FREDDY RAMÍREZ "GARAPUYO"
@garapuyo
Habían pasado exactamente 24 años, -si mal no estoy- para que otro
novillero con picadores venezolano, Luis
de Aragua cortase oreja en Las Ventas de Madrid, aquello fue un 05 de junio del
año 1976, con el novillo "Macandro"
de la ganadería Diego Romero; su antecesor había sido el figurón del toreo Cesar Girón,
quien se había presentado de novillero en Madrid un 10 de julio de 1952, sin mucha fortuna, para después 17
días mas tarde el 27 de julio de 1952,
el venezolano Cesar Girón -en su segunda presentación- en Madrid cosechaba gran
triunfo con el corte de orejas, sonoro
éxito, que sumado a los ya conseguidos a lo largo de aquella afortunada
temporada le permitió al novillero venezolano César Girón, afrontar aquel verano
en España convertido en la figura estelar del escalafón novilleril.
Desde aquellas gestas han sido muchas las lunas y
es mucha el agua que ha pasando por debajo de los puentes, hasta que este domingo 12 de julio, 39 años después de aquella recordada oreja de
Luis de Aragua, la historia se vuelve a
Marcar con otro novillero venezolano, Manolo Vanegas, al cortar una oreja en
la mismísima Catedral del toreo en
Madrid.
Oreja de oro macizo ha sido la que este domingo ha
cortado el torero venezolano oriundo de
Seboruco (tierra de toreros) pueblo del estado del Táchira, al occidente de Venezuela, triunfo que seguro permitirá al
novillero nacional afrontar la temporada novilleril en España un tanto remisa
para con el novillero venezolano, ya
Francia conoce muy bien la
andadura triunfal de este joven promesa de la torería que llena de ilusión a la afición venezolana.
Tras el éxito del novillero venezolano me permito
llevar, algunas reseñas de los distintos
medios:
LAS VENTAS / Oreja para Manuel Vanegas y
vuelta para Guillermo Valencia
Novillada interesante de Toros de la Plata y los
Herederos de Antonio Ordóñez con dos ejemplares de mucha calidad. Manolo
Vanegas cortó una oreja y Guillermo Valencia dio una vuelta al ruedo.
La presentación de Manolo Vanegas en Las Ventas ha
dejado un poso de seriedad y de mucha capacidad. Templado y con gusto con
capote y muleta, se quedó pronto sin su primer novillo, que no acompañó esas
buenas sensaciones que dejó el novillero. El quinto se lo puso muy difícil,
pero Vanegas le plantó cara con mucha verdad, aguantando la incertidumbre sin
aspavientos. Sin apenas petición le llegó una oreja del palco que certifica un
debut muy prometedor
BURLADERO / Vanegas, oreja; Valencia,
vuelta al ruedo
Era tarde de savia nueva. Y respondió. El
novillero venezolano Manolo Vanegas cortó una oreja del quinto y el colombiano
Guillermo Valencia dio una vuelta al ruedo en el tercero. Ambos se presentaban
en Las Ventas y ambos puntuaron.
El segundo de Toros de La Plata no humilló nunca
en las telas y Manolo Vanegas, novillero venezolano, lo toreó con temple y
buenas maneras, dándole distancia. No acertó con la espada y eso le privó de un
reconocimiento mayor. Sí lo obtuvo frente al quinto, un sobrero de Aurelio
Hernando. Novillo de embestida complicada, que se movió siempre con la cara
alta, sirvió para que Vanegas protagonizase un emocionante tercio de
banderillas y firmase una faena de novillero conocedor y seguro. Aguantó
miradas y parones, domeñó las tarascadas del novillo y acabó imponiéndose a
base de seguridad. Cortó una oreja, aunque la petición era leve. Importa más la
sensación, muy buena.
CULTORO / Vanegas corta una oreja y el
palco le debe otra a un sólido Valencia
Manolo Vanegas tocó el pelo del quinto, un novillo
reservón al que se impuso; firme anduvo Guillermo Valencia dando una vuelta al
ruedo mientras que falto de oficio se mostró un herido Escudero
Con más arrojo que brillantez le ligó las
verónicas del saludo Vanegas al segundo, de escaso perfil pero rotundo remate.
Con alegría y fijeza se arrancó el animal en el caballo, antes del garboso
quite por chicuelinas de Guillermo Valencia. Fue severo el castigo en el
caballo y lo acusó mucho el animal en la muleta, donde quiso tomar por abajo el
trapo que le ofrecía Vanegas con suavidad pero sin pausa. Tiene valor el
venezolano, pero le faltó medir los tiempos y ofrecer respiro al novillo. Largo
fue el trasteo, sin emoción por la falta de poder del animal, que despenó
Vanegas con dos pinchazos y el descabello para escuchar silencio.
Un tío por todas partes era el serio quinto, al
que recibió Vanegas con dos faroles y persiguió después para encajarse a la
verónica en las idas y venidas del abanto animal. Perdió las manos a la salida
del peto y fue devuelto. De Aurelio Hernando era el sobrero, cornicorto pero
colocado, que buscó la gatera de salida con insistencia y repitió después en el
decidido saludo de Vanegas rebrincado y tirando un feo derrote con el pitón de
fuera. En línea recta y tomando a media altura llegó al penco. El propio
Vanegas protagonizó el tercio de banderillas, culminando con un vibrante
quiebro al violín. Un esfuerzo hizo Vanegas con el costoso animal, exigente en
los terrenos, que siempre lo tuvo visto y a punto de echarle mano. Le tragó
Manuel para transformar en tandas las arrancadas reservonas que le fue robando
a base de exponer. Le dejó una estocada sensacional y cortó una oreja.
APLAUSOS / Manolo Vanegas, un debut
prometedor en Las Ventas
El venezolano corta una oreja y deja muy buenas
sensaciones a lo largo de toda la tarde de serenidad, torería y templanza.
Manolo Vanegas se presentó en Las Ventas con un
novillo noble pero tardo y sin ninguna entrega y que terminó parado. Muy
asentado el espada venezolano, toreó con serenidad y despaciosidad aprovechando
la inercia de su oponente. Imprimió además a su labor mucha torería. Buena
impresión la dejada por el venezolano que falló con los aceros.
El quinto de Antonio Ordóñez fue devuelto por
blando, saliendo en su lugar un novillo de Aurelio Hernando brusco y que
embistió con la cara alta. Nada fácil estar delante. Se lució con las
banderillas el venezolano, especialmente en un par al quiebro y al violín en el
tercio. La faena sorprendió por la seguridad -aguantó muchos parones del
novillo-, y por tratar de conducir al novillo siempre por abajo. Muy ajustado
con el utrero, con muchos conocimientos y un buen fondo técnico. Mató de una
estocada y se le dio una oreja cuando la petición para la misma fue escasa. Más
allá del trofeo, Vanegas dejó una notable sensación.
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