LUCAS PÉREZ
@lucasperezest
A un torero, su ilusión por vestirse de luces por
primera vez no se la puede quitar nada ni nadie... O sí. Y si no que se lo
digan a David Mora, uno de los protagonistas de la corrida de esta tarde en Las
Ventas.
En sus inicios, en la Escuela Taurina de Alcorcón,
un día le avisaron de que iba a actuar de sobresaliente en una novillada sin
picadores. Un escalofrío recorrió su cuerpo. Mitad de alegría, mitad de
responsabilidad, pues apenas se había puesto delante de un animal un par de
veces en toda su vida. Surgió un problema: Mora no tenía vestido de torear.
Y entonces uno de los profesores le echó un cable.
-Yo tengo un vestido viejo por casa, si quieres te
lo dejo a ver qué tal te está.
Así lo hizo, y llegado el día de la novillada en
Castillo de Bayuela (Toledo), David Mora se desplazó hasta la Piscina Municipal
del pueblo donde se vestían los demás toreros.
«Llegué allí de los últimos y el resto ya estaba
terminando de vestirse. Al sacar el traje, vi que el oro era ya casi cobre de
lo viejo y lo sucio que estaba, pero a mí me daba igual, era la primera vez que
me iba a poner uno y a mí me parecía el mejor traje de luces del mundo. Me lo
puse como pude, con unas medias rotas que también me habían dejado y en ese
momento me creí un héroe, vestido así, con unas ganas tremendas de ir a la
plaza y con la moral por las nubes por el sueño cumplido. Pero al salir, con el
resto de los novilleros esperando en corro y mirando hacia la puerta, la
ilusión se convirtió en vergüenza cuando uno de los novilleros se mofó de mí:
"Chicos, pero mirad, si de sobresaliente han
traído a Machaquito", dijo una voz profesional con 'guasa'. "Soporte
las risas, pero no sabía dónde meterme ni dónde ni donde mirar. Todos se reían
de mi, pero hice el paseíllo con la cabeza bien alta", recuerda Mora.
Anécdotas
extraídas del libro '300 anécdotas taurinas', del que La Esfera de los libros
acaba de editar la segunda edición
No hay comentarios:
Publicar un comentario