sábado, 6 de julio de 2013

CORRIDA DE REJONES – FERIA DE SAN FERMÍN: Hermoso de Mendoza y Sergio Galán, a hombros por la puerta grande

ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Foto: EFE

PAMPLONA.- Ignacio Cía sigue siendo la memoria histórica y viva de la Casa de Misericordia de Pamplona. El "cossío" neuronal de las cientos de páginas que se han escrito en las arenas pamplonesas, en su monumental escenario y entre bambalinas, que se hacen las más jugosas por secretas. Cía es una computadora octogenaria, pintor de jóvenes ojos y pinceles morantistas, que gana en fuerza, talento, ingenio y arte a cualquiera que se le ponga por delante, y si Ignacio dice que en la novillada hubo cerca de 15.000 personas y no 10.000 como firmé, amén. A mí, que media entrada ya se me hacía una maravilla, con tres cuartos alucino de la potencia del abono San Fermín. A partir de hoy (por ayer) no habrá diferencias apreciativas a lleno diario: el cartel de "no hay billetes" debutó en las taquillas de la plaza.

Las crónicas de las corridas de rejones últimamente se nos llenan solas con los nombres propios de las estrellas de las cuadras, caballos alados, portentos de valentía, templados galopes bajo las espuelas de sus jinetes. Poco antes del "toro de la merienda", «Ranchero» vino a escribir el suyo a las órdenes de Roberto Armendáriz. La manera de parar y quebrar en seco a ese pedazo toro de Capea de 620 kilos provocó el toque de atención necesario para erizar los tendidos. Bárbaros «Ranchero» y Armendáriz en la "paradinha" y en la ajustada batida en banderillas. El toro «Botijero» fue excepcional de tranco, ritmo, humillación y obediencia. Desde ahí la faena creció hasta el delirio precisamente con las piruetas de un caballo que así se llamaba: «Delirio». El caballero de Noain quiso matar por arriba y dos pinchazos se interpusieron en el camino de una obra de clamorosa puerta grande. La oreja final no hacía justicia a todo lo visto.

Antes de la joya de Capea, se habían lidiado dos toros bien distintos: uno falto de poder en los cuartos traseros y baja casta en manos de Hermoso y otro con transmisión, encastado y diferentes velocidades en manos de Sergio Galán, que toreaba, ¡cómo está esto!, su primera corrida del año. Nada fácil la prueba para Galán, que remontó con clasicismo y certeras reuniones. Y eso que le puso dos hierros al murube. Cuando ya parecía que «Uranio», «Ojeda», «Trópico» y «Fado» iban a obtener su recompensa el rejón pegó en una banderilla, luego en hueso y ya se fastidió la cosa.

Pablo I de Navarra, que había toreado a placer con el desinflado toro que abrió plaza y había sentido a gusto sobre «Van Gohg» y especialmente con «Manolete», sufrió no poco con un cuarto que le exigió todo el fondo de soberbio maestro con sus muchísimas dificultades. De adelantar, cruzarse y atacar. Faena de figura de raza, comprometida y valiente hasta la médula más que vistosa. Piezas clave de nuevo «Manolete» y «Pirata». Estos no rotan en la alineación. Oreja que se sumó a la anterior para salir a hombros por la "puerta del encierro".

Galán acompañaría al maestro por la elegante faena al buen y escaso quinto. Falta le hacía. Que un tipo de su concepto esté sentado en el banquillo y otros pegando caballazos por ahí a cuenta de los lazos de sangre, clama al cielo. La fábula de «Vidrié», la maravilla de «Apolo». Un par a dos manos y un «Fado» que es elogio de la finura. Todo supo a gloria. Un pinchazo no se interpuso en el triunfo del hijo adoptivo de Pamplona.

Roberto Armendáriz ha cuajado una cuadra importante. Volvió a verse con un sexto que se vino abajo. Ahora con «Grano de Oro» y «Prometido». Pero cuando se presagiaba que la triada completa de jinetes saldría a hombros se precipitó con el acero mortal. Paradojas del toreo: el autor de la mejor faena de la tarde se marchó andando.

FICHA DEL FESTEJO
Monumental de Pamplona. Sábado, 6 de julio de 2013. Segunda de feria. Lleno de "no hay billetes".
Toros de Capea (San Mateo y San Pelayo), de buena presentación salvo el 5º; extraordinarios el son y el ritmo del 3º; obediente pero sin poder el 1º; con trasmisión y dos velocidades el 2º; complicado el 4º; bueno el 5; el manejable 6 se vino abajo.
Hermoso de Mendoza, rejón contrario y trasero (oreja). En el cuarto, medio rejón atravesado y rejonazo fulminante (oreja).
Sergio Galán, pinchazo, rejón trasero y dos descabellos (silencio). En el quinto, pinchazo y rejón contrario (dos orejas). Salió a hombros con Pablo.

Roberto Armendáriz, dos pinchazos y rejón (oreja). En el sexto, tres pinchazos y descuerda al toro (silencio).

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