La terna se estrella con una
novillada sin posibilidades en una noche fría y aciaga
GONZALO I. BIENVENIDA
@GonIzdoBienve
Diario EL MUNDO de Madrid
La tercera cita nocturna de la temporada de Las Ventas
siguió sumando a la ola optimista de este verano: 8.000 espectadores acudieron
a la novillada. El programa de la oferta gastronómica ha tenido efecto. Los
madrileños acuden a cenar, a los toros y a tomar una copa en la plaza de toros
de Las Ventas.
La terna anunciada este viernes era de los de mayor nombre y
proyección de los 12 novilleros participantes en el certamen nocturno que
disputará su final el 3 de agosto con novillos de Espartaco. Santa Teresa y Couto
de Fronhilos fueron los hierros escogidos para esta tercera nocturna.
El juego de los novillos no dio opción alguna a la terna.
Una novillada muy desigual en la que faltó la calidad por un lado y la fuerza
por otro. Cuando el viento se propuso complicar más las cosas a los novilleros,
la sensación de frío superaba a la temperatura registrada en los tendidos. Frío
estaba el ambiente dentro del anillo. El tendido 7 estaba cuajado.
Las protestas se sucedieron a lo largo de la tarde pero
estallaron del todo con el sexto, de Santa Teresa, un colorao que parecía un
toro. Perdió en varias ocasiones las manos, dio un volatín al clavar los
pitones en la arena. Trinidad López decidió mantenerlo en el ruedo. Ya hacía
frío y era tarde, pensó. Juanito, un joven portugués con ánimo a prueba de
bombas, lo intentó todo pero no pudo remontar aquello porque a la falta de
fuerza se le sumó la de celo. Se escucharon gritos de ¡Fuera del palco! o
¡Ladrones!. Protestas que colman el vaso del descarriado rumbo que ha tomado la
presidencia de Madrid.
Juanito había demostrado todas sus ganas con el tercero.
Especialmente con el capote, ganando terreno hacia la boca de riego. Después,
el novillo también mostró debilidad y ya fue imposible conectar.
La única ovación de la noche la saludó Ángel Jiménez tras
mostrar su artístico sello en el primero. El contenido de la novillada duró un
toro. El tiempo que aguantó el novillo, Jiménez se mostró confiado. Hubo dos
tandas de personal entrega. El novillo echó después el freno de mano y no pudo
redondear las bellas maneras apuntadas.
El cuarto fue un tío. A portagayola y de rodillas en el
tercio, Jiménez trató de caldear un ambiente que ya estaba crispado. Se paró
pronto el desclasado novillo.
García Navarrete regresaba a Madrid tras haber recibido dos
percances anteriormente. Muy aplomado, con actitud de querer ser torero y con
autenticidad. García Navarrete volvió a dejar sensación de superioridad. A su
primero le faltó raza mientras que al que completó su lote le faltó entrega. La
imagen dada fue la de un profesional con oficio, recursos y autenticidad.
El viento, el palco, la mala novillada de dos hierros y el
frío trataron de estropear una noche de verano. Es importante cuidar el
contenido de las novilladas que debe motivar a volver a los toros a todos
aquellos que acuden los viernes a Las Ventas al planazo de cena y toros. El
ambiente en las galerías superiores tras el festejo se va consolidando semana a
semana.
COUTO DE FORNILHOS / SANTA TERESA | Ángel Jiménez, García Navarrete
y Juanito
Novillos de Couto de Fornilhos
(2º, 3º y 4º) y de Santa Teresa (1º,
5º y 6º), desigual de presentación, más cargada en su segunda mitad y de escaso
juego. El 1º fue irregular, desrazado el 2º, sin fuerza el 3º, parado el 4º,
deslucido el 5º y endeble el 6º.
Ángel Jiménez, de blanco y oro. Estocada corta. Aviso
(saludos). En el cuarto, cuatro pinchazos y tres descabellos. Aviso (silencio).
García Navarrete, de azul y oro. Cinco pinchazos y estocada
desprendida. Aviso (silencio). En el quinto, estocada habilidosa (silencio).
Juanito, rosa palo y oro. Estocada (silencio). En
el sexto, estocada trasera (silencio).
Monumental de las Ventas. Viernes, 20 de julio de 2018. Novillada
nocturna con picadores. 8.000 personas.
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