lunes, 15 de julio de 2013

Menudas Fiestas

Luego del encierro y pasado el miedo, a descansar para regresar a la plaza en la tarde para la corrida
PAMPLONA, Navarra.- No son precisamente las 9 horas de vuelo de Caracas a Madrid… llegar, buscar el AVE o el Bus que te lleve más rápido a Pamplona; las 5 horas  y medias que estas montado en el Bus, ya que por horarios es el que llega más rápido, las que te agotan letalmente.
Franco en la tele, en TVE previo al encierro
Hacer una parada 2 horas antes en una estación de servicio y ver al 80% de las personas vestidas de blanco con el pañuelo rojo sobre el cuello, te va dando una idea de lo que serán estas fiestas; llegar a Pamplona y bajar a la estación de autobuses, ver a taxistas, choferes de autobuses urbanos, recepcionistas de hotel, y sin dejar a un lado las mucamas vestidas de igual forma, hace que las expectativas crezcan aun más… Una ducha, camisa blanca y pañuelo rojo al cuello, es lo primero que haces para formar parte de esta gran fiesta.

Llegar a la zona ferial, y ver que tus expectativas no tenían ni idea de lo que es esto, emociona. Caminar por las calles, las mismas calles que hace el recorrido del encierro por la mañana, y ver panaderías, convertidas en bares, floristerías en vendedoras de hielo, Coca-Cola, sangrías entre otras, te va orientando y estimulando a ser uno más de ellos y beber sin control, seguir caminando hasta llegar a la Cuesta de Santo Domingo, la primera calle por donde se arranca el encierro, llegar al fondo y ver los toros en el corral, esperando la salida a las 8 am, y a un lado a las personas guardando puestos desde las 4 de la mañana, para ver en primera fila lo que va a suceder, y no pagar un balcón, que también alquilan por unos 60€ (en esta fiesta todos hacen negocio),  de pronto es bueno a ver si no se quejan tanto de la famosa crisis,
El estruendoso ruido de las peñas en la plaza es un elemento singular al resto de plazas de España o Francia
Van pasando las horas como minutos, empiezas a ver a personas tiradas en el suelo en posición no precisamente de descanso, los vendedores ambulantes venden son productos de “hora loca” como sombreros, collares, lentes, todo con alusión al carnaval.
La juerga es tanto de día como de noche
Se acercan las 6 de la mañana, y escuchas a un tal Franco diciendo, voy a dejar de beber porque quiero correr en el encierro… y a un tal Fernando respondiendo: yo te hago las fotos; no hizo falta pues su chaqueta tricolor llamo la atención de un camarógrafo, y lo grabo calentando a eso de las 7:50 AM. Pasados los minutos no tardaron de llegar esas fotos tomadas al televisor desde Venezuela, emocionadas por haberlo visto en la previa, haciendo una representación justa de nuestro país. Se acercan las 8 de la mañana, y yo la plaza de toros, ya que no encontré puesto en ninguna parte del recorrido, todo abarrotado, y llegar y ver que no cabe una alma en la plaza, esta si contabilizada, 20 mil personas, no deja de sorprender y prometer. No faltar ni un año a estos Sanfermines.
Sin puntilla y listo para las mulillas.
Cámara en mano y con un poco de habilidad se consigue un buen puesto para ver el encierro, miras a un lado y la gente agotada, miras al otro y como si estuviera empezando la juerga, con la misma algarabía, y el trago en mano, dos pantallas LED, van mostrando en vivo lo que está pasando, 30 seg. de angustias al ver a un toro ensañado con un mozo, tres cornadas el resultado, y ver los toros con los cabestros llegar a la plaza, varios subalternos con capotes, y a los corrales… te levantas, te das cuenta en ese momento que estas muy agotado y que por fin vas al hotel, y vez que sueltan vacas bravas, unas seis, una por una a jugar en el ruedo, con el publico atrevido, varios revolcones, el sol ya muy intenso, y la gente ya buscando sus querencias. Yo las encontré a eso de las 10 y 30 am.
Buen muletazo de Jiménez Fortés en su primera comparecencia este año en Pamplona.
Caes rendido pero con el despertador a eso de las 3, porque la corrida empieza a las 6 y 30, y las entradas muy difíciles de encontrar, una llamada a Diego Robles, (apoderado de Padilla), y con mucha pena pedir que nos encuentren 2 entradas, y escuchar una respuesta, ¡¡claaaro Franco, te he visto en la tele, te la haz jugado eh!!, hace que el sueño y el cansancio no recuperado no afecte, y la misma rutina… ducha, camisa blanca, pañuelo rojo al cuello y a la calle, en esta oportunidad es llegar al patio de caballos, saludar, agradecer y para adentro, 20 mil almas nuevamente vestidas de blanco, aunque unas 7 mil de ellas, se ven de vino tinto, todo aquel que han derramado encima, esto sucede en la parte de sol, que las conforman las famosas Peñas de Sol, no ven la corrida… es un carnaval, pistolas de agua, pero con alcohol, cada peña con su trompeta, sus tambores, en fin una banda show, las 2 horas y media que dura la corrida, brincando, cantando, bailando, bebiendo y no viendo lo que sucede en el ruedo, hace que te distraigas un poco y quieras estar al día siguiente ahí.
Todo en Pamplona por época de feria gira en torno a San Fermín, incluyendo la vestimenta para grandes y chicos.
Se acaba la corrida y todas las peñas bajan al ruedo, y salen por la misma puerta donde entra el encierro, en un desfile, la gente se para alrededor a verles pasar, como si estuvieran en la clausura de un día en Disney y su Parade, desde niños en coches, en brazos, en hombros, jóvenes, adultos y abuelos,  en fin se mezcla todo, la familia y el alcohol, todos respetan a todos, nada es mal visto, como diría mi padre, un desorden organizado.

Y sigue la fiesta, a especie de ciclo, igual como el día anterior, vas a la floristería a comprar hielo, coca-cola 2 vasos, y a mezclarlo con la botella de Cacique Venezolano a 16€… esperar a las 4 de la mañana y guardar puesto esta vez en la cuesta de Santo Domingo. llegan las 8, oyes los cantos que se le hace a San Fermín, se arranca el encierro, y solo son 10 segundos los que aprecias, la furia de los toros, y los mozos correr con desespero… valen mucho la pena.
No puede faltar el baile en las noches movidas por los distintos rincones de la vieja Iruña.
Caminas por la calle Estafeta, (la más famosa), pasas a un lado de la plaza, y ni te piensas si entrar o no a ver las vaquillas, lo que ya se quiere es descansar, para continuar al día siguiente. Dormir y repetir el ritual de la ducha, camisa y pañuelo, y encomendarnos a San Fermín.

FERNANDO ZAMBRANO
@fzambranos
Los fuegos artificiales complementa la alegría sanferminera por las noches

No hay comentarios:

Publicar un comentario