Y cortó la única oreja de la
segunda novillada de la Temporada Chica.
JORGE
RAÚL NACIF
CIUDAD DE MEXICO.-
Aunque está todavía muy verde, lo cual es natural debido a lo poco que ha
toreado, Jorge Rizo gustó a la afición de la Plaza México gracias a su
concepto tan mexicano del toreo y cortó la única oreja de una novillada en la
que los Forcados Hidalguenses pusieron
sal y pimienta.
Y es que el moreno torero capitalino enseñó
variedad capotera y un trazo muletero largo y sabroso, lo cual dejó gratas
sensaciones. Habrá quien diga, y con razón, que Rizo no logró redondear
su faena y aprovechar a cabalidad las nobles embestidas del ejemplar de Marco Garfias, pero también es
verdad que el chaval apenas debutó en este escenario y trae poco rodaje.
Dice un viejo refrán taurino que a un
novillero se le puede perdonar todo, menos no mostrar hambre de ser. Y Jorge
dejó ver mucha actitud desde que se abrió de capote, rematando los lances
iniciales con una pinturera revolera. Posteriormente ejecutó chicuelinas e improvisó una larga cambiada de pie para cerrar el
quite.
Con doblones inició su faena y regaló una
primera tanda en muletazos largos y con sentimiento, muy a la mexicana, serie
en la que el joven torero dejó ver que atesora cualidades. El ejemplar era
obediente y con calidad, pero a Rizo le costó trabajo tomarle el ritmo y
poder ligarle muletazos del mismo calado y tandas largas en extensión e,
incluso, fue desarmado y hasta se llevó un arropón en un descuido.
Por el pitón izquierdo no se acomodó y el
novillo no tenía la misma clase, y hacia la parte final del trasteo el
novillero volvió a entonarse en trazos de bella factura, sintiendo mucho en
cada uno de éstos y extendiendo el muletazo, pese a que las series no fueron de
una gran cantidad de pases. Culminó con estoicas manoletinas y con decisión se fue tras el acero, dejando una
estocada caída que finalmente fue suficiente para que la petición de oreja no
se hiciera esperar. Rizo paseó el trofeo con lágrimas en los ojos,
visiblemente emocionado, mientras que el ejemplar fue premiado con arrastre
lento.
Poco se esperaba del rejoneador charro, Joaquín
Gallo, debido a que llegaba a La México con muy poquitos festejos formales
a cuestas, pero pese a su verdor dejó instantes que gustaron. Aunque colocó
algunas banderillas a "caballo
pasado", emocionó al público cuando templó de costado. Quizá el
momento más coreado de su actuación fue al meterse por los terrenos de adentro
hasta en tres ocasiones y adornarse con el sombrero charro.
Actitud y buenos momentos de Gallo ante
este novillo que abrió plaza, un astado noble y que le permitió andar muy
desahogado. Los Forcados Hidalguenses
debutaron en La México y cuajaron una pega magnífica, sensacional, en la que el
cabo de cara Eduardo del Villar expuso con valor ante la larga embestida
del burel y, gracias a la eficacia de las ayudas, se logró redondear lo que fue
un gratísimo debut.
El caballista liquido al novillo con un rejón
de muerte un tanto contrario y, tras leve petición de oreja, salió al tercio y
luego, entre algunas protestas, dio la vuelta al ruedo. Muy ovacionado Eduardo
del Villar, que le acompañó en el recorrido.
El hidrocálido Jorge Didier no pudo
siquiera debutar en La México lidiando un novillo propio, pues fue herido al
hacerle un quite al ejemplar de su compañero Adrián Padilla. Al intentar
una gaonera rodilla en tierra,
adelantó la suerte y sufrió una cornada limpia en el muslo izquierdo; tras
rematar su intervención, ingresó a la enfermería y ya no salió.
Por lo tanto, el leonés Adrián Padilla
lidió dos ejemplares, pues le dio muerte al que iba a corresponder a Didier,
mismo que, por acuerdo, salió al ruedo en sexto lugar. Ajustado en las chicuelinas se vio Padilla y con
la muleta mostró ese temple tan especial que ya había puesto de manifiesto en
esta capital, concretamente en la Plaza
Arroyo hace un par de años.
Las primeras tantas de muletazos fueron muy
lentas, llevando con mimo las embestidas de un novillo que terminó por rajarse
y desafortunadamente la faena ya no tomó mayores vuelos, mientras que el
novillero tampoco logró que el trasteo volviera a levantar y todo quedó
solamente en la miel en los labios.
Al que lidió por Didier, que fue un
novillo con calidad, también le endilgó derechazos de buen nivel, aunque
pareció que la faena jamás logró despegar por completo. De nuevo Padilla
dejó ver ese temple que tiene en su mano diestra, pero con la zurda no fue lo
mismo. Falló en repetidas ocasiones con el acero y escuchó dos avisos,
cambiando por pitos lo que pudieron ser ovaciones.
El tlaxcalteca José María Macías tuvo
una buena presentación ya que, aunque el triunfo no llegó, si pudo mostrar sus
credenciales de torero bueno y agradables maneras. El novillo era hasta cierto
punto manejable, pero terminaba con la cabeza a media altura y comenzó a salir
suelto de la muleta, manseando. Macías se notó solvente, con
conocimiento de causa, y al final saludó una sincera ovación desde el tercio.
Christian Verdín
acusó el hecho de haber toreado prácticamente nada durante el último año y
solamente dejó detalles ante un novillo que tuvo movilidad, pero que terminaba
desluciendo en sus embestidas, en una faena que fue de más a menos y que inició
con buenos momentos toreando por derecha, con buen empaque. El torero tapatío
tuvo actitud e intentó que su labor alcanzara mayores alturas, lo que
finalmente no sucedió y se retiró entre algunas palmas.
Al igual que la primera novillada de la
Temporada Chica, celebrada la semana pasada, el festejo de hoy tuvo pasajes de
mucho interés y deja un agradable sabor de boca entre los asistentes.
FICHA
DEL FESTEJO
Novillos de Marco Garfias, correctos en
presentación, algunos descastados y sin pelear en varas, manejables en su
conjunto, de los que destacó el 5o. por su calidad y fue premiado con arrastre
lento. Pesos: 396, 414, 438 400, 445 y 419 kilos.
El rejoneador Joaquín Gallo: Vuelta tras ligera
petición.
Adrián Padilla (lila y oro con cabos
negros): Silencio tras aviso y pitos tras dos avisos en el que mató por Didier.
Jorge Didier (azul rey y oro): Herido.
José Mari Macías (blanco y oro): Ovación.
Christian Verdín (verde botella y oro):
Silencio.
Jorge Rizo (grana y oro): Oreja.
INCIDENCIAS: Los Forcados Hidalguenses
hicieron una magnífica pega al primer intento y dieron la vuelta en compañía
del rejoneador. *** Jorge Didier sufrió una cornada en el muslo
izquierdo cuando intentaba hacer un quite al novillo de Padilla. El
turno se corrió y Padilla enfrentó al 6o. *** Juan Ramón Saldaña
destacó en la brega.
México, D.F.- Plaza México. Segunda novillada de la
Temporada Chica. Unas 4 mil personas en tarde nublada, con algunas ráfagas de
viento.
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