Vuelve
este martes uno de los toreros más queridos por Madrid, que lo ha hecho suyo
con el horizonte de la Puerta Grande.
GONZALO I.
BIENVENIDA
@GonIzdoBienve
Diario EL
MUNDO de Madrid
Paco Ureña (Lorca, Murcia, 1982) es uno de los
toreros predilectos de la primera plaza del mundo. Este martes arranca su
particular San Isidro, precisamente el día del patrón, formado por tres
compromisos. Tras matar las corridas del Puerto y Cuvillo, cerrará la feria con
la de Victorino Martín. "Soy el único torero anunciado con tres encastes
distintos", reivindica el matador. Triple apuesta con el objetivo de
lograr la ansiada Puerta Grande. El sueño de toda una vida, que se resiste a
llegar. Pero la meta de Ureña está ahora más alta: "Daría mi vida por que
me recordaran por mi forma de interpretar el toreo, por encima de los
triunfos".
- Un agosto
de hace cinco años confirmó la alternativa en Las Ventas un torero
prácticamente desconocido. Paco Ureña estaba a punto de cumplir siete años como
matador de toros. En aquella tarde germinó un vínculo con Madrid que se ha ido
fortaleciendo tarde tras tarde. ¿Qué ocurrió aquel día?
Fue un milagro. El mes anterior a esa tarde no
conseguí dormir ni un día bien. Al entrar en la plaza me desapareció toda la
preocupación. Sabía que era mi tarde. Y al final salvó mi vida (la oreja
cortada a un toro de Martín Lorca cambió su suerte).
- Años
cargados de dureza, en los que la afición y la constancia fueron las claves.
Mi historia es muy fuerte. Es impresionante como
van desapareciendo los amigos cuando las cosas no van bien. Como te tratan de
mal en muchos sitios que creen que no vas a ser nadie. Esas cosas marcan. Sigo
sin ser alguien pero ahora veo las cosas distintas gracias a lo que he luchado.
- ¿Qué
significa la Monumental de las Ventas para usted?
Muchos dirán que para ellos Madrid es lo máximo y
demás. Yo de verdad puedo decir que para mí Madrid lo es todo. Me cuesta
trabajo ir a esa plaza a ver toros o pasar cerca. Es cuestión de respeto.
Entiendo el toreo como una entrega todas las tardes, lo que le doy a Madrid es
especial.
- La
conexión con la capital es brutal. La afición se siente identificada con usted,
pero sigue ahí la espinita de la Puerta Grande...
En Madrid lo he vivido todo. Sólo me falta ese
gran triunfo. Tengo tardes de una carga espiritual tremenda. Tardes preciosas,
tardes duras. Cornadas. La resurrección de la tarde que hemos hablado antes o
la crueldad de la del toro de Fuente Ymbro. Conseguir la Puerta Grande es el
sueño de mi vida, pero aspiro a algo más: renunciaría a todo por que se
recuerde a Paco Ureña. Daría mi vida por que dentro de un tiempo se recordase
mi forma de interpretar el toreo.
- Habla con
tranquilidad de la tarde más cruel que ha vivido. 'Agitador', de Fuente Ymbro,
fue ensalzado y usted fue objeto de duras críticas. ¿Qué conclusión extrajo de
aquella corrida del 2015?
Sin esa tarde no sería yo. Fue la más dura de mi
vida. Entré en una depresión que me llevó a estar un mes en la cama. Creía que
me moría. Fue duro. Ahora lo analizo, incluso veo el vídeo, y entiendo que no
estuve redondo con el toro. Pero se hizo mucha saña conmigo, fue brutal. Cuando
renací en Pamplona (cortó dos orejas a un toro de José Escolar tras una
importante faena), volví a respirar. Al día siguiente me quedé a ver a los
compañeros en esa plaza y me preguntaron en televisión por el toro de Fuente
Ymbro. No me lo podía creer, acababa de "resucitar" y me seguían
echando en cara el toro que se me había ido. La experiencia fue muy dura pero
ahora puedo decir que fue lo mejor que me pasó. Me ayudó a crecer como hombre y
como torero.
- Este San
Isidro está anunciado con El Puerto de San Lorenzo, Núñez del Cuvillo y
Victorino Martín. ¿Ha escogido usted estas ganaderías o se las han impuesto?
Soy el único torero en la feria que se enfrenta a
tres encastes distintos. Las tres ganaderías vienen bien a mi toreo y las he
aceptado encantado. Creo que ahora que puedo elegir un poco más debo demostrar
que mi compromiso con Madrid y con mi profesión es total. También te digo que
me hubiese gustado competir con las figuras.
- ¿Por qué
cree que su toreo encaja tanto con la afición más exigente?
Mi mayor obsesión es no defraudar al toro, que es
el único que no miente en este mundo. Madrid sabe reconocer la autenticidad.
Por eso trato de ser sincero cada vez que estoy con el toro.
- Domingo
Ortega decía que para ser figura del toreo hay que aburrirse mucho. ¿Tanto hay
que sacrificar para llegar a lo más alto?
Cualquier joven que sueña con ser figura se da
cuenta rápidamente de la dureza del camino. Tienes que renunciar a muchas cosas
pero lo haces convencido porque crees en ti, porque tienes un sueño.
- ¿Le
molesta que digan que vende el sufrimiento que ha padecido?
Lo que me molesta es que se mienta. No soy así.
Jamás he vendido nada. He tenido lesiones, cogidas, depresiones y no se ha
enterado nadie hasta mucho tiempo después. He escuchado que soy triste, que
tengo cara de pena. No, señor. Mi cara refleja la dureza de lo que he vivido.
Es mi historia, eso no me lo puede quitar nadie. Mi vida ha sido tremendamente
dura. Soy honrado.
- También
se refleja en el ruedo...
Se torea como se es. Cuando finges como torero ser
quien no eres, el triunfo es efímero. No dura nada porque no va unido el toreo
con la persona, por eso se acaba enseguida. Puedo gustar más o menos pero soy
fiel a mí mismo y a lo que siento.
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