Roca
Rey llega este viernes a Madrid con el papel agotado desde hace un mes al
reclamo de su nombre. Padilla, que se despide de la Monumental, completa el
cartel junto a Sebastián Castella.
MARÍA
VALLEJO
Diario EL
MUNDO de Madrid
La recua de grandes plazas que Roca Rey ha rendido
a sus pies desdibuja la (no) tan lejana figura de aquel chaval con el pelo
cortado a tazón que mirando un póster de El Juli soñaba con la cúspide del
toreo.
"De El Andi queda un tanto de
inmadurez", confesaba a EL MUNDO en una entrevista previa al inicio de San
Isidro aquel niño que convertido en cóndor sobrevuela los grandes escenarios de
la piel de toro. Que lo esperan con desbordada expectación: "Tengo la
presión por triunfar a diario. A veces he tenido que coger un camino que no es
el que hubiera cogido para exponerle a un toro. Cuando ves que las figuras ya
han cortado dos o tres orejas, no hay otra".
Así ha tumbado los grandes Foros. Golpe a golpe.
Madrid, Pamplona, Bilbao. Y Sevilla, verso a verso aquella vez. Cuando la
profundidad de su muleta calló las voces de quienes lo tachaban de temerario
bajo el rugir de la Maestranza: "Pegar derechazos, naturales, pases de
pecho, el clasicismo del toreo, ésa es la base. Pero también es importante
hacer lo que tu cuerpo te diga. Y poner los puntos de emoción que van de la
mano de esas cosas locas", manifestaba Andrés. Que abandona el donaire
irreductible que pasea por las plazas cuando asoma la palabra
"figura".
No se considera merecedor de esa etiqueta.
"Los años son oro. Y un tipo que lleva 20 años mandando en el toreo no se
puede comparar con uno que lleva dos o tres temporadas. Combatirás por estar
mejor cada tarde pero contra esas décadas de figurón no puedes luchar. A mí me
gustaría un día alcanzar ese tiempo que tanto respeto conlleva".
En la búsqueda de los galones perseguidos el vuelo
de El Cóndor ya planea sobre Madrid. Donde aterriza este viernes con el papel
agotado a su reclamo un mes atrás: "Es la plaza más exigente. Es difícil
triunfar. Pero una vez que se triunfa es algo glorioso. Hay que ir con toda la
verdad del mundo y aun yendo así se tienen que dar muchísimas factores. Sueño
mucho con Madrid, su Puerta Grande... Más que con todo eso, con cuajar un toro
como me gustaría".
Con Juan José Padilla (que se despide de Madrid) y
Sebastián Castella como compañeros de cartel. La reventa a mil revoluciones. Y
la expectación de Las Ventas desbocada desde que se colgó su nombre en el
cartel, de los toros de Jandilla dependerá que Roca franquee el umbral de la
gloria por tercera vez.
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