El diestro de Lorca esculpe el
toreo y el valenciano se reivindica.
SALVADOR FERRER
@salvaferrer78
Diario EL MUNDO de Valencia
Ureña y Román. Dos triunfadores absolutos en las ediciones
de la Feria de Julio de 2016 y 2017 se veían las caras en el patio de
cuadrillas. Compañeros, amigos, toreros. En ese patio de miedos y sudores fríos
luce la placa conmemorativa del indulto a "Gitanito", de
Torrestrella, el 28 de julio de 1993, en las manos y el temple de Dámaso
González. El primer toro indultado en una plaza de primera. Hoy hacía 25 años
de aquél suceso. Don Álvaro y el maestro Dámaso están desde antes de morir en
la historia más gloriosa del toreo.
Mano a mano Ureña y Román, anunciados este año en Nìmes,
Alicante, Pamplona y Valencia. El público sacó a saludar a los dos
contendientes. Ureña firmó un soberbio recibo por delantales, mandiles mecidos
de seda. El de Algarra manseó, acusó querencias y salió muy suelto pero tuvo su
fondo. Un fondo que supo extraer el torero de Lorca con técnica, corazón y
fundamentos de torería. El prólogo fue torerísimo, un pase de la firma fue un
cartel de Ruano Llopis. Con la derecha se encajó los riñones con hondura y
suavidad. Hubo un fajo de naturales robados. Mató despacio y paseó una oreja de
mucho peso. Excelente dimensión.
El tercero de Algarra tuvo su nervio y sus matices. Se
vencía, andarín, nada fácil. Casi sin enmendarse ligó el toreo en redondo
Ureña, que fue afianzando la compleja acometividad del toro. Uno a uno le robó
los naturales, de mano baja. Sin romper, fue faena intensa. La plaza pidió la
oreja. El presidente no quiso. Tampoco hubiera pasado nada si la hubiera
concedido. Infinitamente más ridículas se han concedido en esta plaza.
El quinto toro tuvo mucha importancia. Se ganó una merecida
vuelta al ruedo. Ureña le cortó las dos orejas tras una faena intensa e
inmensa. Hubo naturales que fueron versos. Y poemas. Poesía pura, el alma desnuda
y el corazón del torero entregado. Los oles roncos, las gargantas desgastadas.
Sutilidad, profundidad, redondez, despaciosidad... La locura fundida con la
belleza. Y su pureza. Los vuelos morían detrás de la cadera, el toreo fluía
cumbre. La obra fue prácticamente con la izquierda. De colección el toreo al
natural de Ureña. Sigue el idilio: Valencia, Algarra, Ureña... por los siglos
de los siglos en la historia ya escrita en 2017 y este 2018.
El burraco segundo flojeó de remos en los primeros tercios.
Pero se vino a más porque fue bravo, noble, tuvo buen son y ritmo. Román brindó
la faena al equipo médico. La cornada de Fallas frenó en seco su inicio de
temporada. Superior fue el inicio por bajo y por abajo. Hubo un muletazo con la
izquierda genuflexo sensacional, ligado a un monumental pase de pecho hasta la
hombrera. El toro respondió y tras ciertas intermitencias y una fea voltereta
sin consecuencias la faena recobró el pulso. Unos circulares, unas ceñidas
manoletinas, un abaniqueo con aires poncistas y una estocada hicieron que
cayera la oreja. Sonriente Román en la vuelta al ruedo.
El cuarto era un señor toro, con su barba y su seriedad.
Ureña firmó un quite a la verónica, honda y barroca, de hermosa factura. Román
respondió embarullándose con la capa. Raúl Martí y Hazem Al Msir El Sirio se
desmonteraron. Soberbio el clasicismo y la forma de banderillear de Raul.
Comenzó su labor con ayudados por alto tras brindar a Víctor Manuel Blázquez,
sobresaliente y anterior profesor del matador. El toro nunca fue metido en la
muleta. Román aguantó parones, tragó lo suyo, se impuso en definitiva ante esas
embestidas cortas y deslucidas.
Cuerpo a tierra milagroso. Siguió de rodillas, dos faroles
en el tercio. Bravo fue el toro y bravo es el torero. Mucha bragueta. Román se
pasó al bravo Algarra por la faja. Fue una pelea en todo lo alto. Faena intensa
y de verdad. Tras el pinchazo, agarró una buena estocada.
La foto con los dos toreros a hombros fue de final feliz.
Román invitó al mayoral de la ganadería en la vuelta al ruedo. Honor a los
toros bravos y gloria a los toreros. Bendita locura la del toreo.
ALGARRA | Ureña y Román
Toros de Luis Algarra,
magníficamente presentados, de distintas hechuras, pelajes y excelente juego;
manso y noble el 1º, notable el 2º, encastado el 3º, franco sin humillar el 4º,
excelente el bravo 5º, premiado con la vuelta al ruedo, bravo y encastado el 6º.
Paco Ureña, de coral y oro. Estocada (oreja). En el
tercero, estocada desprendida (ovación tras petición). En el quinto, estocada
(dos orejas).
Román, de espuma de mar y plata. Estocada, oreja. En el cuarto, estocada
baja (silencio). En el sexto, pinchazo y estocada (oreja).
Plaza de toros de Valencia. Sábado, 28 de julio de 2018. Tercera de
feria. Menos de media plaza.
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