El matador murciano construye una
notable faena al sexto, suma la segunda oreja y sale por la puerta del
encierro; Marco y Paulita naufragan contra una fea escalera en un espectáculo
de cuarta, cuadrillas incluidas.
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario ELMUNDO de Madrid
Fotos: EFE
Un gafe planeaba sobre la corrida de José Escolar: sólo
cinco toros corrieron el encierro de su debut porque uno se volvió y sólo cinco
se lidiaron porque a otro lo devolvieron precipitadamente. Remató el
astifinísimo y negro primero en un burladero en el que asomaba un inoportuno
capote y quedó momentáneamente dañado, perdiendo las manos, como pinzado. Para
cuando aparecieron los cabestros se había recuperado... ¡Ay, las prisas! De
sobrero había quedado un toro fino y estrecho como una tabla que careció de
fuerza y la mínima condición para humillar ni seguir la muleta. Francisco Marco
no se enredó en el trasteo.
Vareado pero con dos lascas salió el cardenito segundo.
Diminutivo para todo menos para lo cabrón que se puso. Desarrolló durante la
brega y en banderillas un instinto depredador; buscaba a Paulita tras la
muleta. Ni uno tenía. El aragonés navegaba, o naufragaba, por la cara y sobre
las piernas de mal en peor. Un macheteo o unos doblones por los costillares
propios de su veteranía aunque fueran para cuadrarlo... Si llega a sacar
riñones se lo come. Lo cazó con la espada de milagro. Pitos.
Traía el tercero las hechuras del toro devuelto, negro,
serio, tocado arriba con esa conformación de pitones como dagas. Paco Ureña
sorprendió con notables verónicas serenas y una media verónica con corte de
remanguillé. Descabalgó el albaserrada de Escolar al picador por el cuello del
caballo, y en el suelo se escapó porque le pasó la huida por encima. Ureña
entendió la altura de su enemigo sobre la mano derecha como sin molestarle y
todas las series cobraban cuerpo en los extraordinarios pases de pecho que
dibujaba. No descolgaba la embestida pero tampoco desprendía agresividad en su
aire despistado, a veces mirón, otras en las musarañas. Una vez por la
izquierda se le metió por la axila, mas recondujo la situación en el mismo tono
de solvencia. Los obligados marcaban la diferencia, la pauta y las ovaciones,
la última cortada por un desarme. Pese al bajonazo se le entregó una oreja.
Como cuarto saltó al ruedo 'Curioso I', el protagonista de
la mañana por haber regresado a los corrales en la cuesta de Santo Domingo.
Ciertamente cobardón 'Curioso I', ajeno a la bravura y el poder. Arrollaba
capotes y no pasaba, cruzándose en la muleta de Marco, breve de nuevo.
Si hubiera un premio al toro más feo de la feria, el cinqueño
quinto lo gana del tirón. Alto, zancudo, los ijares marcados, el lomo hecho a
golpes, agalgado. Si esta es la corrida por la que José Escolar no fue a
Madrid... Aquí los gafes son ajenos al mal gusto. Le zurraron en el caballo
para ir tomando. En banderillas acumuló sobre la testa dos capotes que le
tapaban la fealdad. Un espectáculo de cuarta, cuadrillas incluidas. Paulita no
lo quiso ver. Tampoco es que hubiera mucho por hacer, pero, coño, ni atisbo de
profesionalidad. El albaserrada se echó con dos pinchazos y el puntillero lo
levantó el mismo número de veces. Bronca al canto.
Ureña volvió a encandilar con el capote a la verónica con un
sexto cárdeno claro, abiertísimo de cara y con un goterón apablorromerado en la
expresión. Humillaba el toro como ninguno para coger los engaños; para
despedirse era otra cosa. Como tantos otros en esta feria, se descalzó el
matador. Y corrió esplédidamente la mano diestra a la nobleza de 'Costurero',
que se convertía en el escolar más destacado. Encajado el torero y por abajo,
construyó una faena templada, ligada y como la anterior resuelta con pases de
pecho de categoría. La mano del toro también fue ésta por encima de la zurda.
Entró Pamplona en Paco Ureña. Y viceversa. Las manoletinas del epílogo
precedieron a una estocada honda. 'Costurero' emprendió la marcha fúnebre a
toriles. Merecida y justísima oreja ahora, la puerta del encierro esperaba.
Contra el gafe de la corrida de Escolar, Ureña fue amuleto.
FICHA DEL FESTEJO
Monumental de Pamplona. Sábado, 11 de julio de 2015. Séptima de feria.
Lleno.
Toros de José Escolar, muy
desiguales, dos cinqueños (5º y 6º), y un estrecho sobrero del mismo hierro (1º
bis) sin fuerza ni condición para humillar; el vareado 2º desarrolló sentido
depredador; el 3º se dejó sin descolgar; acobardado y sin pasar el 4º; feo y
flaco el 5º que se echó muy sangrado; bueno el noble 6º, especialmente por el
derecho.
Francisco Marco, de purísima y oro. Estocada honda
desprendida y pasada y cuatro descabellos (silencio). En el cuarto, estocada pasada
y honda (silencio).
Paulita, de blanco y oro. Pinchazo y media
contraria a toro arrancado (pitos). En el quinto, dos pinchazos y se echa
(bronca).
Paco Ureña, de verde agua y oro. Estocada baja
(oreja). En el sexto, estocada honda (oreja y petición). A hombros.
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