Silenciado en su confirmación y vuelta al ruedo en la Corrida de las
Naciones
Padrino de lujo para Colombo, contando a Enrique Ponce y de testigo Sebastián Castella, este último saliendo en hombros. Foto: EFE |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
División de opiniones ha sido el veredicto que ha
sentenciado el público en los escaños de la Plaza de Toros Monumental de Madrid
presente en las dos actuaciones que este pasado miércoles y jueves han contado
como protagonista para la afición venezolana del espada tachirense Jesús
Enrique Colombo, el cual en la tarde de su confirmación de alternativa fue
silenciado en ambos astados que despachó, mientras que en su segundo paseíllo,
en el marco de la Corridas de las Naciones Taurinas, dio vuelta al ruedo tras
leve petición, en el que cerró festejo.
Tomamos como criterio el de dos referencias del periodismo
taurino, como lo son el de Paco Aguado de la agencia EFE y Vicente Zabala de la
Serna del Diario El Mundo de Madrid sobre el paso de Colombo por la arena de
Las Ventas, para dar crédito de lo señalado.
Describe Aguado en su crónica del miércoles sobre Jesús
Enrique «se mostró
voluntarioso con el primero, que pareció acusar ciertos problemas de visión, y
se vio desbordado por la impetuosa bravura del sexto. Y quién sabe si también
por el desaforado ambiente de una tarde de mezcladas y encontradas emociones en
una plaza que atraviesa por una seria crisis de personalidad. Y de criterio», esto a colación
tras el dramático triunfo conseguido esa misma tarde por el diestro galo Sebastián
Castella tras el corte de dos orejas, con posterior salida por la Puerta Grande
en dicho festejo.
Por su lado Zabala de la Serna en la crónica de la edición
del jueves el cual titula El bodrio internacional,
escribe de la segunda tarde de Colombo ante el único astado que despacharía: «arreó con dos largas
cambiadas y con las banderillas ante el último. Estrecho de sienes y levantado
del piso. El par al quiebro lo clavó en la paletilla. Así que pidió perdón con
otro más de poderosa ejecución. Encajado y por abajo sobre la derecha, sufrió
un derrote como un gancho al mentón. Quedó grogui. Volvió a la pelea con
aquella movilidad ayuna todo lo demás. Su actitud acabó con una contundente
estocada. También se pidió sorprendentemente el trofeo. Tan huérfana de
emociones la gente».
Con ello se salda los trascendentales compromisos que tenía
en agenda en San Isidro Jesús Enrique Colombo, quien proseguirá campaña a la sazón
de sus éxitos alcanzados en otras plazas, como fueron Valencia y Nimes en la
presente campaña.
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