martes, 20 de mayo de 2014

FERIA DE SAN ISIDRO 2014 – SEGUNDA NOVILLADA DE ABONO: Faenón de Espada con calibre de Puerta Grande


El novillero de Fuenlabrada corta una importante oreja con un gran novillo de El Montecillo, que lidia también un buen y bonito tercero para Lama de Góngora; el peor lote, para Posada  de Maravillas.

Francisco José Espada, atentos a este nombre...

ZABALA DE LA SERNA

Fotos: EFE

En otra época, la faena de Francisco José Espada hubiera valido la Puerta Grande. Por no irnos muy lejos, en los 90. Un faenón, oiga, que dicen los portales taurinos. A un gran novillo, cierto. De tan brava y profunda embestida que quien no esté capacitado para torear como Espada se queda con el culo a la intemperie. Es el chaval de Fuenlabrada una renombrada figura del toreo en tarde de clavel y todavía le están pidiendo la segunda oreja. Pero al gentío se le pone duro el criterio ante el anonimato, y F.J. Espada se presentaba de novillero en Madrid con el hatillo preñado de ilusiones, las ideas muy claras y el concepto nítido.

La faena creció y creció. A más constantemente y a mejor. Desde la derecha que presenta tan bien; la muleta planchada y el cite en la panza de la misma. Desde el toreo en redondo que se fue rompiendo atrás, acinturado José Espada, asentado en los talones. Y con la  mano muy baja. «Ilustrado» perseguía los derechazos con su espléndido cuello y el hocico haciendo surcos. Los pases de pecho abrochaban con grandeza las soberbias series a la hombrera contraria.


Espada
La izquierda copó por completo la segunda parte de la obra; el juego con los vuelos; la  muñeca flexible; todavía más roto aún el chaval y lento, muy lento el toreo. El peso de lo  auténtico tarda en pasar. De tan arrastrados los flecos, «Ilustrado» los pisó, adelantándose un paso al temple que todo lo presidía. Un cambio de mano resultó monumental. La plaza rugía como pocas veces se escucha. La hondura es lo que provoca, un ole expansivo que brota  desde dentro.

Espada se perfiló con su apellido empuñado, agarrado el pomo con la fe que mata. La  rectitud de la estocada delanterilla desbordó de pañuelos los tendidos a la muerte de  «Ilustrado», que había sido completo en todos los tercios y en justicia ovacionado en el  arrastre. Como en justicia se debió al menos pedir la segunda oreja para una faena de  semejante calibre.

El otro novillo de El Montecillo del lote de Espada, en los albores de la tarde, traía el trazo más de utrero, pero muy bien hecho, como toda la novillada de Paco Medina. Unos más por arriba, otros no tanto y todos con líneas de lujo. También embistió con nobleza, aunque sólo por el pitón derecho y sin terminar de humillar del todo. La promesa de Fuenlabrada fue quebrando el corsé en redondo. Trazo limpio y terso. Al bonito ejemplar de El Montecillo le faltó final con sus distracciones de tirar la toalla.

Para bonito el que sorteó Lama de Góngora como tercero: un tacazo. Uno así de bello no se veía en Madrid desde los tiempos de Felipe Lafita y El Torreón. Le costó un mundo ir al caballo, y a nadie se le ocurrió cambiarle los terrenos. Para suplir la pereza de jaco de  «Chaparro» le soplaron unos 100 capotazos, aproximadamente. El mitin de la cuadrilla de  Lama, desarmes y pasadas en falso incluidos, no contaron para la joya de El Montecillo, que tomó la muleta con bondad monástica. El torerillo de Sevilla cuando más se ajustaba con la embestida eran en las pinturerías, las pinceladas del cierre, aquel del desprecio o éste con su aquél. Su toreo fundamental se aleja de lo clásico para caer en la modernidad. O sea, que entra en lo de llevarlos muy largo y pasárselos muy lejos.

Fueron los tres novilllos de Medina con nota. El lote peor fue para Posada de Maravillas. Uno manso y rajado y otro vacío. Resolvió con eficacia con el acero y algunos lances dejó como recuerdo tibio. El último cartucho de Lama tampoco sirvió para nada, sin descolgar en absoluto. Y el frío acechaba.

FICHA DEL FESTEJO
Monumental de las Ventas. Lunes, 19 de mayo de 2014. Décimo primera de feria. Casi tres cuartos de entrada. Novillos de El Montecillo, bien hechos, distintos remates; extraordinario el serio 4º por su bravura y profundidad; muy bueno el precioso 3º; manso y rajado el  hermoso 2º; noble por el derecho el 1; el cuajado y vivo 5º se vino abajo; a la defensiva y sin  humillar el 6º.
Francisco José Espada, de azul agua y oro. Pinchazo y estocada desprendida. Aviso  (saludos). En el cuarto, estocada delantera (oreja).
Posada de Maravillas, de marfil y oro. Media estocada tendida (silencio). En el quinto,  estocada (silencio).
Lama de Góngora, de purísima y oro. Pinchazo, estocada pasada y algo tendida. Aviso  (saludos). En el sexto, tres pinchazos y media (silencio).
Posada de Maravillas, nieto del recordado matador de toros y luego periodista taurino del Diario La Razón, Juan Posada
Lama de Góngora, y sus detalles sevillanos

No hay comentarios:

Publicar un comentario