ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Foto: EFE
Las crónicas de las corridas de rejones últimamente se nos
llenan solas con los nombres propios de las estrellas de las cuadras, caballos
alados, portentos de valentía, templados galopes bajo las espuelas de sus
jinetes. Poco antes del "toro de la
merienda", «Ranchero» vino a
escribir el suyo a las órdenes de Roberto
Armendáriz. La manera de parar y quebrar en seco a ese pedazo toro de Capea
de 620 kilos provocó el toque de atención necesario para erizar los tendidos.
Bárbaros «Ranchero» y Armendáriz en la "paradinha" y en la ajustada batida en banderillas. El toro
«Botijero» fue excepcional de tranco,
ritmo, humillación y obediencia. Desde ahí la faena creció hasta el delirio
precisamente con las piruetas de un caballo que así se llamaba: «Delirio». El caballero de Noain quiso
matar por arriba y dos pinchazos se interpusieron en el camino de una obra de
clamorosa puerta grande. La oreja final no hacía justicia a todo lo visto.
Antes de la joya de Capea, se habían lidiado dos toros
bien distintos: uno falto de poder en los cuartos traseros y baja casta en
manos de Hermoso y otro con
transmisión, encastado y diferentes velocidades en manos de Sergio Galán, que toreaba, ¡cómo está esto!, su primera corrida del
año. Nada fácil la prueba para Galán,
que remontó con clasicismo y certeras reuniones. Y eso que le puso dos hierros
al murube.
Cuando ya parecía que «Uranio», «Ojeda», «Trópico» y «Fado» iban a
obtener su recompensa el rejón pegó en una banderilla, luego en hueso y ya se
fastidió la cosa.
Pablo I de Navarra, que había toreado a placer con el
desinflado toro que abrió plaza y había sentido a gusto sobre «Van Gohg» y especialmente con «Manolete», sufrió no poco con un cuarto
que le exigió todo el fondo de soberbio maestro con sus muchísimas
dificultades. De adelantar, cruzarse y atacar. Faena de figura de raza,
comprometida y valiente hasta la médula más que vistosa. Piezas clave de nuevo «Manolete» y «Pirata». Estos no rotan en la alineación. Oreja que se sumó a la
anterior para salir a hombros por la "puerta
del encierro".
Galán acompañaría
al maestro por la elegante faena al buen y escaso quinto. Falta le hacía. Que
un tipo de su concepto esté sentado en el banquillo y otros pegando caballazos
por ahí a cuenta de los lazos de sangre, clama al cielo. La fábula de «Vidrié», la maravilla de «Apolo». Un par a dos manos y un «Fado» que es elogio de la finura. Todo
supo a gloria. Un pinchazo no se interpuso en el triunfo del hijo adoptivo de
Pamplona.
Roberto Armendáriz
ha cuajado una cuadra importante. Volvió a verse con un sexto que se vino
abajo. Ahora con «Grano de Oro» y «Prometido». Pero cuando se presagiaba
que la triada completa de jinetes saldría a hombros se precipitó con el acero
mortal. Paradojas del toreo: el autor de la mejor faena de la tarde se marchó
andando.
FICHA DEL FESTEJO
Monumental de Pamplona. Sábado, 6 de julio de 2013. Segunda de feria.
Lleno de "no hay billetes".
Toros de Capea (San Mateo y San Pelayo), de buena presentación salvo el 5º; extraordinarios el
son y el ritmo del 3º; obediente pero sin poder el 1º; con trasmisión y dos
velocidades el 2º; complicado el 4º; bueno el 5; el manejable 6 se vino abajo.
Hermoso de Mendoza, rejón contrario y trasero (oreja). En el
cuarto, medio rejón atravesado y rejonazo fulminante (oreja).
Sergio Galán, pinchazo, rejón trasero y dos descabellos
(silencio). En el quinto, pinchazo y rejón contrario (dos orejas). Salió a
hombros con Pablo.
Roberto Armendáriz, dos pinchazos y rejón (oreja). En el sexto,
tres pinchazos y descuerda al toro (silencio).
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