Mientras David Mora evoluciona positivamente aún en la UCI, Nazaré y
Fortes se recuperan ya en planta y recuerdan la dramática corrida suspendida en
Las Ventas.
David Mora, quien se recupera de una fortísima cornada que puso en riesgo su vida ayer en Madrid, en tarde sangrienta tambien para sus compañeros de cartel |
«Aquello parecía Vietnam». Así recuerda la tarde del martes en Las Ventas uno de los heridos de guerra, Antonio Nazaré, un
valiente de luces que junto a David Mora y Jiménez Fortes vivió
desde el lado más amargo de una tarde histórica para el toreo con la suspensión
tras el segundo toro con todos los matadores en la enfermería. Los tres se
recuperan bien en la madrileña Clínica Virgen del Mar.
De todos, el peor parado fue Mora, con la femoral arrancada y
sangrando a borbotones camino de las prodigiosas
manos del doctor García Padrós, que ayer repasó para ELMUNDO el estado del
toledano. «La cornada puso en riesgo
su vida pero pudimos controlarlo. Pasó
una noche con muchas molestias pero no ha tenido fiebre ni hemorragias»,
decía, mientras el apoderado del torero, Antonio Tejero, recordaba el
drama a última hora de la tarde. «Han
decidido dejarle un poquito más en la UCI. Perdió mucha sangre y entró en la
enfermería en 'shock'. Afortunadamente está mucho mejor, he podido hablar con
él y está muy animado. Me dijo que tenía que salir por una puerta o por otra»,
dice.
Sus compañeros de terna, Nazaré y Fortes, se recuperan ya
en planta en habitaciones enfrentadas.
El primero respiró tranquilo con los resultados de las pruebas realizadas en su
rodilla derecha. «Tengo roto el
ligamento colateral interno. Me han dicho que son seis semanas de recuperación
pero el 19 de junio toreo en Sevilla y voy a estar sí o sí», dice Nazaré,
que evita el quirófano.
«Lo que pasó engrandece la
Fiesta porque se valora el hecho de ponerse delante de un toro. Toreamos con un torniquete y la gente
lo considera normal, piensa que no padecemos. Pero no somos superhéroes y las
cosas nos duelen. La responsabilidad nos hace seguir; Saúl y yo por ejemplo
queríamos salir a toda costa pero fue totalmente imposible. Y rompí a llorar», finaliza Nazaré antes de pedir un deseo. «Que vengan a vernos la misma cantidad de medios
cuando cortemos las orejas».
Justo enfrente, en la habitación 208, Fortes se muestra tranquilo
bajo la mirada de Mary, su madre, novillera en su día y consciente de
que ese toro de Los Chospes «le iba a herir por la agresividad que
tenía». El malagueño, con 11 cornadas ya en el cuerpo, afirma que lo importante
de la tarde «es la intensidad y la
verdad con que se vivió todo. Fuimos a dar la cara y por eso pasan estas cosas»,
dice Fortes, que pidió ser operado y salir al ruedo de nuevo pero que se
encontró la negativa de los médicos, que para colmo se encontraban
interviniendo aún a Mora. Ahora, «orgulloso
y psicológicamente fuerte», sólo piensa en volver a torear con una fecha en mente: la
del 30 de mayo en Córdoba. / LUCAS PÉREZ – Diario El Mundo
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