Joselito Adame |
PACO AGUADO
Fotos: EFE
El diestro mexicano Joselito Adame, que tuvo una entregada
actuación, cortó la única oreja concedida en el festejo de hoy de la feria de
Sevilla, en el que Enrique Ponce también dio una vuelta al ruedo.
Tras diez días grises, se palpaba en el ambiente que, entrados ya en el
fin de semana de farolillos, el público que acudió en mayor número a la
Maestranza tenía ganas de divertirse y dar orejas. Y también la banda del
maestro de Tejera, que se arrancaba a la mínima ocasión para amenizar la
función.
Pero en ese contexto favorable, el único torero de la terna
internacional -un francés, un mexicano y un español- que consiguió sacar tajada
fue Joselito Adame, que puso toda la carne en el asador para pasear la
cuarta oreja concedida en toda la feria a los diestros de a pie. El trofeo le
llegó en el sexto, pero ya antes, en el primero de su lote, el mexicano había
dado una vuelta al anillo después de fajarse con un toro frenado, de cortos
viajes y a la defensiva.
Tanto a ese como al último los recibió Adame a portagayola, pero
sólo esta vez resultaron lucidos los lances posteriores a pies juntos. Y un
nuevo quite de los varios que hizo el torero de Aguscalientes en todos sus
turnos precedió a unos ceñidos estatuarios y unos secos recortes por bajo con
la muleta.
Suelto y decidido, se mostró el mexicano muy generoso con el toro, que,
pese a un amago de rajarse, rompió a galopar mediada una faena de subidas y
bajadas en emoción, pero en la que nunca se pudo negar la decisión del joven
diestro, que en un descuido sufrió una aparatosa voltereta, girando por
completo en la punta del pitón. Se levantó pronto Adame, ileso, remató
su muleteo y se entregó en una estocada contundente de ejecución pero de lentos
efectos, hasta dar tiempo a que sonara un aviso que no ahogó la petición del
trofeo.
Tambien pudo Enrique Ponce cortarle la oreja al cuarto, de no
haber repetido fallo con la espada. El valenciano, que nada pudo sacar del
inválido y protestado toro que abrió plaza, recogió en su segundo turno el
agradecimiento de la plaza de Sevilla por su detalle de reaparecer en este
escenario tras su grave percance de Fallas.
De tal forma, a Ponce se le jaleó y musicó desde el primer
momento una faena que hasta más allá de su mitad tuvo una intención meramente
práctica, intentando encelar en su muleta a un toro de escasa entrega más allá
del lucimiento. Sin apreturas, para no exigir esfuerzos al animal, colocado al
hilo del pitón y con un trazo periférico, Ponce lidió al toro con
pulcritud, pero sosteniendo la atención del público con su ciudada y estudiada
puesta en escena.
Hasta que, finalmente, logró ligarle los tres únicos derechazos reunidos
y bien compuestos de la faena, más un remate vistoso con dos poncinas, un muletazo de su invención
que consiste en dar un pase circular desde una postura de forzada flexión de
rodillas. Pinchó el maestro, pero la vuelta al ruedo fue de las que un torero
saborea.
El francés Sebastián Castella tuvo su enésima tarde anodina en la
Maestranza. Un espectacular inicio de trasteo por estatuarios fue lo único
reseñable con su aquerenciado primero. Y poco más que otra buena apertura fue
lo que sacó en claro del quinto, un toro al que, durante la casi media hora que
duró su lidia, nunca aprovechó una embestida clara que sólo pedía ser provocada
desde muy en corto. / EFE
FICHA DEL FESTEJO
Seis toros de Victoriano del Río, de correcta presencia y sin gran
aparato en las cabezas. De juego deslucido por su escasa raza los cuatro
primeros, destacaron por sus posibilidades de triunfo quinto y sexto.
Enrique Ponce: media estocada atravesada (silencio); dos estocadas cortas tendidas y
otra estocada caída (vuelta al ruedo tras aviso).
Sebastián Castella: estocada (silencio); pinchazo y estocada (silencio).
Joselito Adame: media estocada y dos descabellos (vuelta al ruedo); estocada trasera y
tres descabellos (oreja tras aviso).
Sebastián Castella |
Joselito Adame |
Mario Vargas Llosa en el tendido de la Maestranza |
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