LUCAS PÉREZ
@lucasperezest
Diario EL MUNDO de Madrid
Cuando Julio
Aparicio rompió a llorar sentado en el estribo de Las Ventas tras cuajar la
faena de su vida en los medios, sabía que aquel hito, en San Isidro de 1994,
marcaría un antes y un después en su carrera. Buena parte de culpa de esa
gloria, de haber podido abandonar su cuerpo como siempre soñó en la Cátedra, la
tuvo «Cañego», el extraordinario toro de Alcurrucén del
que paseó las dos orejas poco antes de salir aclamado camino de la calle de
Alcalá. Esas lágrimas, esa ascensión a la cima en apenas 10 minutos de
inspiración, marcaron también el inicio de una regularidad insuperable, la de
una ganadería talismán que desde entonces ha proporcionado hasta 10 Puertas
Grandes en la Monumental.
Porque tras «Cañego», en 1997, llegaría «Corchito», y con él la primera gran faena de José
Tomás en Madrid. Un año después, El Juli se despediría de novillero en Las
Ventas desorejando a «Afanes», aquel serio castaño que no se cansó de
embestir codicioso a la muleta del niño prodigio que conmocionó al toreo.
César Rincón, El
Cid y Rubén Pinar también saborearon la gloria con alcurrucenes de almíbar como
«Tamborilero», «Guitarra» o «Musiquero» en
2005, 2006 y 2009 respectivamente. En la última década, el histórico «Jabatillo» como eje de una faena sublime de dos orejas
de Castella en 2015, la resurrección de David Mora con «Malagueño» en 2016; y las últimas Puertas Grandes del
pasado San Isidro, con la firma de Ginés Marín y Juan del Álamo a «Barberillo», «Licenciado» y «Bocineto», engrandecen con letras de oro la historia
de una ganadería siempre bajo la batuta, el trabajo y el mimo de los hermanos
Lozano. Alquimistas de una sangre extraña, un encaste ya minoritario como
Núñez, en medio de un mundo dominado por la genealogía Domecq.
Cuatro premios al
mejor toro y dos azulejos en el patio de arrastre a la mejor corrida del serial
legitiman esta supremacía.
«Al final, el éxito
de una ganadería radica en el triunfo del torero. De que esté a la altura de un
buen toro, le meta la espada y le corte las orejas en una gran plaza», confiesa
José Luis Lozano, el general de una de las familias taurinas más importantes de
la historia, mientras repasa de memoria el nombre de otros tantos ejemplares
notables eclipsados por la ausencia de triunfo de los toreros.
Del éxito más
reciente todavía saborean las mieles en la finca El Cortijillo, en Urda
(Toledo), donde pastan los toros reseñados para Madrid. Este año, 'hat-trick'.
Triple apuesta. Tres citas con Alcurrucén en San Isidro. «Bueno, dos y media»,
puntualiza Lozano, ya que una de ellas, en la Corrida de la Cultura, sólo se
lidiarán dos toros.
«Madrid es muy
exigente», -explica José Luis Lozano mientras conduce por la dehesa-, «es la
única plaza que sigue dando y quitando. Y si un torero tiene responsabilidad,
un ganadero más. Puedes lidiar corridas buenas dos o tres años seguidos pero si
un día te sale una mala, esa factura es tremenda», sentencia. Y concentra en
Madrid y Bilbao los cosos donde un triunfo es clave para el futuro de un
hierro. «Dan categoría. Tener cartel en esas dos plazas es definitivo».
Por tanto, la
selección para una cita como San Isidro sobrepasa incluso lo riguroso. Tanto,
que confiesa que ya se empiezan a escoger los toros para 2019. Para este año,
hasta 25 son los que han apartado para la isidrada. «Lo ideal sería
seleccionarlos por reata, por nota y por hechuras, pero Madrid es tan exigente
en la presentación que a veces hay que sacrificar la nota».
"NINGUNO MEJOR QUE
'JABATILLO'"
Todo ello para dar
con el toro perfecto en el escenario perfecto. Una alineación de astros que
para José Luis Lozano se produjo con 'Jabatillo' en 2015. «Desde que en el año
1947 comienza la Feria de San Isidro, y nosotros las hemos visto todas, habrá
podido haber uno igual, pero no mejor que 'Jabatillo'. He visto 20 veces el
vídeo y no le encuentro defectos. Recuerdo muy pocas faenas en las que se
levante toda la plaza en pie en su inicio... El rabo de Palomo, el pase
cambiado de Antonio Bienvenida y poco más. Fue un resorte, hubo series de seis
o siete muletazos embistiendo al mismo ritmo en la muleta de Castella, en los
medios... Fue un toro muy bravo, algo histórico».
- ¿De indulto quizá?
- Sí, claro.
Hay una costumbre
en Madrid de no indultar, pero si ese día se levantan 200 personas y lo piden,
creo que hubiera sido unánime.
Precisamente
'Jabatillo' se llevó el último premio al mejor toro de la Feria del
Ayuntamiento de Madrid antes de que la alcaldesa Manuela Carmena lo suprimiese.
Nunca se llegó a entregar el trofeo, ni a colocarse el azulejo en El Batán.
En Las Ventas, por
tanto, la regularidad de Alcurrucén se remonta a más de dos décadas.
«Veinticuatro años sin baches es algo muy difícil. Hemos estado 15 temporadas
de empresarios, lidiando en Madrid, y los aficionados más exigentes no han criticado
jamás nuestros toros. Recuerdo que la antigua empresa de Madrid lidiaba sólo
sobreros y antes de sacar la tablilla ya se les protestaba. Manolo Chopera
anunció una novillada y no volvió... Cuando a nosotros nos respetaban, algo
bueno debía tener», dice, y confiesa el decadente reconocimiento al ganadero en
la época actual.
«El ganadero es el
gran sacrificado del sistema. Si no tiene ingresos alternativos, con subsistir
tiene bastante. Además, ya no se le tiene la admiración de antes. No hay que
olvidar que toda figura del toreo lo ha sido y lo es gracias a un toro de una
ganadería. Siempre. Y ese toro que cambió sus vidas tiene una persona detrás
que lo crió con mimo. Eso estaba marcado antes en los toreros, cuando la
educación taurina era tremenda».
Echa la vista atrás
con nostalgia José Luis Lozano y brotan irremediablemente en la conversación
los recuerdos de sus 14 años como empresarios de Las Ventas. Un periodo dorado
en el que lograron disparar la asistencia por temporada de los 750.000 espectadores
de la 'era Chopera' hasta los 1.350.000 en su gestión. «El secreto era trabajar
mucho y tener afición. A las ocho de la mañana todos estábamos donde teníamos
que estar. Además, ir a Las Ventas era entonces algo de lo que presumir, como
el hablar de toros, supieras o no. Ahora lo haces en un bar y te miran raro.
Estamos en un momento difícil pero creo que son ciclos y lo superaremos»,
aunque reconoce que la amenaza actual contra los toros es «la más peligrosa» de
todas las que ha vivido.
- ¿Por la situación política?
- Bueno sí, pero el
problema no sólo está en el opositor, que es más potente, sino también en el
aficionado, que ha decaído mucho. El que se muere no tiene relevo. Antes, en la
Feria de Sevilla, por ejemplo, cogía las barreras desde la Puerta de arrastre a
la Puerta del Príncipe y conocía uno por uno a los aficionados. Yo y todo el
mundo. Hoy en día no. Y en Madrid pasa algo parecido.
- Pero ¿cómo se consigue recuperar aquel
caché?
- Aportando ilusión
al aficionado para que sea duradero. Nos falta eso.
Repasa Lozano las
plazas de temporada perdidas y alerta sobre la única que queda, precisamente
Las Ventas. «Si dejamos que Madrid se resfríe, el resto de España caerá con
pulmonía. O neumonía total, irreversible en algunos casos», dice. Y reconoce el
rumbo «equivocado» del sistema en el que el empresario, «que es el árbitro, el
intermediario entre el público y la Fiesta, tiene vital responsabilidad».
Un reto que también
asume el propio José Luis Lozano, todavía con mucho por decir y hacer. «Un día,
en nuestra locura de querer dar toros en Italia, Luchino Visconti nos dijo: 'El
mejor espectáculo del mundo es el que ustedes tienen, porque la muerte está
latente'. Por eso lo tenemos que cuidar. Y luchar porque ir a los toros vuelva
a estar de moda». Un desafío mucho más próximo si del campo bravo siguen
saliendo 'Jabatillos', 'Cañegos', 'Malagueños' o 'Corchitos'.
REGRESO A LA BENEFICENCIA
CUATRO AÑOS DESPUÉS
La ganadería de los
hermanos Lozano regresa cuatro años después al festejo más importante del año
en Madrid: la Corrida de Beneficencia. Será el próximo 6 de junio, en el último
de los tres carteles donde aparece el hierro en 2018. En él se anuncia un
cartel puramente extremeño con Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera y Ginés
Marín, que repite con los toros que le lanzaron hace justo un año en este mismo
escenario.
Para esa fecha,
Marín ya habrá estoqueado un toro de Alcurrucén en San Isidro, el 24 de mayo,
en la anunciada como Corrida de la Cultura en un mano a mano con El Juli y
donde se anuncian dos toros de los Lozano.
La primera cita de
Alcurrucén en la Feria es este sábado, 19 de mayo en un cartel compuesto por
Curro Díaz, Joselito Adame y Juan del Álamo - el otro triunfador con este
hierro en la pasada Feria de San Isidro.
Castella y "Jabatillo", para José Luis Lozano y muchos aficionados, el toro perfecto... Foto: EFE |
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