Adiel Alfonso de Jesús Bolio y Solís |
ADIEL ARMANDO BOLIO
Un día como hoy, 27 de mayo, pero de 1935, en la Península
de Yucatán, mis abuelos, doña María Solís Rendón y don Adiel Ángel Bolio Ávila,
zarparon de Puerto Progreso con destino a La Habana, Cuba, en plan de descanso
y a bordo del barco “Emancipación” de bandera mexicana, siendo precisamente en
ese trayecto cuando doña María dio a luz a robusto niño que llevaría por nombre
Adiel Alfonso de Jesús Bolio y Solís, mejor conocido años más tarde en el
ambiente taurino como Addiel Bolio, el afamado y reconocido Cronista Taurino
Internacional (C.T.I.).
Así, un 27 de mayo de 1935, nació la leyenda humana,
periodística y taurina que dejó de existir físicamente entre nosotros hace casi
ya 6 años en la tierra que lo cobijó y lo adoptó, su adorado Aguascalientes,
cuando ya había cumplido 73 años de vida y, ahora, en el LXXIX aniversario de
su natalicio lo queremos recordar con mucha nostalgia, gran respeto, un
inquebrantable cariño y una admiración sin límite tanto por quien esto escribe
como por sus hijos, nietos y biznieto, además de entrañables amigos.
A lo largo de su inquieta, aventurera, apasionada y culta
vida, Addiel Bolio, siendo autodidacta, siempre buscó la superación personal a
través del sinnúmero de actividades que realizó, de toda índole y en todos los
niveles, pues de manera constante persiguió sus sueños y objetivos hasta
alcanzarlos, lo que le dio una solidez de carácter y fortaleza de espíritu para
poder con todo y contra todo.
Así era el C.T.I. Addiel Bolio o “Juncal” como cuando en
alguna etapa de editor de la sección taurina del diario nacional La Afición
llegara a firmar sus interesantes y aleccionadoras columnas pues congeniaba
mucho con el singular personaje que protagonizaba el reconocido actor murciano
Francisco Rabal como José Álvarez “Juncal”, un viejo torero retirado, quien
luego de haber vivido épocas de gloria taurina, se las sabía de todas, todas.
Vaya entonces, mi añorado jefe este recuerdo a tu sagrada
memoria, a la que seguiré venerando por siempre y para siempre, rememorando
también tu afamada frase: “El Toreo es el Grito de Angustia, Ahogado
por el Suspiro del Arte”.
Mi maestro Don Adiel Bolio
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