Buen triunfo del torero de
Béziers con dos toros distintos de Cuvillo. Notable pasajes con la mano
izquierda, dos grandes estocadas. Desangelado Luque, fácil El Fandi.
BARQUERITO
Foto: EFE
LA TARDE DE SAN JAIME.
Veraniega. Pegaba duro en el casco viejo. Antes de las dos ya se habían
derretido los hielos de todos los puestos de pescado del Mercado Central, uno
de los templos paganos de Valencia. Poca gente en la plaza. Pocos pero con
ganas. Primero, un torote colorado y bien cortado de Cuvillo. Con el gesto
bondadoso de los de peluche. Y El Fandi, que llevaba un brazalete
de luto. Una larga cambiada, algunos
lances magnéticos, difíciles. Dos picotazos. Más no se podía. Castella quitó con firmeza: por tafalleras, una tijerilla entre ellas y una larga suntuosa. Tomó rehiletes y clavó
trasero El Fandi, pletórico, sobrado y suficiente. Se acabó dejando
colgado el toro del índice de la mano derecha como un halcón. ¡Música, música…!
Era de mazapán el toro, pero estaba con la boca abierta a
los diez viajes. Iba y venía, dócil esperaba el turno de entrar en escena y
casi tomar la palabra. La batuta la llevaba El Fandi. Ayudados con la
izquierda de mano baja. Ningún ahogo. Coser y cantar. Nada que no fuera
previsible, salvo un desarme en un toque por delante. La lengua afuera, se
abría de manos el toro. “Haz conmigo lo
que quieras”. Una estocada trasera, inapelable. Pidieron una oreja más
pitando que blandiendo pañuelos. Sordo el palco.
Viento revoltoso, aire caliente y centrífugo. Castella le bajó las manos en el saludo
al segundo, que no apoyaba del todo la mano izquierda pero se asentó luego. Media verónica bien cortada, dos puyazos
traseros, en el mismo punto los dos, y un quite de Luque por chicuelinas que
desdibujó el viento. Pronto en banderillas, abrió entonces la boca el toro, tan
dócil como noble. Salido de las retortas pasteleras de El Grullo. A placer Castella. Cinco estatuarios entre rayas
ligados con una sutil madeja de cambiados, el de la firma y el de pecho. Tras
la apertura, toreo bien templado por las dos manos, tandas ligadas no sin
perder pasitos sin que nadie lo viera, encaje impecable. Buen dibujo con la
izquierda. Un susto y achuchón en un cite con la diestra muy con el pico y por
fuera. Se le fue al toro la divisa al suelo. Casi un juego: dosantinas, circulares, un molinete. Una estocada.
El tercero, más astifino y abierto que los dos primeros,
tuvo cierto picante. Delantales de Luque.
Se le acostó y coló el toro cuando vino a lance hecho, dos varas y apretó en
las dos. Buena brega de Punta, un
gran par de Abraham Neiro. Banderas
de Luque para abrir faena, y,
enseguida, dobladas de cierto empaque porque el toro se vino arriba y hubo que
ajustarlo. Tal vez más de la cuenta. Acelerado Daniel en una faena algo plana. Buenos muletazos de pecho, aparente
ligazón, monotonía. Sensación de aburrirse el torero. El toro quiso siempre.
Una estocada con vómito. Y la merienda. La trae de casa cada uno en papel de
aluminio. El bocadillo marca España. ¡Ñam
ñam! Pan y toros.
Casi las nueve de la noche. Soltaron el cuarto Cuvillo, que salió rana. Apaisado de
cuerna, más talla, suelto desde la salida, cobró a modo en dos varas, cortó en
banderillas –notable un segundo par de
poder a poder y de dentro afuera
de El
Fandi- y una porfía movida que estuvo vista para sentencia a los cuatro
viajes. Toro que se soltaba y, si volvía, lo hacía contrario y solo para buscar
marcharse de nuevo. A tablas quería y solo ahí. Descubierto por el viento, El
Fandi se encontró de pronto el toro casi en la barriga. No pasó nada.
Buena estocada. Pura facilidad.
Acalambrado y trotón de partida, deslumbrado por los focos,
el quinto se le vino cruzado a José
Chacón antes de varas y pareció toro orientado. Falsa alarma. El propio Chacón lo dejó de seda con cuatro
lances de brega y Castella apostó.
Brindis al público desde el platillo, se vino el toro y se tragó esa madeja tan
de Castella: los cambiados por la espalda, tres, cosidos
con dos por alto en la suerte natural, y abrochados todos con el natural, el de pecho y el del desdén. Un jaleo. Embalada la cosa;
la plaza, feliz. La chispa que se estaba echando de menos. El toro dejó de
pasar a los veinte muletazos. Pero Castella
no perdonó ni uno de los veinte. Rico el repertorio, que ha hecho ya muy suyo,
de toreo ayudado con la izquierda. Toreo en línea pero embraguetado, manifiesta
autoridad. Tancredo impasible cuando se le paró el toro. Una soberbia estocada.
Le esperaba la puerta grande. Triunfo no regalado.
El sexto, grandón, justo de trapío, se escupió del caballo
pero sangró hasta la pezuña tras la vara escupida y se entregó en la segunda.
Conducta contradictoria: tomó capote con son, se dolió en banderillas, bramó. ¿Genio? Luque brindó a la gente. Se cayó en la cuenta de que a esta corrida
venía como triunfador de las últimas Fallas. Flaca memoria. Más ligera que
densa la cosa. Recursos, habilidad. Banderas, tanteo en la segunda raya; noble
pero desganadote el toro, que echaba los bofes ya a los diez viajes pero venía
si se le reclamaba. Poco convencido el torero de Gerena. Pidieron música, la
banda había cerrado los estuches y guardado las partituras, iban a dar las
diez, empezó a desfilar la gente, el toro acabó topando. Una buena estocada.
Postdata para los
íntimos.- Veo un tractor en el
ruedo. Escribo en una grada con apoyo de pupitre.
FICHA DEL FESTEJO
Seis toros de Núñez del Cuvillo.
Terciados, nobles, bonitos, dieron buen juego los tres primeros. De más cuajo
los otros tres. Cobardón y rajado el cuarto; sin fijeza y deslumbrado de
partida, el quinto, blando en varas.
El Fandi, de carmín y azabache, saludos y silencio.
Sebastián Castella, de tabaco y oro, una oreja en cada toro.
Daniel Luque, de violeta y oro, silencio y palmas.
Brega buena de José Chacón y
Antonio Punta.
Jueves, 25 de julio de 2013. Valencia. 3ª de la Feria de Julio. Estival pero no tórrido, ventoso. Un tercio de plaza. Un minuto de silencio en memoria de las víctimas del accidente ferroviario de Santiago.
Jueves, 25 de julio de 2013. Valencia. 3ª de la Feria de Julio. Estival pero no tórrido, ventoso. Un tercio de plaza. Un minuto de silencio en memoria de las víctimas del accidente ferroviario de Santiago.
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