La empresa Taurodelta le recibe pero adelanta que no va a anunciarle en
la Monumental madrileña.
Recorre 400 km. a pie pidiendo una oportunidad |
El matador de toros murciano Juan Belda ha llegado este jueves al
mediodía a Las Ventas después de
recorrer a pie, en once etapas, los cerca de 400 kilómetros que separan su pueblo natal, Fortuna, y la
capital de España con el objetivo de
conseguir una oportunidad para torear en la Monumental madrileña.
Belda inició su marcha reivindicativa el pasado lunes
24 de junio y, tras ser recibido por la
empresa Taurodelta, ha abandonado el coso desmoralizado al ser rechazada su petición de torear este año en el coso
capitalino. / Redacción APLAUSOS
Belda: "Estoy reventado, a la empresa le ha
faltado sensibilidad"
"Estoy anímicamente
reventado y muy decepcionado". Son las primeras
palabras pronunciadas por Juan Belda,
que a estas horas regresa en autobús a Murcia
rodeado de paisanos y amigos que tratan de animarle en estos duros
momentos. El murciano, que ha culminado
esta mañana la gesta de recorrer a pie los casi 400 kilómetros que separan su Fortuna natal de la
plaza de Las Ventas en búsqueda de una
oportunidad para torear, está convencido de que a la empresa Taurodelta le ha faltado "sensibilidad".
"Me ha recibido Manolo
Chopera y me ha dicho que para este año no quedan huecos y que además hay mucha gente por
delante de mí en la lista de espera. Dice
que se quita el sombrero con mi gesto pero que no sólo por caminar
tenían que ponerme, insiste en que para
anunciarme tengo que habérmelo ganado toreando. Ahí le he comentado que he
sumado 68 novilladas picadas y once corridas de toros en las últimas cuatro
temporadas y que aún no he pisado Madrid, por eso considero que esa oportunidad
me corresponde. Sin embargo, me ha asegurado que este año no va a poder ser y
me ha sugerido que en enero mi apoderado vuelva a insistir. Ahora no queda otra
que seguir luchando, preparándome, torear lo que se pueda y esperar", afirma el diestro.
"Recorrer 400
kilómetros, casi 40 diarios, con toda la lucha y el sacrificio que conlleva
hacerlo bajo ese sol abrasador, ese asfalto ardiendo, ese calor asfixiante, teniendo
a mi familia en vilo porque sabía que me estaba jugando la vida en la carretera,
y luego no tener la recompensa esperada… es duro, muy duro", sostiene el matador, que
agrega: "Entiendo lo que dice la
empresa de que no pueden arriesgarse a
que mi sistema se ponga de moda, pero yo he sido el primero en hacer algo así después de treinta y tantos años".
"Estaba seguro de que
iban a darme ese contrato, pensarlo me daba fuerzas en los momentos de cansancio, por eso me ha entrado
ahora este bajón anímico tan grande", reflexiona Belda,
que concluye: "El maestro Padilla
me decía que tenía a toda España a y
todos los compañeros volcados conmigo, pero yo ahora me pregunto, ¿de qué ha servido?". /
Ángel
Berlanga - Redacción APLAUSOS
"Se quitan el sombrero, pero no me anuncian", subraya |
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