El matador de Camas corta la
primera oreja de la Feria frente a una corrida mansa de Fuente Ymbro que sólo
lidió un toro bueno en la muleta, el cuarto, con el que Castaño fue ovacionado.
Fuente Ymbro sembró de dudas la tarde. Las dudas ya comenzaron
a la entrada. Menos de media en un viernes de preferia. La crisis y la 'espantá' de las figuras han hecho
estragos. Con la corrida en marcha, Fuente Ymbro llenó de mansos la
plaza. Mansos de todo tipo. Hubo mansos de todo tipo.
La tarde tuvo una noticia: se cortó la primera oreja de la
Feria. Se la llevó Esaú Fernández
por sus ganas y decisión. El espigado torero de Camas se fue a portagayola en
sus dos toros. Al tercero, muy manso, lo persiguió por la plaza y lo entendió
en una tanda de derechazos en la que llevó al toro prendido en su muleta. Fue
todo un compendio de entrega torera. Allí siguió, cerca de las tablas, en una
labor con algunas tandas de muletazos de más coraje que otra cosa. Era lo que
pedía el toro. Lo mató muy bien. Y como Esaú forma parte de ese grupo de
toreros que son simpáticos y encandilan al tendido, se encontró con la oreja
del toro, que fue el premio a su desmedido afán de triunfo.
Esaú parecía otro
torero con el sexto. Toda la decisión mostrada antes se evaporó en una labor de
toques fuertes a un toro que pedía más templanza.
Hubo un toro bueno en la muleta, posiblemente el mejor en el
último tercio, aunque tan manso como sus hermanos, que fue el cuarto. Un
picador tan experto y brillante cono Tito
Sandoval no pudo lucirse. Sin embargo, el toro metió la cara con clase y
por abajo en la muleta de Castaño.
Su faena fue de cuatro tandas con la derecha; hasta la cuarta no le cogió el
aire al toro. Antes, los pases surgieron muy despegados y citando fuera de
cacho. Con la izquierda, muy poco, apenas una tanda en la que estuvo más
centrado con algún enganchón. Fiel a su antiguo estilo, Castaño se puso a dar circulares. Lo mejor de su labor fueron
algunos pectorales, muy lentos y toreros. Lo mató de forma horripilante.
La cuadrilla de Castaño
volvió por sus fueros. No se sabe bien si es la cuadrilla de Castaño, o si es que Castaño es el torero que mata los toros
con los que se luce esta cuadrilla. Marcos
Galán lidió bien en general. David
Adalid puso cuatro soberanos pares de banderillas. Fernando Sánchez estuvo menos afortunado. Castaño no se entendió con el que abrió plaza.
Paco Ureña,
torero de Lorca, se presentó en Sevilla con un toro manso integral. No hubo
forma de fijarlo en ninguna suerte. Huyó siempre de todo el que osara acercarse
a su entorno.
Con el quinto, Ureña
pudo justificar su inclusión en la Feria y las esperanzas que se tienen en su
futuro. Ese toro fue el más blando de la suelta. Ureña hizo una faena muy larga llena de altibajos. Por arriba,
pases muy templados con gran lentitud; por abajo, enganchones a destiempo. La
faena fue de larga duración. Los circulares finales llegaron con el toro, noble
y flojito, ya sin fuelle. Esta labor, de pasajes meritorios, fue mancillada con
la espada. / Diario
El Mundo de España
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Sevilla. Viernes, 2 de mayo de 2014. Segunda de
Feria. Menos de media entrada. Toros de Fuente
Ymbro, bien presentados, mansos en su mayoría y de juego variado en la
muleta; el mejor, el 4º.
Javier Castaño, de agua de mar y oro. Estocada baja y
tendida (silencio). En el cuarto, estocada tendida y atravesada y descabello
(saludos).
Paco Ureña, de tabaco y oro. Estocada caída
(silencio). En el quinto, dos pinchazos, media estocada caída y cinco descabellos.
Aviso (silencio).
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