CARLOS RUIZ VILLASUSO
Hay un machismo soterrado y torticero, camuflado en un
buenismo último modelo, el animalismo feminista. Los extremos se tocan. Lo de
Ruth Toledano es el tipismo de la afirmación anterior. Equipara en prioridad de
lucha femenina, la condena a los actos de La Manada, una abyección del macho
alfa que deplora todo ser humano y que constata que ley y justicia no son lo
mismo, con su tema predilecto y prioritario, el falso animalismo bienestarista
desde el icono anti corrida. O sea, un torero es asesino y su maltrato es igual
a los aberrantes actos de La Manada. Una lógica propia del intelecto
meticulosamente coherente de Toledano: era de noche y, sin embargo, llovía.
No sorprende esta lógica de feminismo/animalismo teniendo en
cuenta que la mujer Toledano se ampara en la autoridad de Nietzsche para dar
cobertura intelectual a su bienestarismo animal. Un filósofo a quien el
feminismo cierto le muestra la espalda, al ser un intenso estructurador
ideológico de la usabilidad de la mujer como vientre del súper hombre. No seré
yo quien, además, diga que el tal súper hombre fuera escrito a medida de
Hitler, sería falso. Pero lo que sí es cierto es que el genocida (animalista, por
cierto, y hasta vegano, la historia es tozuda al respecto) usó esa teoría para
dotar al ario de eso que fueron las cámaras de gas sobre las razas inferiores.
Como tanta gente cultísima de hoy, Toledano jinetea mal, copia y pega lo que ni
ha leído ni leerá. A Nietzsche.
Hay un
machismo soterrado y torticero, camuflado en un buenismo último modelo, el
animalismo feminista. Los extremos se tocan. Lo de Ruth Toledano es el tipismo
de la afirmación anterior
Este era de noche y, sin embargo, llovía de RT, consiste en
una paranoia: buscar referencia en un machista intelectual cum laude para
amparar la ideología animalista (porque un día dijo algo del perro, animal
superior a la mujer, por supuesto) pero siendo feminista a ultranza. Ir al
entierro para bautizar a un niño que no se ha muerto. Un abracadabra propio de
esa situación en donde dos extremos contrapuestos se llegan a rozar las yemas
de los dedos. De una parte, la ideología prioritaria animalista y, del otro, el
feminismo prioritario… Eso sí, ambos dentro del contexto cool del RT: el primer
mundo. Porque RT es cool. Su mundo de élite. Un mundo que consiste en el mundo
de derechos y bienestar de solo 98 de los 194 existentes.
RT es animalista/feminista que jamás se ha destacado por
denunciar la situación de las mujeres (mujeres, niños, ancianos, sin derechos
algunos, ni siquiera el derecho a su propia rabia…) en 96 países del mundo que
ella y otros bienestaristas obvian, priorizando energía, tiempo, espacio y
medios para la buena vida animal sin gastar un solo gramo de su energía en sus
iguales de raza. No es demagogia, es descripción. A RT y sus acólitos su ética
les permite vivir en paz decente sabiendo que sus mascotas viven con mejores
recursos que los habitantes de 96 países, más los 100 millones de excluidos
sociales del mundo avanzado.
RT es la buena en este buenismo feminista/machista,
animalismo/sectario en que nos hemos instalado, que pretende hacer de un torero
un violador y asesino. Ella, la que asesina la ética natural en un genocidio
humanista ideológico que prioriza a su mascota frente a una mujer de Myanmar o
Etiopía o frente a un español sin techo. RT y los suyos han logrado que no haya
perros vagabundos en un Madrid plagado de humanos vagabundos. Un Madrid más
justo. RT participó junto al actual ministro de Cultura en “Madrid Capital
Animal”, financiado por una ONG animalista que fue subvencionada con 270
millones de euros por una empresa dedicada a la carne de laboratorio o carne
clonada. Industria que, curiosamente, es recurrente inversión de las grandes
empresas productoras de carne. Que proviene de los animales para la que RT pide
derechos. Toda una cadena de ética coherente.
RT y su bienestarismo es, además, partidaria de la
castración de nueve millones de mascotas en España, más de 60 millones en
Europa y no se sabe cuántas en el mundo. Desnaturalización aberrante de
animales para convertirlos en domésticos animales de compañía, sin que haya el
mínimo rubor moral sobre el gran maltrato en el que se basa un mercado de
45.000 millones de euros anuales. Los maltratadores son ellos. Los encubridores
morales de negocios sobre el maltrato animal son ellos. Y RT no es otra cosa
que un déficit moral traducido en bondad, insertado en la demagogia de una
sociedad de clase A que ya no hace nada por la mitad de su raza, condenada al
olvido. / Redacción APLAUSOS
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