José Luis Ramón analiza y
actualiza las suertes esenciales de la tauromaquia en 'El toreo fundamental',
un volumen donde desgrana la evolución del toreo.
JUAN DIEGO MADUEÑO
Diario ELMUNDO de Madrid
En la media verónica de Morante de la Puebla en Sevilla está
todo el toreo. En un natural de Antoñete, parte de él. La tauromaquia
evoluciona a espasmos, a golpe de hito, y va acumulando esas cimas de nombres
propios generación a generación. Estratos de revolución.
Una suerte de patrimonio inmaterial vivo que ha sido
acotado, desgranado y explicado por José Luis Ramón en 'El toreo fundamental',
ejemplar donde el autor radiografía y actualiza las suertes fundamentales del
toreo abarcando los tres tercios.
"Antes se consideraban fundamentales sólo la verónica,
el natural y la suerte suprema", puntualiza el director del semanario
taurino '6 Toros 6'. "He añadido algunas más porque con el tiempo algunos
toreros han convertido en fundamentales otras que no se las consideraba como la
manoletina, la chicuelina, los ayudados o las gaoneras. Que un lance o muletazo
sea más o menos puro depende de quien lo ejecute".
Momento en el que aparecen dos nombres fundamentales en la
producción de este volumen editado por Bellaterra: Juli y José Tomás, "dos
de las figuras que más han aportado a la evolución del toreo".
"Son", continúa, "completamente diferentes, uno viene de la
línea que nace con Joselito de variedad y el otro de la introspección: saca el
toreo de sí mismo y cualquier cosa la convierte en pura, fundamental".
¿Qué diferencia hay con Enrique Ponce, otra figura de época? "Enrique
Ponce tiene un poco todo, ha aportado cosas nuevas y variedad. Ha demostrado
ser una grandiosa figura del toreo, pero en este aspecto concreto de incorporar
suertes fundamentales ha sido ha superado. Ponce es de época por muchas otras
virtudes. Si hubiéramos escrito un libro sobre técnica y conocimiento del toro
él sería, desde luego, el protagonista".
No es el primer libro en el que el autor se detiene en las
suertes. "En el 98 publiqué 'Todas la suertes por sus maestros', un libro
donde recogía 400 elementos distintos explicados por sus protagonistas. En 'El
toreo fundamental' analizo sólo las esenciales e introduzco alguna más hasta
llegar a 13".
Las fotografías, 300 imágenes que componen un recorrido
visual de todas las figuras del toreo de todas las épocas, son la ventana con
la que el lector puede observar lo que se cuenta. "El apartado fotográfico
es espectacular, fruto de muchos años de recopilación. Hay un trabajo ingente.
Se complementa perfectamente con el texto".
Sorprende, entre todas, la imagen en la que el torero cómico
Llapisera da la primera 'chicuelina' de la historia. "Eso es lo que
pretendo, que se vea el germen y la evolución de algunos lances". Con un
lenguaje orientado al gran público. "Quiero que todos, incluido el que no
es aficionado, se acerque, de ahí que en las primeras páginas hable de la
técnica más elemental, algo obvio para el que sí lo es".
¿La evolución técnica y artística ha tocado techo con esta
generación de figuras del toreo? "No, en absoluto. Hacía donde se dirige
no lo sabemos, pero no ha tocado techo. A lo mejor hay una vuelta al clasicismo
y hay menos obsesión con bajar la mano. Quién sabe".
Si todo va bien, este será el primer libro de una serie de
dos con la que se pretende abordar también la parte de adorno presente en los
tres tercios. "El plan es más amplio, el objetivo es hacer dos tomos, uno
de fundamental y otro analizando lo accesorio".
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