LUCAS PÉREZ
@lucasperezest
Pocos conocen la
estrecha amistad entre Luis Miguel Encabo y el gran Joaquín Sabina. Y el torero
no olvidará nunca cómo conoció al gran ídolo. «Estaba en una discoteca y
precisamente estaba utilizando frases suyas cuando le vi entrar. Para mí Sabina
es la leche, le admiro desde hace muchísimo tiempo y en ese momento me dio
mucha vergüenza ir a saludarlo. Pero al rato vi que fue él el que vino hacia
mí.
- "Luis
Miguel, te sigo desde hace años, una vez te vi en Las Ventas de novillero y me
hiciste llorar", me dijo». Desde entonces, su unión fue a más.
Y el ejemplo se vio
en Lima (Perú). Allí toreaba Encabo, que recibió la llamada del músico en el
hotel, que se encontraba entonces en la tierra de su pareja, Jimena Coronado.
El torero habló con él, le invitó a ir a los toros y le dejó las dos entradas
preparadas en la recepción del hotel. Pero al llegar la hora de los toros, Sabina
no apareció. A los pocos días, ya en España, Encabo había toreado quince vacas
en una finca de Extremadura, de donde salió rumbo al Palacio de los Deportes de
Madrid para presenciar el concierto de Los 40 Principales, donde actuaba su
ídolo. Al concierto habían acudido don Felipe y doña Letizia, entonces novios.
Hevia, La Oreja de Van Gogh y Celtas Cortos les habían dedicado una canción,
uno tras otro, a los príncipes.
Pero cuando salió
Sabina, llegó la sorpresa.
- «El otro día en
Lima había un torero toreando y ese torero me prometió que me brindaría un
toro. Pero no pude ir. Me quedé dormido. Por eso desde aquí le quiero brindar
mi actuación de esta noche a Luis Miguel Encabo». Cual torero, el artista
saludó con el bombín y lo lanzó al respetable en su honor. Sabina, genio,
figura, apasionado del toreo y fiel amigo de Encabo, prefirió a éste antes que
a los Príncipes de Asturias como destinatario de un brindis histórico.
Anécdotas extraídas del libro '300 anécdotas taurinas', del que La
Esfera de los libros acaba de editar la segunda edición.
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