Vuelve
a Las Ventas tras franquear el umbral de la gloria convencido de sus
posibilidades y de cuáles son las bases de su toreo: "el clasicismo y la
entrega". Tres tardes en San Isidro son sus cartuchos para refrendar la
cumbre del pasado 8 de junio y amarrar el sitio que quiere ocupar.
MARÍA
VALLEJO
Diario EL
MUNDO de Madrid
Juan del Álamo acaricia el oro de los bellos
trajes de luces que reposan sobre el mostrador de la sastrería Justo Algaba.
Allí precisa los últimos retoques del vestido de torear que estrenará este
lunes en la primera de sus tres tardes isidriles. El salmantino vuelve a Madrid
tras coronar con una Puerta Grande su aplastante estadística en la Monumental
-10 orejas, encadenando 8 tardes tocando pelo- un año ha. La ligazón a ultranza
y el temple demoledor alzaron a del Álamo hasta la cumbre de su propio toreo.
Sobre la bravura torrencial de Licenciado -de Alcurrucén-, la mejor versión del
diestro. Una estocada trepidante detonó la pañolada que pidió incendiada las
dos orejas. Sólo una concedió el usía. Con el cuchillo entre los dientes y la
Puerta Grande entre las cejas salió Juan a por el sexto. Esa vez fue una
plomada demoledora lo que le puso la oreja en la mano. Tras la batalla salió
Del Álamo, con su sempiterno traje níveo y plata, a hombros por la calle de
Alcalá. "Esta temporada, en cambio, no hay quien lo vista de blanco",
dice Don Justo entre risas.
El 14, el 19 y el 31 de mayo Juan del Álamo
intentará refrendar la cúspide alcanzada el pasado San Isidro en la Monumental
de las Ventas.
- Venir a
Madrid es algo especial para todo aquel que se viste de luces. ¿Cambian las
sensaciones después de abrir su Puerta Grande?
Volver a Madrid después de salir a hombros es, si
cabe, aún más especial. Su Puerta Grande te llena de orgullo. Y eso te ayuda a
creer en ti mismo y a regresar con las ideas claras. Luego está la otra cara de
la moneda: tras el aval de un triunfo así, la responsabilidad se multiplica.
- Después
de una ristra de Puertas Grandes entreabiertas, ¿a qué sabe un triunfo así?
A gloria. Fue el triunfo más importante de mi
carrera y, con el tiempo, se va haciendo aún más bonito. Nunca olvidaré la
intensidad de aquella tarde. Mostré mi toreo más bello y reposado con el
tercero, y luego tuve que tirar de capacidad para hacer llegar el triunfo
definitivo en el sexto. Después de tanto esfuerzo, saboreé doblemente aquella
Puerta Grande.
- Al
franquearla, alzó las manos mirando al cielo.
Pensé que, tras tantos años y tanto sacrificio,
por fin iba a tocar el cielo con mis manos. De hecho, lo estaba tocando en
aquel momento. Entonces me acordé de Víctor Barrio, que luchó mucho por
alcanzar un triunfo como el que a mí me estaba tocando vivir, y quise compartirlo
con él.
- ¿Da
Madrid en la misma proporción que quita?
A mí me ha dado mucha categoría como torero. He
ganado respeto entre los profesionales y los aficionados. Y, aunque en los
despachos se hicieron algunas injusticias al final de la temporada, tengo que
reconocer que se me abrieron muchas puertas y que hubo muchos empresarios que
se volcaron y me dieron sus plazas.
- ¿Cómo se
plantea su temporada después de Madrid?
Espero hacer una temporada importante, pero,
sinceramente, en mi cabeza ahora mismo sólo cabe Madrid, Madrid y Madrid.
- ¿Qué se
juega al anunciarse tres tardes en San Isidro?
Alcanzar el sitio que quiero. Es fundamental que
se pegue un golpe en la mesa y llegue un triunfo importante que me permita
consolidarme.
- ¿Cómo
llega a la triple apuesta?
He hecho una preparación muy intensa en el campo.
Pero, sobre todo, vengo muy mentalizado. Creo que estoy en un momento
importante porque tengo las ideas muy claras y estoy muy seguro de mis
posibilidades y de mi forma de entender el toreo. Y eso va a darme mucha
seguridad cuando llegue la hora de salir a la plaza.
- ¿Y cuál
es su forma de entender el toreo?
Soy un torero entregado y de concepto clásico. Me
gusta abandonarme en la cara del toro y poner mucho sentimiento en todo lo que
hago en el ruedo. Eso es fundamental.
- En su
primer compromiso con San Isidro, se estrena matando una corrida de Las
Ramblas. En el segundo, vuelve anunciarse con Alcurrucén.
He visto corridas de Las Ramblas embestir muy bien
en Las Ventas. Es un toro que puede ayudar a que llegue el triunfo en Madrid. Y
lo de Alcurrucén se adapta muy bien a mi forma de entender el toreo, porque
exige y te pide el carnet. Así que ambas ganaderías me dan mucha confianza.
- Si
tuviera que apostarlo todo a una...
Me gustan mucho las dos. Pero la de Las Ramblas
está ya a punto de asomar por chiqueros. Si tengo que elegir, me gustaría
empezar la Feria triunfando. [Ríe].
- Y como
epílogo, la corrida de las seis naciones. ¿Se le hace raro matar un solo toro
en Madrid?
Mucho. De hecho, es algo que jamás me hubiera
imaginado. Pero me hace mucha ilusión representar a España. Ser yo el embajador
de un país que tiene y ha tenido siempre grandes figuras del toreo es motivo de
orgullo.
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