RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Entramos por estos meses de junio y julio en meses “muertos”
taurinamente hablando en este año de Mundial de Futbol, evento que cada cuatro
años desvía las atenciones de público, aficionados y taurinos “de solera” sobre
todo por estas calendas, en especial siguiendo de antemano las novedades que nos
ofrezcan las evoluciones de un Manolo Vanegas en momentos difíciles, un
Colombo con importantísimo paso por Madrid, que será catalizador para lo que
reste de su campaña como matador de estreno este año por España, o lo que hagan
novilleros puntuales como José Antonio Salas, “El Táriba” en el Certamen Camino
a Las Ventas, o nuestros toreros por arenas peruanas. En fin que hay para
entretenerse.
Lo que llama la atención es el silencio sepulcral que ha
seguido el caso de las plazas de toros de Mérida y Tovar. De la primera mucho
humo se ventiló días posteriores a la culminación de este año de su ciclo ferial, y paulatinamente
se ha ido diluyendo a la par de otras prioridades propias de colectivo común. En
la palestra ha quedado pronunciamientos oficiales del Procurador General de
Estado Mérida –quien ha conseguido serias irregularidades en la contratación
actual de la plaza- y de la Comisión Especial que designaría la Gobernación del
Estado Mérida para este caso, donde han quedado en evidencia situaciones
turbias o pocas claras en lo que ha sido una renovación de concesión “a la
torera” donde se pasan por alto –o por debajo de la mesa dirían algunos-
numerosas condiciones a las que debió cumplir los famosos y polémicos “ramguertauros”
quienes servidos por una tropa bien adiestrada de panegiristas y palmeros de
oficio, han aplicado aquello de “confunde y vencerás” o también está de “una
mentira repetida mil veces se convertirá en verdad”.
A los hechos vamos. Señalaba el Procurador vicios en articulados
propios del contrato de arrendamiento, el impago de cuotas del alquiler de la
plaza en tiempos específicos, así como incumplimiento de las respectivas clases
prácticas a beneficio de la Escuela Taurina “Humberto Álvarez” que tiene su
sede en el redondel emeritense. Esto parte de algunas de las aristas que se han
ventilado, y que se conocerían en su totalidad siempre y cuando se dé a conocer
el veredicto de la designada comisión que el mismísimo gobernador del estado había
habilitado para este caso, donde no todo lo que se dice o se ha ventilado es la
pura verdad.
Y para ello se ha prestado también una junta directiva de
COREMER que poco o nada han colaborado para clarificar estos gazapos que son y están
evidentes ante cualquiera que no conozca mucho de leyes. Han servido de caja de
resonancia y “alcahuetes” de un contrato de arrendamiento “obitado” que de
alguna u otra manera han querido mantener a símil como la actual Asamblea
Nacional Constituyente, que jurídicamente no tiene asidero legal, pero todos o
casi todos siguen al pie de la letra. Cosas que no se entienden.
Mientras tanto, los “ramguertauros” inician lo que han
denominado el Derecho de Apartado, o lo que es lo mismo el derecho a asegurar
tu puesto de abono, más no el pago de este, a sabiendas que su situación no está
clara. Todas las partes, Gobernación del estado Mérida, COREMER, Comisión
Taurina del Municipio Libertador e incluso entes como peñas y asociaciones
taurinas tienen parte de culpa ante la pasividad con la que se ha manejado este
tema, que en algunas instancias se entiende a tenor de lo difícil de las
circunstancias que vive la ciudad, pendiente de cómo sobrevivir a las duras condiciones
que aquejan a todo el colectivo.
El otro tema a tener en consideración fue la licitación o
vaya usted a saber qué fue lo que se inventó la Cámara Municipal de Tovar en relación
con la empresa taurina a organizar la feria taurina de este año o la de
ediciones posteriores. Llaman a presentar credenciales las empresas
interesadas, se manifiestan dos, y una de ellas, que es la beneficiada resulta
que no cuenta para el momento de su propuesta de intenciones ante una Comisión
Ad Hoc designada, con toda la documentación respectiva (para el momento de la publicación
de esta). Es como usted presentarse ante una agencia bancaria para intentar
cobrar un cheque, y no cuente con el aval que lo identifique como el
beneficiario del mismo, entiéndase tu cedula o pasaporte que debería ya tener
la empresa taurina de Santana, u otro ejemplo puntual, no tenga en sus manos los
trámites necesarios para optar a contratar ante una instancia gubernamental. Y eso
que esta misma Comisión Ad Hoc fue la que solicitó dichos recaudos para por lo
menos mostrar intenciones y ofertar de cara a la gran cita taurina septembrina.
De esto últimos nos alegramos que una figura sólida y
solvente como el laureado pelotero en el retiro, Johan Santana, hijo y orgullo de
la tierra, muestre interés de llevar a buen puerto lo que sería su estreno con
su abrumador aval económico, como empresario taurino de la feria más antigua
que nos queda en el calendario taurino. Eso lo ovacionamos estentóreamente, e incluso
nos puede permitir soñar con alguna sorpresa de peso para el serial en honor a
la Virgen de Regla, pero una cosa es hacerlo con las reglas claras del juego. Es
decir, las cartas puestas encima de la mesa. Así lo pienso, y debería de serlo,
y más en el estreno en un mundo tan convulso y polémico como es el del toro, para
una figura de dimensiones estratosféricas como lo es Santana, quien no dudamos lo
hace con la mejor de las intenciones. Esperemos que así sea.
Mientras tanto algo ha quedado claro, señoras y señoras, en un
país tan raro como el que tenemos como el actual. Para estos dos casos, ¡¡¡han
faltado bo…!!!
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