Una novillada sirvió como prólogo
a la escueta pero atractiva Feria de San Jaime o Feria de Julio. Antaño la más
importante de la temporada. Hogaño ni la primera de Valencia. Los tiempos
cambian y moldean la realidad. Y lo que cambian los tiempos es casi
irreversible.
SALVADOR FERRER
Diario EL MUNDO de Valencia
Con tres corridas de toros, una novillada picada en el
abono. En el Norte o en el Sur se cantan ferias de postín que no tienen
novillada en su programación. Bilbao, San Sebastián... Valencia es un ejemplo
en festejos mayores y menores. Y más después del II certamen internacional de
escuelas taurinas que ha vuelto a ser un éxito de público. A ver qué
espectáculo tan marginado política y mediáticamente como el toreo es capaz de
congregar cerca de 5.000 personas en pleno mes de julio un sábado de sol y
playa.
Esta semana, Polope toreó en Salamanca, Borja Collado en
Sevilla, Jordi Pérez en Valencia. Aprovechando que el Túria pasa por Valencia,
la escuela taurina ha recobrado el protagonismo perdido porque en la gestión
vuelve a primar ante todo el interés de sus alumnos: tentaderos, certámenes,
clases prácticas... Los números cantan.
Chover volvía a Valencia tras proclamarse novillero
triunfador en Fallas. Ha ganado en oficio y seguridad el valenciano, que el año
pasado en esta misma feria sufrió una cornada terrible en el brazo. A porta
gayola se fue en su primero. El saludo lo abrochó con tres medias de notable
factura. Clásico y sentido el quite de Toñete, dos verónicas y una media torera
y toreada. Chover respondió atacando: farol de rodillas, larga cambiada de
rodillas y serpentina. Quiso siempre el novillero. A veces le cogió el aire,
hubo varios naturales templados. Supo a poco el conjunto pese a la
irreprochable actitud.
El cuarto llevaba consigo la expresión del toro bravo. Bajo,
bien hecho, acapachado, su nervio, la cara descolgada... José Vicente Sanz lo
picó fenomenal. De premio el puyazo. Chover bulló en banderillas: la moviola,
un par al quiebro. El comienzo de rodillas fue un espejismo. La labor con la
muleta nunca tomó vuelo.
Toñete firmó un prólogo muy torero, genuflexo, entre las rayas.
Mando y limpieza, buen trazo. Con sus defectos, algo paradito, el novillo
respondió cuanto más por abajo lo llevaban. Una serie con la derecha tuvo
majeza, impregnada del clasicismo que anhela y muestra su concepto.
Se lastimó el astifino quinto y en su lugar saltó al ruedo
un sobrero de Los Chospes, alto y feo. Sin emplearse ni humillar nunca se dejó
hacer más de lo que apuntó en los primeros tercios de la lidia. La labor de
Toñete, enfibrado y dispuesto, no llegó a prender.
Diego San Román hizo su presentación en el coso de la calle
Xàtiva. Excelente imagen ante un buen novillo de Zacarías Moreno, que lidió una
excelente novillada. Variado y vistoso con el capote. Caleserinas, gaoneras,
suertes de origen azteca que para eso de Querétaro. Vibrante y emotivo fue el
inicio de rodillas en redondo. Demostró valor, exhibió quietud, firmeza de
plantas. El concepto de ligar a toda costa. Hubo naturales de hermosa factura.
Pese a los altibajos, la faena desprendió frescura y capacidad para resolver.
Recursos. La espada le quitó el trofeo que amarró luego.
Brindó al respetable el sexto. Y se puso San Román a torear
con la izquierda más derecho que un palo. Más firme que la mar. Varios
naturales tuvieron inmensidad. La faena tuvo momentos de gran conexión. Siempre
dispuesto a tragar, consentir para torear. Gratísima impresión. Paseó una oreja
pedida con fuerza. Su tarde fue de puerta grande. Y la novillada de Zacarías,
de bandera.
ZACARÍAS / Chover, Toñete, San Román
Se lidiaron novillos de Zacarías
Moreno, muy bien presentados y de juego notable y uno, el 5 bis de Los Chospes. Bueno el 1º, manejable el
2º, codicioso el 3º, bravo el 4º, aplaudido en el arrastre, deslucido el 5º,
con gran fondo el 6º.
Jesús Chover, de azul marino y oro. Estocada tendida
baja. Silencio. En el cuarto, media contraria atravesada, cinco descabellos.
Silencio.
Toñete, de verde botella y oro. Bajonazo. Ovación.
En el quinto, pinchazo y estocada baja. Palmas.
Diego San Román, de lila y oro. Dos pinchazos, estocada.
Ovación. En el sexto, pinchazo y estocada. Oreja.
Plaza de toros de Valencia. Domingo, 22 de julio de 2018. Novillada con
picadores. Primera de feria y de abono. Un tercio de entrada.
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