Manolo Vanegas |
JAVIER LÓPEZ
El venezolano Manolo Vanegas cortó hoy en Las
Ventas una oreja por una faena de muy pocos méritos, mientras que al colombiano
Guillermo Valencia se la quita "el palco" tras una labor mucho más
asentada.
La historia de la calurosa tarde de hoy tuvo doble
lectura. Una con final feliz, firmada por los debutantes Manolo Vanegas y
Guillermo Valencia, que con actitud, entrega y buenas maneras, cayeron de pie
en su debut en Madrid; y otra marcada por la tristeza de ver a un novillero
ahogado en su propio verdor, Jorge Escudero, que a buen seguro se acordará del
novillo y la ocasión perdida. Lo ilógico fue el baremo por el que se rigió el
presidente, que no le dio la oreja a Valencia en su primero y, en cambio, se la
concedió después a Vanegas en el quinto por una faena de mucho menos calado y
por supuesto con escasos pañuelos en la petición. Faltó criterio y, sobre todo,
sensibilidad.
Vanegas mostró sus credenciales con un arrebatado
saludo de capote a su primero, novillo que se dejó las fuerzas en el peto,
llegando a la muleta defendiéndose y quedándose corto. El debutante venezolano
se mostró tesonero, en actitud de no dejarse ganar la pelea, pero la faena no
llegó a tomar armazón por lo poco, o nada, que colaboró el utrero. Con dos
faroles de rodillas saludó Vanegas al cuarto, que se vino muy a menos después
de un esperanzador inicio de faena. El venezolano estuvo enfibrado, pisando
terrenos comprometidos en una labor de firme y valiente. Agarró una buena estocada
y, sorprendentemente, el presidente concedió una oreja, que no llega a
"orejita" como despectivamente se suele llamar en la jerga al trofeo
devaluado, provocando el enfado y los gritos de "fuera del palco"
desde los tendidos.
El colombiano Valencia se enfrentó a un primer
novillo que, pese a mansear en los primeros tercios, y a ser también un punto
tardo en las arrancadas, respondió en la muleta de un Valencia muy entregado,
toreando de largo, quedándose en el sitio entre pase y pase, y conduciendo con
autoridad y asentamiento a su oponente por el pitón derecho.
Le faltó un punto más de temple, más reposo, sobre
todo al natural, pero pesó más la actitud del debutante, que cerró faena por
estatuarios antes de salir por los aires al tirarse con la espada a matar o
morir. Hubo petición de oreja, pero aquí el presidente, en un alarde de poca
afición, no se la dio, y al final tuvo que conformarse con la vuelta al ruedo.
El sexto se movió pero con mucha sosería y sin
humillar. Valencia volvió a mostrarse suficiente en una faena trufada con
momentos de buen toreo, pero muy venida a menos al final, con el animal ya
apagado por completo.
A Escudero se le notó lo poco toreado que está
(hoy era su segunda actuación en dos temporadas, y ambas en esta misma plaza)
para creérselo y saber aprovechar las bondades de su primer novillo, un animal
con calidad, un punto tardo, pero repetidor en sus nobles y suavonas embestidas
en cuanto tomaba la muleta.
El vallisoletano estuvo atenazado y demasiado tenso durante toda la faena, y, aunque hubo ciertos momentos en los que se soltó algo más y recetó algún pase a derechas de buen aire, la sensación final fue que el novillo se le fue enterito a Escudero, que desperdició una oportunidad de oro.
El vallisoletano estuvo atenazado y demasiado tenso durante toda la faena, y, aunque hubo ciertos momentos en los que se soltó algo más y recetó algún pase a derechas de buen aire, la sensación final fue que el novillo se le fue enterito a Escudero, que desperdició una oportunidad de oro.
El cuarto, en cambio, fue novillo que no prestó
nada al lucimiento de un Escudero tan voluntarioso como anodino. / EFE
FICHA DEL FESTEJO
Tres novillos -primero, segundo y sexto- de Toros de la Plata, dos -tercero y
cuarto- de Herederos de Antonio Ordóñez
y un sobrero -el quinto- de Aurelio
Hernando, desiguales de todo. El mejor, el enclasado y suavón primero; el
blando segundo defendió; el mansito tercero se dejó en la muleta; el cuarto fue
deslucido; el quinto se vino a menos; y muy soso, el sexto.
Jorge
Escudero: media perpendicular,
caída y atravesada (silencio tras aviso); y pinchazo, y media desprendida y
atravesada (silencio).
Manolo
Vanegas: tres pinchazos y
descabello (silencio tras aviso); y estocada ligeramente trasera (oreja).
Guillermo
Valencia: estocada caída (vuelta
al ruedo tras petición); y pinchazo y estocada (silencio tras aviso).
En la enfermería fue atendido Escudero de: "puntazo sobre cabeza
de peroné izquierdo, con contusión del nervio ciático poplíteo externo.
Pronóstico reservado"
La plaza registró menos de un cuarto de
entrada en tarde calurosa.
Manolo Vanegas |
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