El quinto encierro de los Sanfermines 2018, con toros de la
ganadería gaditana de Núñez del Cuvillo, resultó emocionante y vistoso, sin que
ningún corredor haya sido corneado.
Como cada mañana a partir de las 8.00 horas (6.00 GMT - 2:00 AM hora venezolana), la
manada recorrió el centro de la ciudad de Pamplona (norte) rumbo a la plaza de
manera rápida y estirada, con huecos entre los animales, lo que permitió a los
participantes poder correr con facilidad.
Un toro que se quedó rezagado al final de la carrera y que
se resistió a entrar en los corrales alargó la duración del encierro, que
transcurrió en 2 minutos y 50 segundos.
Los momentos de mayor tensión se produjeron al final de la
emblemática calle Estafeta, una de las zonas más concurridas del recorrido, al
final de la carrera, cuando el toro que abría el encierro tropezó, aunque no
llegó a caer.
En otras partes del recorrido se produjeron caídas de mozos,
aunque la nobleza de los toros hizo que estos no repararan en ellos y
continuaran su camino.
Al final del encierro cayó uno de los toros y le costó
levantarse, lo que le dejó rezagado y así, mientras el resto de la manada
entraba en los corrales sin dificultades, éste paseó despistado por la plaza.
Esta situación obligó a intervenir a los dobladores
(encargados de llevar las reses desde la arena hasta los chiqueros) cuya labor
resultó imprescindible para evitar percances de consideración.
El primer parte médico facilitado desde el servicio de
Urgencias de la Ciudad habla de tres traslados por contusiones y traumatismos.
Uno de los heridos sufrió una contusión maxilofacial, otro
contusión en un brazo y el tercero sufrió una herida no penetrante en su brazo
derecho. / EFE
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