PACO AGUADO
El
apoderado y preparador de toreros Antonio
Corbacho, hombre clave en la forja taurina del famoso diestro José Tomás, falleció a primera hoy en
Madrid, según han informado a EFE fuente familiares.
Corbacho, de 62 años de edad, estaba a la
espera de un trasplante de hígado tras padecer durante varios años las
complicaciones de una hepatitis C que él mismo achacaba a una
transfusión de sangre realizada tras una de las cornadas que sufrió durante su
etapa de novillero. Durante el último mes permanecía ingresado en el hospital Gregorio Marañón, donde era atendido de
varios fallos multiorgánicos que finalmente le han llevado a la muerte.
Madrileño
del barrio de Chamberí, Antobio Corbacho
debutó con picadores en La Roda (Albacete) el 18 de mayo de 1975 -donde ya
resultó corneado de gravedad- y fue un novillero sin demasiada suerte hasta su
retirada en Sevilla diez años después, cuando decidió pasarse a las filas de
los banderilleros. Por su amistad con Victorino
Martín hijo, Corbacho comenzó a
preparar taurinamente a un becerrista de Galapagar que era pariente del
ganadero y que años después acabaría convirtiéndose en la primera figura de los
últimos años, el famoso diestro José
Tomás.
Fue
el veterano banderillero, admirador de El Viti, Paco Camino y El Cordobés, quien inculcó al joven
espada durante unos años la clásica filosofía samurái y la desarrollada técnica
del concepto del toreo que le llevaría finalmente al estrellato taurino.
Sobre
esas premisas éticas y siempre con una peculiar, estricta y durísima
preparación -"yo no soy duro, el que es duro de verdad es el toro",
repetía siempre-, Corbacho entrenó
después a otro buen número de novilleros y matadores que lograron éxitos
notables. Además de José Tomás, al
que volvió a apoderar entre las temporadas de 2000 y 2002, Corbacho lanzó y dirigió la carrera de Alejandro Talavante, hoy también primera figura, y la de toreros
españoles como Gómez Escorial, Sergio
Sánchez, Víctor Puerto y Sergio
Aguilar, así como la de los mexicanos El Cuate, Jerónimo, Ignacio Garibay y Arturo Macías.
Antes
de que su enfermedad se agravara, Antonio
estaba apoderando al novillero colombiano Sebastián
Ritter, junto al que pisó por última vez el callejón de una plaza de toros
el pasado mes de mayo, durante la feria de San Isidro de Madrid. Precisamente
cerca de Las Ventas, en el tanatorio de la calle 30, sus restos mortales serán
velados desde esta misma tarde. / EFE
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