Vanegas espera inmovilizado a ser
operado este lunes de una lesión cervical sufrida a puerta cerrada y Ureña se
encuentra ingresado tras ser volteado en el campo. El apoderado del venezolano,
López Chaves, desmiente las esperanzas en torno al alcance del percance:
"Hasta que no pase la intervención no sabremos qué daños hay en la
médula".
MARÍA VALLEJO
Diario EL MUNDO de
Madrid
Decía José Alameda que el toreo es "apasionada
entrega". Dicen también que es la limpia puesta en juego de la vida del
artista lo que inunda y hace vibrar graderíos. La verdad descarnada del toreo.
Que se escapa escurridiza entre las tablas que rodean la arena y persigue al
torero allá donde va. En las largas horas de carretera. En los tentaderos e intensas
jornadas de campo. En los entrenamientos a puerta cerrada... Donde el pasado
jueves encontró a Manolo Vanegas.
El joven venezolano -cumplió 25 años el 18 mayo- preparaba
su regreso a la feria francesa de Vic-Fezensac -allí tomó la alternativa de manos
de Ponce menos de un año atrás- en la plaza de toros de Ledesma (Salamanca),
cuando un toro le propinó una fuerte voltereta que le desplazó las vértebras
cervicales C-4 y C-5.
Desde entonces, el torero -ingresado en el Hospital Virgen
Vega de Salamanca- "permanece inmovilizado con unos anclajes en la cabeza
que le estiran las vértebras a través de una polea para aliviar la presión de
la zona y ayudar a desinflamar la médula", explicó a EL MUNDO el torero y
apoderado de Vanegas Domingo López Chaves. Quien también desmintió el halo de
optimismo sobre la ausencia de lesión medular que se extendió ayer como la
pólvora por el orbe taurino: "Son especulaciones. Tiene algo de
sensibilidad en pies y manos y ha logrado mover ligeramente las muñecas y la
rodilla derecha. Eso nos da un soplo de esperanza. Pero hasta que no le
intervengan no conoceremos el estado de la médula ni las consecuencias de la
lesión".
Vanegas, que será operado este lunes por la mañana para
fijarle las vértebras y posteriormente tendrá que someterse a "una larga y
dura rehabilitación" en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, ve pasar
lento el segundero en la soledad de la UCI: "Es totalmente consciente de
la gravedad del percance. No me imagino lo que tiene que ser para él pasarse el
día solo, inmóvil y mirando a la pared", afirmó López Chaves.
Consternado por la tragedia que rodea a su pupilo. Asombrado
por la casta que le asiste: "Lo primero que me preguntó fue cómo había
estado con el toro. Después, que qué tal veía el resto de la temporada".
A Paco Ureña le pisó una vaca de Eduardo Flores en la zona
del nervio ciático el pasado viernes mientras tentaba en el campo. Él también
tiene la mente puesta en volver a torear. "Hay que esperar a que baje la
inflación para saber si podrá o no torear en Las Ventas el 25 de mayo. Él,
aunque está muy dolorido, sólo piensa en Madrid, Madrid y Madrid", afirmó
su jefa de prensa, Eva Peña.
Ya lo dijo el maestro Chenel. La fiesta de los toros tiene
futuro. Porque "siempre habrá locos maravillosos".
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