Finalizada Pamplona, el verano taurino es más llevadero
hasta el próximo puerto de montaña, que es, lógicamente, Bilbao. Hay que añadir
que es un puerto más suave, con un toro por debajo del trapío de Madrid o
Pamplona. Tal vez superior, eso sí, al de Sevilla. Y con un público con buen
gusto pero muy receptivo. Bilbao tiene un desafío que, o lo gana rápido o
entramos en territorio pantanoso. Hay que llevar más gente a la plaza, ese sol
de cómodos asientos, en una ciudad donde el calor en esas calendas suele ser
soportable, no puede ser un escándalo de soledad. Espero que encuentren el
remedio. Y esos asientos de la parte alta tienen que ser tan atractivos en
precio y facilidad que capten a la gente joven, porque el problema de Bilbao es
que las clases altas van, pero hay que recuperar a los currantes y a los
jóvenes. O si no, chao futuro. Y claro que yo quiero que Bilbao vaya a mejor.
Si Vista Alegre se mantiene en crecimiento, el futuro es más nítido; si por
contra Bilbao en lo taurino cae en la anemia, nos estamos jugando todo el País
Vasco. Bastó un alcalde errático y su cortejo de visionarios para cerrar “La
puerta del norte”, o sea, Vitoria, tan bella, con la plaza cubierta más luminosa
y cómoda que conozco.
En esa perla que es San Sebastián, vamos de susto en gozo; y
la libertad del aficionado depende de un político, un partido o un atrasado
documental que no sabe que los toros aparecieron en España (o llámale Iberia si
no te gusta) en el norte. Cayeron como la nieve en el sur de Francia (por eso
allí empezaron como aquí con los espectáculos de saltos, quiebros, recortes,
etc.) y por la ladera hispana asomaron por Cataluña, sí, aunque joda. Por
Aragón, el gran reino del que venimos tantos, por Navarra (que tuvo parte en
Francia y parte en España) y por el País Vasco. Sí: por el País Vasco entró el
bravo. Y hay un caserío de Miura y ganaderías en los montes; y si tienes dudas,
ahí vive, y trabajamos juntos para hacer un magnífico documental, Andrés Duque.
Bajando ganado bravo con caballerías y burros con los ojos tapados para llevar
los toros al llano y el camión. Hace ya años.
Cada día
hemos visto mil veces en todas las teles el encierro y otra vez el encierro. El
encierro es el prólogo popular de la corrida de toros, no se debe vender solo
porque no es un ente propio. Lo fundamental es el toreo en la plaza. El
ganadero no los cría para que corran sino para que embistan
En el norte empezó todo y el inicio fue el toreo sobre las
piernas. ¿Te suena? Luego vino la reconquista de Castilla y los nobles
celebraron las victorias tras la batalla alanceando un toro a caballo en la
plaza mayor. Claro. ¿Sabes quién fue el primer subalterno? El criado del noble
a caballo con su “capa” castellana estaba al quite de cualquier problema. Luego
los toros llegaron a Andalucía y allí por razones que te contaré otro día se
empezó a “torear” con las manos. El toro bajó a esas grandes tierras
conquistadas para defender las fincas de invasores en tiempos turbulentos. En
Andalucía empezó el toreo sobre las manos y lo mismo que el toro bajó del
norte, retornó con la nueva Tauromaquia, que se acoplaría en toda Iberia. O
sea, en el país del Íber. Por tanto, en el país del Ebro.
PADILLA: UN EJEMPLO, UN HÉROE, UN TORERO, UN HERMANO DE VIDA
Acabó Pamplona, buena feria y la gloria de un héroe, de
Juan, de Padilla, del Pirata, del torero que nunca se arruga, ni se achica,
treinta y nueve cornadas. Algunas brutales y todas vencidas por la fuerza de su
sentimiento torero. Te gustará mucho o poco pero nadie ama tanto su profesión
como Padilla, ni respeta tanto al toro que no le reprocha ninguno de los
treinta y nueve “tabacos” que dibujan su cuerpo, desde los pies a la cabeza. Es
mi amigo, mi hermano que acabó con que yo fuera hijo único y un ejemplo para
los tiempos venideros. Hubo muchos triunfadores en Pamplona. Ese Roca Rey (el
más taquillero de todos a día de hoy) justificó su reinado con seis orejas en
dos tardes sanfermineras.
Pero el desembarco del Pirata Padilla en la última batalla
en su territorio navarro fue el apoteosis y la admiración mundial. Creo que el
único torero que lució toreando en la portada de un diario a nivel nacional fue
Padilla. Un ejemplo de fuerza, un ejemplo de profesional, un héroe, un torero,
un hermano, de vida.
REFLEXIONEN, QUE LE ESTÁN DANDO LA RAZÓN AL ALCALDE
Hay un refrán que dice “divide y vencerás”, frase de dudoso
origen atribuida al emperador y dictador romano Julio César. Y no siempre
acertó con la frase. Yo creo que la buena gente de la Meca, que rigen Pamplona,
se equivocó y “divide y vencerás” se les ha convertido en “divide y perderás”.
Me explico. Vendieron los encierros a La 1, la televisión estatal. Vale. Y
vendieron las corridas a Toros, de Movistar. ¿Qué ha pasado? Algo malo para
todo el sistema y para esa feria y para este país. Las otras televisiones, la
3, la 4, la 5, la 6, dan los encierros, comprados y pagados. Pero para comprar
corridas no les interesa ir a Movistar. Y por eso lo que ha sucedido es que
cada día hemos visto mil veces en todas las teles el encierro y otra vez el
encierro. Y ninguna de las otras teles compró la corrida. Yo creo que solo
salió lo de Padilla, pero ni una palabra de lo que pasó en la plaza. Y eso es
grave porque el encierro no se debe vender solo porque no es un ente propio. El
encierro es el prólogo popular de la corrida de toros. Esos toros que corren en
la calle no se crían ni se venden solo para eso. Lo fundamental es el toreo en
la plaza. El ganadero no los cría para que corran sino para que embistan. Y si
no hubiera corrida no permitirían el encierro, que solo es el preludio, el
transporte de los toros a la plaza. Este sistema de venta supone que en toda
España no han visto, salvo pagando, torear. Y magnificando los encierros; y
casi borrada la información de las corridas. Piensen, reflexionen, que le están
dando la razón al alcalde. Que el encierro es muy bonito, pero si no hay
corrida es una pantomima. Espabilen, coño. / Redacción
APLAUSOS
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