En el 20 aniversario de su alternativa, el rejoneador sevillano perpetúa
su idilio con Las Ventas con dos mano a mano en San Isidro y una tarde en
solitario en la Feria de Otoño. Este domingo cumplirá con el primero de sus
compromisos.
MARÍA VALLEJO
Diario EL MUNDO de Madrid
Apenas podía con los
zajones cuando a la edad de seis años soñaba el toreo a lomos de los caballos
de los hermanos Peralta. Ahora, diez Puertas del Príncipe y 14 salidas a
hombros en Las Ventas consagran a Diego Ventura como máxima figura del rejoneo.
Y escriben su nombre en las negritas de la historia del toreo a caballo: nunca
un rejoneador había logrado tales cifras.
Celebra en cambio
la temporada de su 20 aniversario de alternativa exiliado de los grandes
puertos de montaña. Su negativa a matar las corridas de Bohórquez, bajo el
reclamo de "un toro con mayor casta y movilidad", lo dejó fuera de
plazas como Castellón, Valencia y Sevilla. No ocurrió lo mismo con Madrid. Dos
compromisos isidriles y una tarde en solitario perpetúan el idilio de Ventura
con la primera plaza del mundo. Que este domingo espera ya a quien tantas
tardes ha catapultado hacia la gloria de la calle de Alcalá.
- ¿Siente que, en su 20 aniversario de
alternativa, Madrid ha hecho justicia a su trayectoria?
Sí. En San Isidro,
voy a torear dos mano a mano con toreros a caballo tan importantes como
Leonardo y Andy Cartagena y, en la Feria de Otoño, lidiaré seis toros en
solitario. Creo que será una guinda al pastel importante para cerrar el 20
aniversario de mi alternativa con el broche que se merece.
- ¿Qué ha programado para el resto de la
temporada?
Están saliendo
muchos compromisos que me ilusionan. Voy a torear corridas mixtas importantes y
a hacer cosas muy especiales, como la Goyesca de Ronda. Creo que es una
temporada en la que voy a disfrutar mucho.
- ¿Le pesa no haberse visto anunciado en
Sevilla?
Por supuesto que
sí. Me entristece tanto por mí como por la afición. Hicimos todo lo que estuvo
en nuestra mano para que se llegase a un acuerdo, pero fue imposible. Ojalá que
otro año se den las cosas para que pueda volver.
- A pesar de todo lo que ha logrado en
Sevilla, ¿diría que es Madrid su plaza talismán?
Sin duda. Ha sido
la plaza más importante de mi vida. Sevilla fue la que me dio a conocer y la
que me lanzó en mis comienzos. Pero Madrid fue la que me convirtió en la figura
y la que me dio todo lo que he podido conseguir. Creo que Madrid es el talismán
de todos los toreros. Es la plaza que marca el eje de toda la temporada y de
toda tu carrera.
- Dicen de sus 14 Puertas Grandes en Madrid
que es usted al rejoneo lo que El Viti al toreo a pie...
Es una satisfacción
enorme. Sólo el maestro Viti ha logrado esa cifra y, a caballo, era algo
impensable. Para abrir la Puerta Grande de Madrid deben reunirse muchísimas
cosas. Han pasado por Madrid los mejores rejoneadores de toda la historia y el
que más ha tenido ha logrado ocho o nueve. Después de tantos años actuando en
Las Ventas, tener esas 14 Puertas Grandes es algo que me enorgullece mucho
porque desde pequeño he soñado con torear en Madrid. Entrar en una afición como
la suya y sentirse querido hace que vayas a la plaza a darlo todo.
- ¿En qué media aumenta eso la
responsabilidad?
Enormemente. Todos
los años voy con una responsabilidad tremenda porque la gente me espera con
gran cariño. Quieren verme salir a hombros y triunfar al mismo nivel que vengo
ofreciendo en las temporadas anteriores. No es fácil llegar todos los años a la
misma altura y que las cosas salgan redondas para salir a hombros. Cuesta mucho
trabajo y sacrificio y, además, hace falta ese punto de suerte para que todo
fluya y salga como tiene que salir.
- ¿Y cómo llega este año?
Llego sin lugar a
dudas en el mejor momento de mi vida. Tanto la cuadra como yo estamos mejor que
nunca. La fortaleza personal, física y moral que tengo ahora me da ese punto de
capacidad y confianza en mí mismo que se necesita para triunfar en los grandes
escenarios.
- ¿También le dan confianza las ganaderías
con las que se anuncia?
Los toros de Los
Espartales me han dado triunfos muy importantes [la pasada temporada se
convirtió en el primer rejoneador en indultar a un toro en una plaza española
tras perdonar la vida de «Perdido», herrado con el fuego extremeño]. Y la
ganadería de El Capea hoy en día es la de mayores garantías. Suele echar el
toro perfecto para el toreo que yo quiero hacer: un animal encastado, que se
mueve y que transmite. Es evidente que el hecho de que sea la de mayores
garantías no significa que luego vaya a ser la mejor. Estamos hablando de
animales y cada uno sale como quiere, pero la regularidad que mantienen los toros
de El Capea es tremenda.
- ¿Ha pensado en esta divisa para su tarde
en solitario en la Feria de Otoño?
La verdad es que
no. Quiero que esa tarde sea algo diferente. Me gustaría matar diversas
ganaderías e incluir entre ellas hierros legendarios y con nombre especial,
como ya hice en Espartinas [Prieto de la Cal, Pallarés Buendía, Partido de
Resina, Diego Ventura, María Guiomar Cortés de Moura y Los Espartales
compusieron el elenco ganadero de aquella tarde]. Creo que verme anunciado con
ese tipo de hierros sería muy del gusto de Madrid.
- Después tantos años en la cima, ¿dónde
encuentra la motivación para seguir asumiendo este tipo de retos?
En aficiones y
plazas como Madrid. Con eso se lo digo todo. Hacer el paseíllo en Madrid es lo
que me conmueve a diario. Mientras entreno delante del carretón o de las
becerras, o incluso mientras monto un caballo por el campo, siempre sueño que
cuajo un toro en Madrid. Todo lo que hago lo hago soñando con esa faena. Madrid
hace que quiera ser mejor cada día y que cada año quiera ir un paso más allá.
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