Los tres rejoneadores salen a hombros
tras repartirse siete orejas en una tarde de entusiasmo desmedido; un
extraordinario toro de El Capea premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre
dentro de una notable corrida.
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario EL MUNDO de
Madrid
Foto: EFE
Entre la casaca de Pablo Hermoso de Mendoza y la casaquilla de Roberto Armendáriz, sumaban un quintal de plata bordada. La sobriedad la aportaba Leonardo Hernández con la clásica chaquetilla lisa de corto.
La corrida de rejones es fijo pilar inamovible en la fecha
del chupinazo desde 1998. Siempre con Pablo I de Navarra como estrella y
anfitrión. Vuelta y media le ha dado Hermoso al escalafón de caballeros en
"su" cartel y en su tierra. Hasta tal punto que la jornada del arte
ecuestre se asemeja al día de la marmota. Con
casi todos habrá toreado el jinete estellés en Pamplona menos con su máximo
rival en tiempos: Diego Ventura. Ahora mismo no hay rivalidad ni
comparación: la cuadra y el momento de Ventura no admite parangón.
El maestro navarro anda centrado en el lanzamiento de su
hijo Guillermo y en medirse con Lea Vicens por las plazas de Iberia y por su
infranqueable muro del norte. Antañazo podían haber competido incluso en el
gusto por las chaquetillas decoradas como árboles de Navidad...
A PH le obsequiaron con una oreja para calentar motores con
el primero de Capea, que se vino muy a menos.
Para compensar apareció «Jaquetón», un toro de extraordinaria
bravura. Por tranco, celo, transmisión, duración... El presidente lo premió con
la vuelta al ruedo en el arrastre. Y ahí no sé yo. Por no entrar en
comparaciones con las exigencias para los toros de lidia a pie. A lo mejor es
que, sencillamente, no hay que confrontar espectáculos tan diferentes. Leonardo
Hernández lo desorejó con gobierno. A lomos de Sol, el brillo y el temple superiores. Cosida la embestida. Como si
fuera fácil. Las cortas al violín subieron aún más el fuego de la olla. Hervía
el gentío que abarrotaba la plaza. Que pinchase en una ocasión no supuso freno
alguno. Rodó el murube salmantino sin puntilla en el siguiente envite. Y el
palco puso todo lo demás. Para explosionar definitivamente la cumbre de
Leonardo y «Jaquetón».
Roberto Armendáriz toreaba su primer compromiso del año y se
notó en las imprecisiones con el buen tercero. Se silenció su labor.
No fue fácil el acarnerado cuarto, herrado con el fuego de
Carmen Lorenzo. Que se ponía por delante y cortaba el viaje. Hermoso remontó
con la casta que le ha llevado a mandar en el rejoneo durante 20 años. Faena de
recursos veteranos hasta la entrega total en un par a dos manos. Agarró la
muerte de una sola vez y el personal enloqueció. El palco no se quedó a la zaga
en el aliento y el empuje de Pamplona con su ídolo: dos orejas.
Leonardo salió a redondear con un quinto que completaba el
lote más pesador. Por encima de los 600 kilos. Fue noble y obediente sin las
excelentes prestaciones de «Jaquetón». Los repetidos fallos en la
hora de la muerte emborronaron el buen nivel de la coreada faena. Y la plaza
calló.
Armendáriz, mucho más entonado, elevó su imagen en una obra
limpia y atinada con el paletón sexto de la notable corrida de Capea. Que se
prestó a todo. En el exagerado ambiente que envolvió la tarde, la plaza y el
usía compensaron con las dos orejas su férrea e indoblegable voluntad.
Y a hombros se fueron los tres en una fecha de entusiasmo
desmedido. Sólo faltó el mayoral de la ganadería. Ya puestos, no hubiera
sobrado.
EL CAPEA | Hermoso de Mendoza, Hernández y Armendáriz
Toros de El Capea y uno de Carmen Lorenzo (4º); extraordinario el
bravo 2º, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre; bueno el 3º; a menos
el 1º; noble y obediente el 5º; colaborador el 6º.
Pablo Hermoso de Mendoza, rejonazo contrario que provoca derrame
(oreja). En el cuarto, rejonazo (dos orejas).
Leonardo Hernández, pinchazo y rejonazo fulminante (dos
orejas). En el quinto, tres pinchazos y medio rejón (silencio).
Roberto Armendáriz, dos pinchazos, rejón y cuatro descabellos
(silencio). En el sexto, medio rejón atravesado (dos orejas).
Salieron a hombros los tres rejoneadores.
Monumental de Pamplona. Viernes, 6 de julio de 2018. Segunda de feria.
Lleno.
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