EL MUNDO
Azpeitia (Guipúzcoa)
La Quinta lidiaba en Azpeitia entre la expectación que ha
despertado el paso de los grises por Mont de Marsan y Santander -casi llenos
esperaban los tendidos-. Y la baja de Castella por una lesión de rodilla
acentuada durante su actuación este domingo en la Feria de Julio de Valencia
convertía la segunda corrida del ciclo en el debut exprés de Román en el coso
vasco.
La sustitución de un día para otro fue, dijo en su cuenta de
Twitter el valenciano, "como encontrar un billete arrugado en los pantalones:
una alegría que flipas". Y en reconocimiento al júbilo, brindó a Joxín
Iriarte el toro de su presentación, que siempre viajó con peligro por encima
del palillo. Y tras tres tandas de muletazos largos celebrados por el público,
se orientó y no pasó ni una sola vez sin escanear al entregado torero. La
espada emborronó el buen hacer. (Silencio).
El sexto de La Quinta, reservón, incierto y muy complicado
terminó de aguar la puesta de largo de Román en Azpeitia, junto al estoque
nuevamente atragantado. (Silencio).
Mejores mimbres tuvo Curro Díaz, que sorteó en primer lugar
un toro noble y soso al que cuajó series largas por ambos pitones. La estocada
caída y el uso del descabello no impidieron que el diestro de Linares fuera
reconocido con una ovación.
El bello ramillete de verónicas con el que sacó al cuarto
hasta la boca de riego alumbró una sabrosa media. Como lo fue su faena de
muleta, en la que se sobre puso con oficio y remates de gran gusto a su
complicado y reservón oponente, antes de que un pinchazo y un bajonazo lo
dejaran todo en otra calurosa ovación.
El Fandi quitó por ajustadas chicuelinas y cogió los palos
con su clásica vistosidad antes de que el segundo, muy venido a menos, bajara
la persiana. Al ver que su esfuerzo era estéril, abrevió. (Silencio).
El quinto, en cambio, vino a salvar la tarde con su exigente
bravura. Tres veces entró al caballo de Ángel Bernal, aplaudido al abandonar el
ruedo. Fandi firmó un explosivo tercio de banderillas y una ofreció una
importante dimensión con la muleta. La faena, creciente en intensidad, estuvo
basada en la ligazón y la largura del trazo, llevando sometido por ambos
pitones al gran toro de La Quinta. Que humilló y persiguió con codicia de
principio a fin. El fallo con el acero, contante toda la tarde, le impidió cortar
la presentida y pesada oreja. Fuertes ovaciones reconocieron la labor de El
Fandi y la bravura del toro.
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