martes, 21 de diciembre de 2010

LA FIESTA BRAVA: Ahora, en familia, triunfa Tejela, de Alcalá de Henares y salen, al fin, cinco buenos toros

JARDINERO DE SAN MATEO

A Alaine, joven, bella y aficionada ¿Qué más?

¿Y qué es la bravura? ¿Qué es un toro bravo? Se pregunta Álvaro Domecq y dice que un toro bravo es un hermoso y orgulloso animal que ataca siempre, sin el menor resquicio de miedo. Un toro bravo arranca pronto, embiste por derecho, siempre va para adelante, galopando, no andando ni trotando. El toro bravo es de interminable arrancada hacia adelante, contra todo y contra todos que no acabará más que con la muerte.

Esta cita viene a colación por el debate que se ha desatado entre conocedores, aficionados, neófitos, villamelones, cronistas, cronistas "light", sabelotodo, etc. etc. En la semana pasada oímos que "Guadalupano", toro de regalo de Sebastián Castella de la ganadería de Teófilo Gómez, era un manso inválido o un perro tras una toalla y quienes reconocieron que en ese animal había gran bravura. Argumentan los detractores de la res que sólo recibió un refilonazo, lo cual es cierto, pero en el encuentro, el toro no rehuyó la vara sino fue Castella el que ordenó que se quedara crudo. Si embistió con largueza y fijeza por más de 70 pases, es imposible pensar que se trataba de un manso. Que si no coincide con algunas virtudes de los toros de los mejores tiempos que recibían tres castigos, es cierto, pero el toro de este siglo, ha evolucionado y tendremos que decir con verdad que en general, no ha sido para beneficio de la fiesta. Si no nos convenció su encornadura y sus hechuras, esa es harina de otro costal, sí, era un toro feo, de llaves pequeñas pero eso no quiere decir que no fuese bravo.

Concluyendo, como lo ha resaltado la prensa española, con un flamígero dedo contra Castella, la búsqueda del indulto no fue por parte del público inicialmente, sino del propio torero que sabiéndose que no pasa por un momento acertado con el estoque, prefirió el indulto de la 27ª. res en La México.

Pero ahora vamos a lo ocurrido en un cartel que no daba muchas esperanzas y que sin embargo, se lograron dos grandes éxitos. El primero, cuatro toros del encierro, bien armados, bravos, de excelente lámina y uno superior que fue el cuarto, provenientes de la vacada tlaxcalteca de Doña Dalel Zarur de González (Q.E.P.D.), madre del hoy gobernador de ese Estado.

Los animales llevaban nombres de oficios, el primero "Peluquero" para Luévano, recargó y el aquicalitense intentó pases por la derecha largos y pausados en los que más se le vio enjundia que arte y continuidad. Con la espada un desastre, recibiendo un aviso tras de infinidad de intentos con la larga y con la corta.

Salió "Cartero" para Matías Tejela, quien vestía hermoso terno en sangre y oro, el bicho era de buenas maneras y noble, recibió una buena vara y el madrileño se fue con la sarga, primero con templados, profundos y lentos derechazos, pero al encontrarse mejor con la izquierda, instrumentó soberbios naturales que fueron bellamente rematados. La gente pronto respondió al artista, que en una mano traía la muleta y en otra una "regadera" que bien utilizó. Se fue a las agujas y dejó una entera para merecidamente recibir, con amplia satisfacción, una oreja.

El tercer alternante, vecino de Lagunillas, Michoacán, se enfrentó primero con "Jugador", una joyita de toro con trapío y bravura, pero que el de casa sólo pudo apuntar detalles y a ratos nos recordaba a Cavazos de joven, pero sin emoción. Mal con el estoque oyó un aviso. En el sexto, "Buen Amigo" estuvo tan distante en su esfuerzo, que la plaza se convirtió en una posada con cánticos y velas en las gradas de sol. Se le volvió a ver atropellado, recibió otro aviso y se apropió de un saludo que no le correspondía.
Luévano quería algo y lo expresó doblándose con arte y parsimonia ante su segundo enemigo "Diseñador", pero el animal era muy superior y nada le resultó salvo destellos. Pinchó adelante, recibió otro aviso y el público unánimemente gritó "toro".

El quinto, de los malos del encierro, fue "Bigotón", que también fue pitado por pequeño. La gente se tomó en chunga la lidia de Tejela y éste decidió regalar el séptimo toro de la temporada. Su nombre, "Bondadoso", de la vacada de casa, Jorge María, un toro bravo, breve de encornadura que hizo algunos extraños al inicio de la lidia. Pero el español venía a decir quién manda y lo abrochó primero con tres o cuatro naturales superiores que después remató con un hermoso pase de pecho. Luego lo buscó con la derecha, por abajo y el toro embistió noblote. Prosiguió así por ambos lados, dando muestra de su arte superior, coreado por el público que ya gritaba "torero", embelesado por su magnífica mano izquierda. Algunos neófitos que pretendían manifestar su ignorancia, sacaron el trapo blanco para identificarse, creyendo que habría otro indulto, en este caso imposible. El ahijado de Dámaso González se vio pesado con el acero, lo que le impidió salir como varios de sus compatriotas a hombros.

Ahora, el reglamento exige corridas continuas estos domingos, por tanto tendremos dos que no ilusionan demasiado, pero algo deberá surgir con los toros de los escrupulosos ganaderos, don Ignacio García Villaseñor y la respetable señora Laura Villasante. /  Diario Esto de Ciudad de México

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