Hablamos con el ganadero de Miura
sobre la evolución y la esencia de la feria taurina más global, cuyos toros
cerrarán este sabado.
RODRIGO CARRASCO
Diario LA RAZÓN de Madrid
Ya en el tramo final de la Feria de San Fermín nos acercamos
a uno de los mayores atractivos de este ciclo caracterizado por la apuesta de
encastes minoritarios, entre los que se mantiene, con sus más de 150 años de
historia, la legendaria ganadería de Miura. Un hierro que como su ganadero Eduardo
Miura afirma «siempre ha sido partidario del encierro» y sin el que los
sanfermines no serían lo mismo.
- ¿En los encierros
también se puede ver la esencia del miura?
En realidad engañan bastante. En la carrera tienen fama de
nobles y luego en la plaza salen al revés. Además, durante el encierro van muy
hermanados, mientras que normalmente están retándose entre ellos.
- ¿Estamos en un buen
momento para lo que se conoce como el «torismo», la apuesta por encastes minoritarios?
No entiendo de «torismo» ni «torerismo», solo de ganaderías
de toro bravo con sus gustos y matices. La variedad es la riqueza de esta
fiesta.
- ¿Qué opina sobre
las declaraciones del alcalde de Pamplona?
Él es abonado a la plaza desde hace 30 años y ahora se suma
a la dirección que parecen tomar la mayoría de partidos. El de Albert Rivera,
quien salió a hombros con Serafín Marín en la última corrida de la Plaza de
Toros de Barcelona, se abstuvo en la votación de hace unos días en Madrid. Lo
único que les preocupa es defender sus propios intereses.
- ¿Por qué nos hemos
acostumbrado tanto a ver a Miura cerrando las ferias?
Nosotros solo le vendemos la corrida a la empresa, sin saber
el día ni qué torero la lidiará. Pero es cierto que si nos diesen a escoger,
algunas veces iríamos anunciados de otra manera. Aunque estando todo tan
difícil como está si nos eligen para cerrar la feria será porque la gente se
sigue acordando de nosotros.
- ¿Realmente serían
sostenibles unos sanfermines sin corridas de toros?
Es evidente que la gente va por los encierros y a
divertirse. Y soy consciente de que hoy la sensibilidad es otra y que el
festejo también ha evolucionado. Pero muchos lo acusan de ser un espectáculo
cruel, ignorando que la vida lo es por sí misma. La sociedad de hoy no quiere
ni oír hablar de la muerte. Además, ahora la gente está mucho más urbanizada y
los niños ignoran que la leche que beben todas las mañanas viene de vacas que
viven y mueren.
- ¿Cómo solventan el
problema de no poder refrescar la sangre con otras ganaderías?
Hace cerca de sesenta años vino a mi casa un profesor de
genética que le dijo a mi padre que había conseguido generar una sub-raza
dentro de la raza de lidia. Y es una ventaja que hemos sabido explotar a través
de un sistema de rotación de sementales.
- ¿Cree que el toro
que cría se podría considerar en peligro de extinción y por lo tanto debería
estar más protegido por las instituciones?
Nuestro toro tiene unas características únicas que lo dotan
de identidad propia. Sin embargo, España se caracteriza por engrandecer lo de
fuera mientras infravalora y desprotege lo de casa. De hecho la Comunidad
Europea es la única institución que nos ha echado una mano.
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