lunes, 28 de mayo de 2018

FERIA DE SAN ISIDRO - HISTORIAS CURIOSAS DEL TOREO (XXI): El autoestop de Óscar Higares a Ceret

LUCAS PÉREZ
Diario EL MUNDO de Madrid

Toreó Óscar Higares, una tarde en Pamplona. Y debía salir a toda velocidad de la capital navarra, pues a la mañana siguiente toreaba una corrida matinal en la plaza de toros francesa de Céret. Rápido al hotel, ducha exprés y todos a la furgoneta de cuadrillas. Por delante, seiscientos cuarenta kilómetros y más de seis horas en carretera. Y a mitad de camino, en torno a las tres de la madrugada, la furgoneta se estropea y se quedan tirados en la carretera. Consiguen llegar hasta una gasolinera y allí se encuentran con una pareja que, al ver su cara de preocupación, les preguntan qué pasa.

- Es que soy torero, toreo mañana por la mañana en Céret y se nos ha roto la furgoneta. No sé qué hacer. Estoy desesperado. Si ustedes nos pudieran llevar hasta allí. Les invito a comer, a los toros... ¡A lo que quieran!

No hizo falta la invitación, pues la pareja, pese a que no se dirigía a Céret, sintió tanta lástima del torero que decidió acercarle a la localidad francesa. Higares cogió los trastos, el traje de luces y a su mozo de espadas y dejó en la gasolinera a la cuadrilla gestionando con el seguro cuándo les podrían poner un coche a ellos. Higares llegó a Céret con el tiempo justo para vestirse y dirigirse a la plaza e hizo el paseíllo sin su cuadrilla, que llegó, a toda velocidad, una vez que ya había comenzado el festejo.

Anécdotas extraídas del libro '300 anécdotas taurinas', del que La Esfera de los libros acaba de editar la segunda edición.

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