inteligencia distinta.

Corbacho es distinto. En todos los sentidos. Un librepensador. Dueño de corazón, alma y mente ingentes. En búsqueda de espiritualidad y en continua conversación consigo mismo. De su forma de ser y de su filosofía no sólo han aprendido toreros de oro y plata, sino también nosotros, sus seguidores sin trajes de luces. Lo de Corbacho es una exquisita escuela de vida y sabiduría, lleno de alegría y disciplina, de principios y luchas, de contrastes y matices dentro y fuera de cualquier plaza entre la tierra y el cielo, con un único propósito: "Hay que hacer las cosas bien".

También Corbacho es refugio cuando uno ya no sabe adónde dirigirse. Es benévolo cuando uno comete errores. Es consuelo cuando ya no hay hombro de la luna donde recostar la cabeza, para decirlo en palabras de Joaquin Sabina. Porque en lo profundo del alma de Corbacho habita también un mar de delicadeza y sensibilidad. Aunque parezca mentira, fue la primera persona a la que consulté años atrás cuando me hundía por unos mal de amores tremendo. Yo, en el suelo. Y Corbacho, en Sevilla, viéndose de golpe frente a mi desesperación, dejó de lado lo que hacía en ese momento (creo recordar que era yoga) y me escuchó con paciencia. Tras dedicarme algunos improvisados quites verbales muy suyos, con dulzura y temple al mismo tiempo, me dijo: "Escúchame: los calvarios son para caminarlos y vivirlos. Uno puede triunfar o fracasar en estos caminos. Pero eso no importa, lo que importa es que al menos siempre harás lo que sientes. Y eso es lo más importante en la vida".

Lo haré como tu dices, Antonio. Digo Antonio, porque lo de los golpes en la mesa de momento nada, más bien un desamparo doloroso total aquí en la tierra porque te has ido, nos has dejado. ¡Cuánto te echaré de menos!

Anya Bartels-Suermondt (Dusseldorf, Alemania) es fotógrafa, periodista y autora de los libros 'José Tomás. Serenata de un amanecer' y 'Cayetano. Espejos en la Arena', entre otros.


Fallece Antonio Corbacho, el forjador de José Tomás

PACO AGUADO

El apoderado y preparador de toreros Antonio Corbacho, hombre clave en la forja taurina del famoso diestro José Tomás, falleció a primera hoy en Madrid, según han informado a EFE fuente familiares.

Corbacho, de 62 años de edad, estaba a la espera de un trasplante de hígado tras padecer durante varios años las complicaciones de una hepatitis C que él mismo achacaba a una transfusión de sangre realizada tras una de las cornadas que sufrió durante su etapa de novillero. Durante el último mes permanecía ingresado en el hospital Gregorio Marañón, donde era atendido de varios fallos multiorgánicos que finalmente le han llevado a la muerte.

Madrileño del barrio de Chamberí, Antobio Corbacho debutó con picadores en La Roda (Albacete) el 18 de mayo de 1975 -donde ya resultó corneado de gravedad- y fue un novillero sin demasiada suerte hasta su retirada en Sevilla diez años después, cuando decidió pasarse a las filas de los banderilleros. Por su amistad con Victorino Martín hijo, Corbacho comenzó a preparar taurinamente a un becerrista de Galapagar que era pariente del ganadero y que años después acabaría convirtiéndose en la primera figura de los últimos años, el famoso diestro José Tomás.

Fue el veterano banderillero, admirador de El Viti, Paco Camino y El Cordobés, quien inculcó al joven espada durante unos años la clásica filosofía samurái y la desarrollada técnica del concepto del toreo que le llevaría finalmente al estrellato taurino.

Sobre esas premisas éticas y siempre con una peculiar, estricta y durísima preparación -"yo no soy duro, el que es duro de verdad es el toro", repetía siempre-, Corbacho entrenó después a otro buen número de novilleros y matadores que lograron éxitos notables. Además de José Tomás, al que volvió a apoderar entre las temporadas de 2000 y 2002, Corbacho lanzó y dirigió la carrera de Alejandro Talavante, hoy también primera figura, y la de toreros españoles como Gómez Escorial, Sergio Sánchez, Víctor Puerto y Sergio Aguilar, así como la de los mexicanos El Cuate, Jerónimo, Ignacio Garibay y Arturo Macías.

Antes de que su enfermedad se agravara, Antonio estaba apoderando al novillero colombiano Sebastián Ritter, junto al que pisó por última vez el callejón de una plaza de toros el pasado mes de mayo, durante la feria de San Isidro de Madrid. Precisamente cerca de Las Ventas, en el tanatorio de la calle 30, sus restos mortales serán velados desde esta misma tarde. / EFE

lunes, 29 de julio de 2013

Tomás Martínez en la V novillada de temporada en la Plaza México

Anunciado este domingo en el máximo escenario taurino azteca
Tomás Martínez, en el cartel de este domingo en la Plaza México, en el marco de la V novillada de la temporada. Foto: Landín-Miranda

RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz

La espera no se hizo prolongada, y al final tiene su recompensa. Se trata de la actuación este domingo, en el marco de la V novillada de la denominada Temporada Chica en la Plaza de Toros México, del diestro tovareño Tomás Martínez, el cual como ya habíamos señalado en reseña anterior, estaba incluido en el grupo de novilleros a presentarse en el máximo escenario taurino azteca.

Tal y como salió reseñado en los principales paginas taurinas impresas y digitales, el moreno coleta nacido en la ciudad capital, pero criado en la Sultana del Mocotíes, hará el paseíllo al lado de los espadas tlaxcaltecas Claudio Montiel, José Mari Macías, Gabriel Sánchez “El Gaby”, el regiomontano Luis García “El Pirry” y el tapatío Christian Verdín, para despachar un encierro de utreros de la ganadería tlaxcalteca de De Brito, propiedad del joven criador de reses bravas Patrick Slim Domit (hijo de Carlos Slim, el hombre que ostenta el título de ser el más rico monetariamente hablando, del mundo), divisa azul marino y rojo sangre, lo que da garantía de la calidad de ganado a presentarse para esta gran oportunidad de despuntar para el coleta tovareño.

Se da la circunstancia que la actuación acontece en cartel de seis novilleros, tras el intercambio que para efectos se realizó bajo las diligencias de parte de la Escuela Taurina de Tovar en la persona del Lic. José Ballesteros con la Escuela Taurina de Ciudad de México representada por el matador de toros Miguel Ortas “Miguelete”, en este caso con la inclusión en el cartel de la novillada de la Feria de Tovar del mexicano Orlando “Mirafuente de Anda”, quien actuaría en suelo tovareño al lado de los novilleros venezolanos Christian Valencia y el propio Tomás Martínez, junto al colombiano Juan Ramírez Kalio, en la lidia de utreros de la ganadería tachirense de Santa Rosa.

domingo, 28 de julio de 2013

CUARTO FESTEJO – TEMPORADA NOVILLADAS PLAZA MÉXICO: Aguacero de circunstancias

JORGE RAÚL NACIF

Muchas fueron las circunstancias que se vivieron la tarde de este domingo en la Plaza México, donde cayó un aguacero monumental que le puso la pimienta a un festejo entretenido y en el que los tres novilleros, cada cual a su nivel y momento, mostraron sus credenciales e intentaron lograr el triunfo.

Y si Ricardo Frausto mostró ese sitio prácticamente ya de un matador de toros y tuvo una actuación solvente y de calidad, Mirafuentes de Anda dejó ver ese toreo templado cuando logró acoplarse, mientras que Diego Emilio regaló ese toreo de raza y con rápida conexión a los tendidos.

Ricardo Frausto demostró que está ya para la alternativa; vamos, su tauromaquia ya le pide el toro. La lidia de su segundo se desarrolló entre fuerte lluvia e incluso leve granizada, lo que propició que el público, cubriéndose y con las manos ocupadas, no pudiera corearle del todo lo realizado en el ruedo.

El novillo de Vallencinos tenía nobleza y se empleaba con calidad, aunque el estado del ruedo le hacía acudir a la muleta con cierta inseguridad. Frausto lo entendió y así, sin forzarlo, corrió la mano con temple y suavidad, primero al natural y luego por derecha en muletazos templados. Faena sobria la del hidrocálido, que remató de un pinchazo y una estocada. Quizá por haber pinchado en el primer intento, la autoridad no le concedió la oreja que el público pedía más con palmas y silbidos que con pañuelos, pues la lluvia apretaba con fuerza. Al final, cariñosa la vuelta al ruedo que Ricardo emprendió.

Su primero tuvo un comportamiento un tanto incierto, pues en los primeros tercios tiraba un tornillazo, defendiéndose, aunque en los primeros escarceos con la sarga parecía entregarse y acudir con recorrido y clase, pero nuevamente volvió a la senda de las complicaciones y le puso cuesta arriba el tema a Ricardo, que supo solventar la papeleta con  a su buena técnica y al oficio que ha desarrollado.

Ya con el ruedo arreglado gracias al serrín, en una estupenda labor del cuerpo de monosabios, Mirafuentes de Anda lidió al quinto de la tarde, un ejemplar que si bien es cierto acudía con nobleza, le faltaba transmisión. Recibió con una larga cambiada a portagayola, llevó al novillo al caballo por tapatías y quitó por chicuelinas, variedad capotera que el público agradeció con sus palmas.

Los mejores momentos de Orlando fueron con la muleta en la mano izquierda, pues ligó algunos naturales de muy bella factura y quedó claro que se acomoda más por este perfil. También con la diestra hubo algunos detalles de calidad, con el temple que atesora este joven espada que, debido quizá a su poco rodaje, no logró que la faena mantuviera ese nivel, considerando también que el novillo vino a menos. Tras petición de oreja luego de una estocada delantera, dio la vuelta al ruedo entre algunas protestas.

El primero de su lote fue otro ejemplar al que le faltó chispa y que, además, fue mal lidiado durante el segundo tercio y los subalternos pasaron fatigas para banderillearlo. Mirafuentes anduvo esforzado, pero la faena no pudo tomar las alturas que este joven espada hubiera deseado.

Diego Emilio volvió a La México tras el buen sabor que dejó en la primera novillada de este ciclo y tuvo una actuación muy enrazada delante de su primero, un ejemplar de Los Ébanos que manseó desde los primeros tercios y terminó desarrollando sentido, poniendo el peligro en el sentir de los aficionados. El hidrocálido no perdonó en quites y ya en el tercio mortal le dejaba la muleta en la cara al ejemplar para evitar que saliera suelto y poder ligar.

En esta tesitura, le endilgó muletazos que conectaron pronto con los tendidos y ahí quedarán tres naturalazos, en los que se desgarró y transmitió todo lo que lleva en su interior. Fuerte el susto que se llevó al ser prendido por el ejemplar, pero el bravo torero de Aguascalientes siguió poniendo el corazón por delante, incluso notándose revolucionado, lo que le granjeó el apoyo de un público que se lamentó al verlo pinchar con la espada y sufrió cuando, en el segundo intento, se llevó una fortísima voltereta de la que se pensó llevaba una cornada. Una sonora ovación desde el tercio fue el resultado final de esta entregada labor.

Ante su segundo, visiblemente lastimado tras los arropones descritos, no escatimó esfuerzos y quitó por gaoneras. Ya con la sarga, adelantó la suerte en un descuido y sufrió la voltereta, tras la cual el astado desarrolló sentido y volvió a echárselo a los lomos. Ante tal situación, Diego Emilio prefirió abreviar, aunque falló el repetidas ocasiones con la espada y el descabello, hasta escuchar dos avisos y ser nuevamente empitonado, retirándose entre algunos pitos que se entreveraron con palmas.

Y así, mientras caía la noche en esta gran ciudad, las circunstancias que se presentaron en este festejo marcaron el resultado final, en el que, más allá de lo numérico, se pudieron vivir aspectos de notorio interés

FICHA DEL FESTEJO
Cinco novillos de Vallencinos (denominación de San Isidro) y uno de Los Ébanos (3º), correctos de presentación y de juego desigual.
Ricardo Frausto (azul rey y oro): Palmas y vuelta tras petición.
Mirafuentes de Anda (sangre de pichón y oro): Silencio y vuelta tras petición.
Diego Emilio (grana y azabache): Ovación y división tras aviso.
Incidencias: Saludó en banderillas Jorge Luna. *** Tras la lidia del 4º, los monosabios repararon el ruedo, que había quedado en malas condiciones por la lluvia, en una labor que duró alrededor de media hora. *** Tras el paseíllo, la Porra Libre entregó a Frausto el trofeo Joselillo, como novillero triunfador del ciclo anterior.

Preocupantes resultados de la Feria de Julio en Valencia

"…con la feria de Julio de Valencia en particular y con el general panorama, lo que está ocurriendo tiene poco que ver con lo que muchos toreros, ganaderos y empresarios dicen en declaraciones a la prensa o en manifestaciones más o menos formales en actos organizados ex-profeso sobre lo que hay que cambiar, arreglar, promover, decidir, mejorar… sin que a la hora de la verdad cambie nada..."
JOSÉ ANTONIO DEL MORAL

En mi opinión a salvo de otras, que sin duda las habrá, ninguna de las corridas lidiadas en la ayer finalizada feria de Julio en Valencia mereció ser premiada. Tampoco un solo toro. Menos aún una faena verdaderamente relevante de esas que calificamos como grandes. Claro que, sin un solo toro bravo, fuerte, encastado y con clase, difícil fue que sobresaliera alguna. Simplemente notables o de aprobado raspado fueron algunas labores: Una de Iván Fandiño con un noble aunque soso toro de Las Ramblas - la presidencia le robó la segunda oreja -; las de Sebastián Castella frente a dos toros de Núñez del Cuvillo, resultando más meritoria la del más difícil quinto que la del mejor segundo – cortó una oreja de cada animal -; las tres meritorias de El Juli, muy por encima de sus tres toros – cortó un par de orejas - , y dos artísticas de José María Manzanares – solo cortó una y debió cortar otra - en el primer mano a mano del ciclo con un lote de Garcigrande pobremente presentado y vulgar tirando a malo en comportamiento; y en la última tarde dos de Alejandro Talavante con sendos y meramente manejables ejemplares de Victoriano del Río – también cortó una oreja de cada uno de sus enemigos –, mas la que fue bonito espejismo de Morante de la Puebla con el único toro medio potable de los tres de Juan Pedro Domecq que mató – los otros dos fueron de pena -, cortando una oreja que no le hubieran dado en ninguna otra plaza de primera categoría. Apurando mucho y puestos a elegir entre los mencionados trasteos, me quedo con el de Fandiño.

Así quedó en resultados esta feria en la que solamente hubo dos buenas entradas aunque sin llegar al lleno. Precisamente en las dos más supuestamente atractivas sobre el papel, pero dos mano a mano confeccionados como recurso porque, competencia auténtica no la hubo por la sencilla razón de que no podía haberla al ir cada cual a su aire sin el más mínimo atisbo de molestarse y menos de importunarse con algún quite realmente provocador.

Mencionemos en justicia la buena actuación del novillero local, Román Collado, y la prometedora del debutante mexicano Fermín Espinosa Armillita en la novillada inaugural de la feria con reses de Daniel Ruíz Yagüe, tampoco nada del otro mundo.

Un panorama ciertamente preocupante que deja muy tocada la presente temporada española, justo en el inicio de su segunda mitad. Señalo de lo española porque, curiosamente, a Valencia llegamos desde la feria francesa de Mont de Marsan. Una feria que, mira por donde, organiza el mismo empresario que ejerce como tal en Valencia, Simón Casas. Pero con la notabilísima diferencia de que en la mayoría de las plazas españolas los que como él mandan son los gestores, tanto si son propietarios o concesionados por entidades públicas, mientras que en las galas, en su mayoría municipales, lo controlan todo las comisiones de cada Ayuntamiento tras consultar a las asociaciones de aficionados. Algo que, aunque sin participación de los aficionados, es lo que prima en la plaza de Vista Alegre de Bilbao, comandada por su Junta Administrativa con todas sus consecuencias y exigencias a los que actúan como meros gestores, los hijos del inolvidable e insustituible Manuel Chopera. Por eso, precisamente por eso, las llamadas Corridas Generales de Bilbao llevan años y años siendo la mejor feria de España y estoy por decir que de todo el mundo. ¿O no?

Pero los tiempos también han cambiado en cuanto a los organizadores se refiere porque, antes, los empresarios y más que ninguno el mencionado Manuel Chopera, elegían el ganado por muy rigurosa decisión propia y bien pagado, conforme a la categoría de cada plaza gestionada y, una vez adquirida formalmente cada corrida, las ofrecía a los toreros que, a su vez, elegían por orden de importancia sin que a ni uno de los contratados se le ocurriera siquiera sugerir cambios. O lo tomaban o le dejaban. Y, claro, las reses en su mayoría eran las que tenían que ser. Pero ahora, por lo que concierne a las figuras, quienes mandan e imponen son los toreros. Y así estamos condenados a ver a las estrellas frente a no más de cinco o seis ganaderías, casi todas del mismo encaste. Ganaderías que, para colmo, han seleccionado primando tanto la bondad de sus productos que hace tiempo circulan atravesando su devenir al borde de un fatal precipicio.

En las plazas de segunda y de tercera, como solo se da un puyazo, se salvan o medio se salvan muchos toros. Pero con los dos reglamentarios que se exigen en la mayoría de las de primera categoría, cantan la palinodia. Eso sin contar lo barato que vienen comprándose muchas corridas para compensar los caros cachés de los mandones del escalafón. Y es que ya se sabe, en las ganaderías de bravo, como en cualquier comercio, las hay de varios precios aunque sean de la misma marca.

Pero siguiendo con la feria de Julio de Valencia en particular y con el general panorama, lo que está ocurriendo tiene poco que ver con lo que muchos toreros, ganaderos y empresarios dicen en declaraciones a la prensa o en manifestaciones más o menos formales en actos organizados ex-profeso sobre lo que hay que cambiar, arreglar, promover, decidir, mejorar… sin que a la hora de la verdad cambie nada. En tales menesteres son iguales que los políticos en su sempiterno “san para mí que los santos no comen”. ¿Para qué ha servido que los toros pasen a Cultura? Seguimos y seguiremos esperando saber para qué.

Mientras, increíblemente, en el toreo más actual comparte reinado el convertido en inevitable Juan José Padilla, metido en lugares de privilegio de todas las ferias por puro morbo especulativo sin que él desde luego físicamente meritísimo diestro sea capaz de estar a la altura de los toros que comparte con los mejores toreros que en sus buenos tiempos nunca cató, por si faltaba algo, continuamos asistiendo al vergonzante imponderable que padecemos sin que la mayoría de la prensa taurina lo denuncie, sencillamente porque no se atreven a contrariar a la mafia que lo sostiene o por que pertenecen a ella: El tomasismo a ultranza que los tomatóxicos de toda especie califican de ejemplar, paradigmático, histórico, colosal y hasta milagroso sobre un sujeto a quien proclaman máxima figura de todos los tiempos pese a la singularidad profesional que viene imponiendo caprichosamente aunque, en la práctica, año a año lo desmienta. Y más en sus tres últimas campañas basadas en tres o no más de cuatro actuaciones al año, milimétricamente diseñadas para ganar el máximo dinero con el mínimo esfuerzo posible, negándose cerrilmente a ser televisado y a competir con el único que podría dejarle en su sitio, Enrique Ponce. Y eso es lo que ponen como ejemplo. Y, para colmo, hasta el mismísimo Juli va y dice que a él le gustaría hacer lo mismo…

Por todo lo dicho, no es de chocar que muchos empecemos a pensar que, de seguir así, nos iremos a pique.

TEMPORADA EN MADRID – NOVILLADA EXTRAORDINARIA: Sergio Felipe, la sorpresa del verano

Novillero debutante de Albacete que aterrizó  en Madrid como ilustre desconocido y sale con cartel de diamante en bruto. Deficiente con la espada, soberbia firmeza, caro temple.

BARQUERITO
Fotos: las-ventas.com

CON SOLO CINCO NOVILLADAS picadas en el historial, veintiún años pero no vocación tardía porque debutó sin caballos en agosto de 2006, apareció por Las Ventas un novillero de Albacete desconocido para la inmensa mayoría. Un Sergio Felipe. ¿Nombre compuesto, apellido Felipe? Vino a ser sin previo aviso la sorpresa del verano. Primero, una salida a quite en el segundo de la tarde. Por gaoneras, solo dos, tropezada la segunda, un desarme, perseguido. Sensación de torpeza. Un tachonazo de sangre en el terno, clásico de manzana y oro, ahora en desuso. De ese color los gastaba mucho el elegantísimo Joaquín Bernadó.

Hubo que esperar. El tercer novillo de La Ventana –sangre Aldeanueva y no Lisardo- precioso galán castaño lombadro, estrecho y alto, muy fino de cabos, se derrumbó. Se soltó un sobrero de Julio García. Bravo de arrear en serio, con fijeza, entero, pronto y sin reservas el viaje. Un bólido. Lances envarados pero firmes de Sergio, enhebrada la vara cuando se soltó el toro del caballo –lo hizo de bravo-, un quite discreto de Cayetano Ortiz por chicuelinas, brega buena de Javier Perea y, en fin, la faena de la tarde, que no fue ni larga ni corta sino que tuvo la precisa medida, las pausas precisas, su tiempo, su espacio y su magia mayor.

Seis muletazos de tanteo en tablas, tres de ellos doblones templados, ligados los seis, que no es fácil. Y a la distancia, no aparatosamente sino que sería intuición. Porque distancia quiso el toro, que se vino bastante embalado. Primer aviso del torero de Albacete: encaje firmísimo, ni temblarle una pestaña, aguante vertical y sueltos brazo, engaño y mano para componer una tanda de seco rumbo. Cuatro en redondo y dos de pecho. El segundo de ellos, de lento dibujo.

Otra tanda parecida, menos sorprendente ya. Más en los medios. Jaleó con fuerza festiva una peña de sol. De Albacete serían, parecían estar en el secreto. Y, luego, tres tandas con la izquierda que fueron de revelación y confirmación. El toque justo, el desmayo natural, la delicadeza, llamativa en torero de buena talla y no frágil. Empaque. El mismo ritmo en cada pase. Ligazón. Rugió la gente. Y a cambiar de espada. La espada es el talón de Aquiles. Media trasera y contraria, dos pinchazos, seis descabellos. Pero fue el ahí queda eso.

Por una faena de bastante menos empeños y logros, a un sexto torote de La Ventana que se movió sin descolgar pero de fiable son, estuvo a punto Sergio de llevarse el trofeo que se le había dejado a deber. Buena versión del toreo a pies juntos, más toreo de acompañar que de gobernar, era otro toro. Impecable la firmeza de nuevo. Los diamantes en bruto tienen imán. Hay que seguir la pista a ese diamante antes de que lo pulan. Y después.

Devolvieron el primero de corrida, con el que empezaban a tomar antigüedad hierro y divisa de La Ventana del Puerto. El hierro segundo de Lorenzo Fraile e hijos. Un sobrero de Julio García, sangre de Fuente Ymbro, escarbador, se empleó con ganas, y desmontó a Paco María –no es fácil hacerlo- y derribó. Cerro había quitado por chicuelinas o algo así en el toro devuelto. Y ahora, a tercio cambiado, por valencianas, dos, y revolera.

Y un torero nuevo en Las Ventas. Se llama Cayetano y es francés. De Béziers. Como Castella. Suaves maneras, calma, elegante compostura, buen manejo de  avíos, vertical, acompasado, pulcro. Estatuarios en tablas, y los medios. Algo de viento. No importa. Una tanda en redondo. ¿En qué aire? Así toreaba el Punta, Antonio Punta, cuando en 1989 ó 90 quiso ser. O Denis Loré, anterior al Punta y ahora apoderado de este Cayetano Ortiz. Ritmo para torear, firmeza, no vino de visita ni a quemar las naves. La izquierda: al hilo del pitón, ayudándose. Adelantaba el toro, el viento descubría. Un perverso consejo: “¡Mátalo ya…!” La cara entre las manos, tocado y casi hundido el toro. A capón, una estocada corta y ladeada. Primera impresión: la frialdad academicista de la escuela francesa ortodoxa. Su seriedad.

Con caja y cuajo el segundo de La Ventana. Peludo, 529 kilos. Frágil. Un picotazo mínimo, otro de cubrir el expediente. Cerro, en el tercio, la muleta por delante. Facilidad. Una claudicación. En la media altura trataron de entenderse Cerro y el toro, que se aplomó. “¡Mátalo…!” Otra vez. La cuarta tarde de Cerro este año en Madrid. Nueve novillos llevaba matados. La espada no es su fuerte.

Colorado un cuarto alto y abundante pero reunido. A porta gayola Cayetano Ortiz. Temerario, valiente. Frío, tarda el toro. Algo celoso cuando viene. En apuros Cayetano antes de varas por eso. Un puyazo severo y un picotazo sedante de Tito Sandoval. Otro quite de Cerro. Por mandiles. Encajado, pero monocorde Cayetano. Sota, caballo y rey. Pesaba la faena de Sergio. Topetazos, enganchones. Decisión con la espada. Otra vez a capón.

El quinto fue el de mejor condición de los cuatro supervivientes de La Ventana. Aceleradillo, más perdiendo pasos que ganándolos, Cerro acreditó su mucho oficio –colocación, resolución-, y sus muchas ganas. Pero, faena de más a menos, a Rafael le costó embraguetarse. Y sufrió con la espada. Un poco.

Postdata para los íntimos.- Del legado de Manuel Rodríguez Manolete. Pero de Albacete, como doña Angustias, la madre de Manolete, que veraneaba en San Sebastián y tomaba las aguas de Cestona.

Muchos toreros de Murchante en el callejón con apoderados de Lavapiés.

Viento de julio. Frío en los dos últimos toros.

Muchos guiris.

"Guiri" es palabra vascuence. De la primera Guerra Carlista. Los "cristinos" de Espartero.

En busca del caballo de Espartero: el viaje de vuelta desde las Ventas al Wellington.

FICHA DEL FESTEJO
Cuatro novillos de Ventana del Puerto (José Juan Fraile Maceín), de buenas y variadas hechuras, de buen son el quinto, manejable el sexto, a menos segundo y cuarto; y dos sobreros -1º y 3º bis - de Julio García, cuajados los dos. El tercero bis, ovacionado, de muy buena nota.
Cayetano Ortiz, de blanco y oro, silencio tras un aviso y silencio.
Rafael Cerro, de azul cobalto y oro silencio tras aviso y palmas.
Sergio Felipe, de verde manzana y oro, saludos tras un aviso y vuelta.
Ortiz y Felipe, de Béziers (Francia) y Albacete, debutantes en Madrid.
Domingo, 28 de julio de 2013. Madrid. Ciclo de Novilladas. 2.500 almas. Veraniego, pero suave y ventoso. Un minuto de silencio en memoria de las víctimas del siniestro ferroviario de Compostela.

FERIA DE SAN JAIME EN VALENCIA – ÚLTIMO FESTEJO: Diego Ventura cierra feria con triunfo rotundo

PACO AGUADO
Foto: EFE

Un tercer mano a mano, en este caso de rejoneadores, cerró la feria valenciana de los "duelos", con el resultado de la salida a hombros de más solidez de todas las registradas en el ciclo: la de Diego Ventura.

La caída del cartel de Fermín Bohórquez, lesionado en una clavícula hace unas semanas, llevó a la empresa a dejar el festejo en este mano a mano entre los mismos protagonistas de la matinal de Fallas. Pero en esta ocasión sólo uno de los dos salió por la puerta grande.

Fue Ventura quien lo logró con dos orejas cortadas, que pudieron ser cuatro de no haber marrado con el rejón de muerte en el sexto, al final de la que fue la mejor faena de la tarde y frente al toro de más bravura y duración de la corrida.

Abrió la faena el jinete sevillano recibiendo a portagayola y con la garrocha al de Bohórquez, que no dejó desde ese momento de perseguir las cabalgaduras con nobleza y entrega. Las arriesgadas evoluciones y los embroques de Ventura sobre sus caballos «Pegaso», «Milagro», «Morante» y «Remate» pusieron en pie los tendidos en varias ocasiones, pero el más que posible doble trofeo se quedó sólo en una fuerte ovación por sus citados fallos con el rejón de muerte.

Con los otros dos toros de su lote, dos animales muy parados, también tuvo que arriesgar Ventura, que calentó al público con alardes espectaculares hasta poder cortar esas dos orejas que avalaron la salida a hombros.

El marcador de trofeos de Andy Cartagena se quedó parado con el que paseó de su primero. Su actuación estuvo marcada por el sentido lidiador y un desarrollado oficio con los que remontó la falta de codicia de sus toros.

El alicantino hizo siempre lo más destacado con sus caballos estrella, «Magno» y «Pericalvo», con los que llegó siempre muy cerca de los pitones para clavar banderillas. Pero también los fallos con los hierros de muerte le impidieron acompañar a Ventura en la salida hombros. / EFE

FICHA DEL FESTEJO
Seis toros, despuntados para rejones, de Fermín Bohórquez. Corrida bien presentada, noble y justa de raza y de escasa movilidad. Destacó el sexto por su bravura.
Andy Cartagena: rejonazo contrario caído (oreja); pinchazo y rejonazo trasero (palmas tras leve petición); rejonazo y dos descabellos (ovación)
Diego Ventura: rejonazo trasero (oreja), pinchazo y rejonazo trasero caído (oreja); dos pinchazos, rejón trasero y descabello (ovación). Salió a hombros.
Sexto y último festejo de la Feria de Julio. La plaza se cubrió en algo menos de la mitad de su aforo, en tarde de calor sofocante.

La Unión de Toreros convoca la huelga en plazas con impagos

Y emprende medidas legales

La Unión de Toreros ha convocado una huelga para todas las plazas donde se han producido impagos en las últimas temporadas, según ha anunciado en un comunicado. Desde la organización se asegura que la medida se ha tomado porque en las últimas temporadas "se ha incrementado sustancialmente el volumen de impagos a toreros por parte de las empresas". Y además, aseguran que "solo en unos pocos casos, la empresa que incumple cuenta con activos o patrimonio suficiente como para hacer efectiva una eventual reclamación judicial. Sin embargo, en la mayoría de los casos nos encontramos con empresas manifiestamente insolventes, que se crean ex profeso para funcionar durante una sola temporada incumpliendo sus obligaciones para con toreros, ganaderos, ayuntamientos, y defraudando también a la Hacienda Pública y a la Seguridad Social".

Desde la Unión de Toreros también se denuncia la "tolerancia, cuando no connivencia y complicidad, de ciertos Ayuntamientos, a quienes única y exclusivamente les preocupa que en su plaza se den toros gastando lo menos posible, sin importarles cómo ni de qué manera se den". Tanto es así que se han tomado medidas "ante la jurisdicción penal contra alguno de estos personajes por la presunta comisión de delitos de estafa, apropiación indebida, insolvencia punible, delitos contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, delito de obtención/aplicación ilícita de subvenciones públicas y delito de falsedad en documento mercantil. Pero también se está trabajando en la exigencia de responsabilidad penal contra algunos Alcaldes y Concejales, por razón de la presunta comisión de delitos de prevaricación de funcionarios públicos y cohecho".

Por todo ello, han convocado huelga para las siguientes plazas:

ANDALUCÍA                             
- Almadén de la Plata
- Benalmádena
- Constantina
- Dos Hermanas
- Estepona
- Morón de la Frontera
- Priego de Córdoba
- Sabiote
- Úbeda
- Santisteban del Puerto
- Zalamea la Real

CASTILLA-LA MANCHA
- Almadén
- Almorox
- Almodóvar del Campo
- Bolaños de Calatrava
- Casas de Benítez
- Caudete
- Daimiel
- El Bonillo
- Jadraque
- Los Navalucillos
- Miguelturra
- Pedro Muñoz
- Piedrabuena
- Porzuna
- Pozuelo de Calatrava
- San Clemente
- Tarazona de la Mancha
- Tomelloso
- Torralba de Calatrava
- Valera de Abajo
- Villalpardo
- Villamayor de Santiago
- Villarrubia de Los Ojos
- Villarrubia de Santiago

CASTILLA Y LEÓN
- Riaza

EXTREMADURA
- Fregenal de la Sierra
- Villafranca de los Barros

MADRID
- Venturada

ARAGÓN
- Calanda

COMUNIDAD VALENCIANA
- Benidorm


Redacción APLAUSOS

FERIA DE SANTIAGO EN SANTANDER – ULTIMA CORRIDA: Bolívar abre la Puerta Grande en una buena corrida de Victorino

DAVID CARRERA

El colombiano Bolívar se convirtió en el gran triunfador del último festejo de la Feria de Santiago tras cortar una oreja de cada toro de su lote en una corrida de Victorino Martín en la que Javier Castaño sumó otro apéndice y Francisco Marco abandonó el coso de Cuatro Caminos sin tocar pelo.

Bolívar mostró ser un torero con oficio y cuajado en las corridas duras, sobre todo con su primero, al que toreó de forma aseada y en la distancia con muestras de superioridad. El colombiano no tuvo margen de lucimiento pero cumplimentó una meritoria faena con la que se ganó la oreja tras estoquear de forma certera.

Lo mejor estaba por llegar con la gran faena de Bolívar al que cerró plaza, al que ya en el capote recibió y citó con gusto. El colombiano cuajó una faena templada, serena y de buen aire en general, ante un buen toro de la ganadería de la "A coronada".

El animal transmitió y el colombiano lo llevó a sus terrenos para lucirse con una buena tanda de derechazos. Buena faena que coronó con un excelente estoconazo que bien pudo merecer mayor premio que la única oreja concedida.

Otra oreja se llevó Javier Castaño con el quinto de la tarde, toro que humilló y repitió en la embestida y al que el salmantino cuajó con mando y sobre todo mano baja. Un buen toro para una faena firme y ajustada. Mató de una estocada en el centro del ruedo lo que le permitió pasear una oreja.

Su primero fue otro buen toro al que recibió por verónicas con el capote. Tras los buenos inicios en la muleta el "victorino" puso en apuros a Castaño, que hubo de emplearse a fondo y con intensidad para reconducir al enemigo al que mató sin acierto, siendo silenciado.

Abrió plaza un toro resabiado que desarrolló cierto peligro y con el que Francisco Marco se tuvo que pelear. Lo intentó el diestro estellés, aunque criado en Santoña, en una labor voluntariosa que no llegó a alzar el vuelo. Miguel Ventosa 'Venturita' le robó protagonismo tras ser volteado por el toro, cogiendo de nuevo los palos para clavar un excelente par.

Marco no pudo resarcirse con el cuarto, un toro rajado que perdió todo el fuelle en el caballo, picado por dos veces, y al que fue imposible recuperar en la muleta. Un toro muy apagado con el que Marco no tuvo opciones de lucimiento a pesar de su entrega. / EFE

FICHA DEL FESTEJO
Toros de Victorino Martín, bien presentados aunque con desigual juego, destacando el quinto y sexto por su clase.
Francisco Marco: estocada (silencio tras aviso); y estocada trasera y descabello (silencio tras dos avisos).
Javier Castaño: media y descabello (silencio tras aviso); y estocada desprendida (oreja tras aviso).
Luis Bolívar: estocada (oreja); y estocada (oreja con fuerte petición de la segunda).
La plaza rozó el lleno en una tarde con el cielo despejado.

FERIA DE SAN JAIME EN VALENCIA – CUARTA CORRIDA: Morante, en versión virtual, y Talavante, entregado y al ataque

El toreo sin toro, pero el torero de la Puebla encandila a la mayoría en una faena figurada. Un toro bravo, de Victoriano del Río, y otro de menos a más.

BARQUERITO
Foto: EFE

JUNTOS PERO NO revueltos Morante y Talavante. Mano a mano o lo que fuera. Morante se había alistado en el frente de combate con tres toros de Juan Pedro Domecq. Guapo el primero, pero más frágil que bello. A Morante se le durmieron hasta las uñas en dos de los seis o siete lances de recibo. Supremo compás. El toro tomó la mitad de ellos a paso de caracol. Cloroformo en los vuelos del capote hasta que en el remate antológico de media enroscada el toro dijo “ya vale, Morante…”. Exangüe el toro a los cinco muletazos: abierto de manos y cuartos traseros, intentos de rebrincarse, los bofes fuera, la mirada en las tablas. Algunos pitos de fondo. Palmas cuando Morante se fue a cambiar de espada. Un prudente pinchazo, una estocada honda.

En los turnos pares, toros de Victoriano del Río. No era corrida de menú, sino a la carta. Sacó buen son el segundo. Despacio y acoplado Talavante de capa en el recibo: lances en línea. Señales equívocas de flojera del toro, que se soltaba y, corrido, tomó un puyazo con más ganas que poder. En la segunda vara se repitió la jugada. Pero con más poder. Fue toro con celo por el peto y, como suele suceder en esos casos, algo distraído en apariencia. Hizo hilo con Fernando Plaza en banderillas, se dolió de ellas, atacó también. No estaba muerto, ni de pachanga. Morante cortó en el tercer par con un capotazo que no pareció nada pero tuvo su secreto.

Un calor amazónico. Cientos de abanicos batidos a la vez. Para calentar el ambiente, sin pruebas, Talavante ligó sin rectificar una primera madeja de muletazos en tablas. Firmeza, buenos brazos. Y a los medios. Una tanda con la zurda, la banda se arrancó con el “Cielo Andaluz”, de Marquina. ¡Qué bonito! Arriba el toro. Y la gente. Arrancado Talavante. Impetuosos los muletazos, no tan templados. Mejor son de toro y torero con la diestra, un cambio de mano, el de pecho y un patinazo con caída de Talavante inerme. Solo el ay, el uy. Le empezó a costar al toro, que en corto protestaba. Y un final de alarde: ni mondeñinas, ni manoletinas, pero se les parecieron a unas y otras tres muletazos por alto despegaditos. Una entera tendida. ¿Había partido?

Partido tal vez. No toro. Un tercer juampedro colorado, bien comido, gran culata. Morante le sacó los brazos y le bajó las manos. En las propias se apoyaba el toro, que adelantaba por la derecha. Los dos lances de firma fueron por la siniestra. Un desarme por abusar. El capote de Morante vino a quedarse en el ruedo, guarecido bajo el estribo. Cosas que pasan. Tanto el calor que amenazó tormenta. Gotas de vapor. Las ocho y media. Siete caricias de Morante con la muleta. Se paró el toro como un fardo de paja. Una pitada. Y se acabó. Un pinchazo, otro, una corta y fuera. Señores, ¡a merendar!

Un cuarto toro de inocultable mansedumbre: los andares, el porte, la manera de no querer. De carreta con aspecto de carretón. Una faena paripé de Talavante. Cite desde los medios, ni caso. Recorriendo plaza, pero no siempre encontrando toro. Muletazos a suerte descargada, solo medios viajes. Al fin encontró el toro refugio en tablas y se aculó en ellas. No hubo ni intercambio de golpes. Media estocada atravesada, tres descabello, parecía que iba a rodar el toro, pues no, tres descabellos más. Match nulo.

El último de los tres juampedros, colorado, bonito, tuvo poquita gracia. Ni siquiera el capote de Morante le provocó. Suelto de ese capote y suelto también de dos varas no tan clementes. Sin rumbo, suelto todavía, se encontró en la puerta al otro caballo. Hola y adiós. Un problema de falta de fijeza, raro en casa de Juan Pedro. Trastornos del calor. No estaba dispuesto a aburrirse Morante. Tanteo entre rayas. Con la zurda, uno cambiado muy bello y otro apuntado, casi un piropo. Mosca la gente. “¡Arrímate!”. No era el problema ése. Se medio remangó Morante. Medio fue y vino el toro, suelto por sistema, la cara arriba, ganas de rajarse. La sorpresa de algún muletazo gaseoso, un molinete del Gallo, otro de Bienvenida. Escarba que te escarba –el toro- y un aquí te pillo aquí te mato de Morante que la gente vivió como la faena fantástica. No lo era. Hubo que figurárselo. Ni joya ni baratija, ni oro ni latón. Un camelito. ¿Y entonces? El toreo sin toro. Otra cosa. El “Nerva” en el tocadiscos, con su solo de trompeta. Y Morante, aflamencado pero casi a destajo. Coces del toro cuando dejaba de escarbar. Un aviso antes de cuadrar Morante. Una estocada caída. Casi el delirio.

Deslumbrado por lo focos, el sexto, buen elemento, abrochadito, echó las manos por delante, casi un derribo de latiguillo hasta escapar suelto, desconcertado Talavante, que sintió al toro incierto y falto de fijeza, porque lo cegarían las luces. Distraído, desganado, casi topando, pajuna nobleza. En los medios Talavante en un intento formal. Tres muletazos largos con la zurda. Música: el “Morenito de Valencia”, que murió tan lejos de aquí. Pausas, treguas, gestos. Golosas miradas del toro a tablas, pero tomaba el señuelo dócil, y como si embistiera. Fácil Talavante, seguro y entregado también. Sedicentes bernadinas, dos muletazos lentísimos y el gran susto: tropezón de Talavante, de pronto a merced del toro y entre sus manos. Librado por los pelos, cojeando, Alejandro atacó a toro arrancado. Una entera contraria, trasera y tendida.

Postdata para los íntimos.- Qué calores los de julio, luna menguante.

FICHA DEL FESTEJO
Tres toros -1º, 3º y 5º- de Juan Pedro Domecq y tres -2º, 4º y 6º- de Victoriano del Río. Corrida de desigual remate. Salvo el segundo, encastado y venido arriba, corrida de muy pobre condición. Noblitos y mansitos los tres juampedros; manso con ganas el cuarto victoriano; noble el sexto, deslumbrado, de menos a más.
Mano a mano. Morante de la Puebla, de purpura y oro, silencio, silencio y una oreja protestada tras un aviso. Alejandro Talavante, de caña y oro, una oreja, silencio y oreja tras un aviso. Sobresaliente, inédito, Jeremy Banti.
Sábado, 27 de julio de 2013. Valencia. 5ª de la Feria de Julio. Casi tres cuartos de plaza. Bochornazo. Por tercer día consecutivo, un minuto de silencio en señal de luto. El paseíllo, con tres minutos de retraso.