Los ganaderos de la tarde, dando vuelta al ruedo triunfal al lado, invitado por el novillero Miguel Alejandro. Foto: Jorge Raúl Nacif |
JORGE RAÚL NACIF
Con dos ejemplares que fueron premiados con
arrastre lento, la ganadería de Puerta Grande se llevó la tarde de hoy en La México, festejo en el que Miguel Alejandro cortó la única oreja, Edgar Badillo ratificó sus buenas
maneras y Jaime Ruiz resolvió con
solvencia.
Miguel
Alejandro fue de los líderes del escalafón mexicano en
el año 2009, pues terminó dentro de los cinco primeros, pero tenía ya bastante
tiempo que no actuaba en un festejo
formal y esto se notó, lo cual es importante mencionar para poner en
contexto las situaciones y describir su actuación con mayor objetividad. No
cabe duda que el leonés dibujó muy bellos trazos ante el sexto de la tarde y
mostró clase, pero su falta actual de sitio le impidió mantener el nivel de los
buenos momentos y su labor se desarrolló entre altibajos, en gran medida porque
en ocasiones se destemplaba y en otras quedaba fuera de la distancia requerida.
Los mejores instantes ante este ejemplar, ante
el que ejecutó tapatías con el capote y banderilleó invitando a Badillo, fueron por el pitón izquierdo,
sobre todo en una tanda en la que corrió la mano con mucho sabor y que caló en
los tendidos de este monumental coso. El ejemplar tuvo recorrido, clase en sus
embestidas y quizá su principal virtud era acudir humillado, aunque al final vino un poco a menos cuando
el novillero se pasó de faena.
Y es que aunque no hubo del todo mando y
estructura en la muleta de Alejandro,
el torero de León también dejó un par de tandas con la diestra en la que llevó
bien toreadas las embestidas de su estupendo colaborador, mostrando que tiene
clase en su concepto del toreo. Ante los altibajos del trasteo, algún sector
del público tomó partido por el novillo, mientras que el veterano novillero
siguió mostrando actitud e incluso sufrió un arropón al adelantar un poco la
suerte mientras toreaba al natural.
Remató su labor de una muy buena estocada,
misma que fue de efectos letales y ante la que surgió una petición de oreja que
el juez Jesús Morales consideró
mayoritaria para otorgar un trofeo que el leonés tuvo que guardarse en el
chaleco ante las protestas del público. Fuerte ovación para los ganaderos
cuando salieron de su palco para dar la vuelta junto al novillero, mismas
palmas que antes habían acompañado los restos mortales del magnífico astado.
Su primero fue un ejemplar capacho que tuvo
nobleza, aunque le faltó un puntito de transmisión. Miguel Alejandro estructuró un trasteo que tuvo algunos pasajes de
interés y buen calado, como los naturales que ahí dejó para el recuerdo, aunque
su labor no logró tomar mayor vuelo.
Edgar
Badillo ratificó las buenas maneras que había dejado
hace un par de semanas en este mismo coso. Aunque todavía está verde y poco
toreado, el zacatecano tiene la virtud de conectar pronto con el público y
además sabe correr la mano con variedad. Lidió en primer término a un precioso
colorado que fue bravo y tuvo transmisión, y ante el que cubrió el segundo
tercio con más mérito que lucimiento, luego de mostrarse creativo con el capote
al realizar un quite por faroles invertidos.
Inició su faena toreando por derecha y de
rodillas, para luego seguir por ese mismo perfil en un par de tandas que
tuvieron ligazón y sabor, aprovechando en la medida de lo posible el fuelle y
la clase del ejemplar, al que había que llevar siempre muy toreado y con mando,
pues no era un novillo fácil pese a su calidad.
También con la zurda dejó trazos con calidad,
antes de ser empitonado en un descuido. Se levantó y volvió a sufrir una
voltereta, en lo que fue el momento dramático de la tarde. Dejó una estocada,
no fue suficiente y tuvo que utilizar el descabello, para saludar una ovación
desde el tercio, mientras que al colorado se le premió con arrastre lento.
Su segundo, al que también le colocó
banderillas, tenía una distancia muy precisa y poco a poco Badillo lo fue entendiendo hasta que su faena alcanzó momentos
destacados, toreando por ambos perfiles y mostrando temple en su pulso
muletero, aunque en ocasiones, debido a su verdor, no quedaba del todo bien
colocado entre pase y pase hacia el final de las tandas. Falló con el acero y
todo quedó en una nueva y cariñosa ovación.
Jaime
Ruiz tuvo una actuación solvente delante de sus dos
enemigos, pero no logró calentar el ambiente. El primero de su lote era
manejable, pero tenía poca fuerza y, por ende, carecía de transmisión de cara a
los tendidos, y de igual maneta el tlaxcalteca no terminó por enfibrarse,
rematando una labor en la que dejó ver sus avances técnicos, pues resolvió sin
mayores complicaciones.
Ante su segundo, un novillo noble y que metía
bien la cabeza aunque era tardito y no terminaba por emplearse del todo, Ruiz dejó destellos de su empaque con
la muleta en la zurda e hizo el esfuerzo por agradar, aunque sin lograr
terminar de meter a la gente en su faena. Nuevamente solventó con decoro y se
retiró entre algunas palmas tras escuchar un aviso al alargar en demasía su
trasteo.
FICHA DEL FESTEJO
Seis novillos de Puerta
Grande, de buena presentación y manejables en términos generales, entre los
que destacaron 2o. y 6o., premiados con arrastre lento. Pesos: 395, 405, 407,
377, 411 y 395 kilos.
Jaime Ruiz (burdeos y oro): Palmas y
silencio tras aviso.
Edgar Badillo (turquesa y oro): Ovación en
su lote.
Miguel Alejandro (olivo y oro): Silencio y
oreja con protestas.
Incidencias: Los ganaderos de
Puerta Grande -la familia Salas Luján- dieron la vuelta al ruedo
con Miguel Alejandro tras la muerte
del 6º. *** Destacó con las banderillas Edmundo
Navarro.
México, D.F.- Plaza México. Tercera novillada de la
Temporada Chica 2013. Unas tres mil personas en tarde agradable, con algunas
ráfagas de viento y ligera lluvia durante la lidia del 4º.
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