martes, 20 de mayo de 2014

ENFERMERÍA - El doctor García Padrós, testigo de todos los antecedentes

El cirujano jefe de Las Ventas explica a ELMUNDO cómo vivió la trágica tarde de este martes y recuerda en primera persona las otras dramáticas suspensiones de 1975 y 1979.

Hacía 35 años que en Madrid no se suspendía un festejo por percances de los tres toreros. Fue el 28 de mayo de 1979 cuando Paco Alcalde, Ortega Cano y El Niño de Aranjuez fueron heridos con toros de Victorino Martín y Marqués de Domecq. Dos días antes había ocurrido lo mismo con Rafael de Paula, Manolo Cortés y Ruiz Miguel como protagonistas ante toros de El Torero y Garzón. El tercer y último precedente se remonta al 25 de mayo de 1975 en un mano a mano en el que fueron heridos Ruiz Miguel y Antonio José Galán y en el que después el sobresaliente Juan de la Mata sufrió una gravísima herida en el tórax.

En los tres casos, al igual que ayer, el doctor Máximo García Padrós, cirujano jefe de la  enfermería de Las Ventas, vivió el drama en directo. «Me han dicho las fechas, pero los  datos son más cosa de estadísticas. Han pasado tantos toreros por aquí que sinceramente no recuerdo todos los detalles. Sí recuerdo la primera porque la herida de Juan de la Mata  fue muy grave», afirma García Padrós a ELMUNDO poco después de explicar con aparente  tranquilidad cómo se vivió la tarde de ayer en la enfermería.

«No hubo ningún caos; el equipo médico está sobradamente preparado para que sucedan  este tipo de contratiempos y controlamos bien la situación», explica, si bien reconoce las complicaciones de la cornada sufrida por David Mora. «Fue muy seria. Llegó con cinco de tensión a la enfermería pero logramos estabilizarle. La rotura de la femoral fue muy profunda y por este motivo perdió mucha sangre, un litro y medio dentro, más todo lo que ya había perdido en el ruedo. Hubo que transfundirle dos unidades de concentrado de hematíes y gelafundina. Después le operamos de otra cornada en la áxila que llegó hasta el húmero».

Mientras tanto, el trabajo se le acumulaba con la llegada de Nazaré y Fortes. «En los dos  casos se podía esperar a que termináramos con Mora, pero ninguno de los dos podía continuar. Nazaré tiene afectado el ligamento lateral y el menisco y pese a que él quería salir, su rodilla estaba demasiado inestable como para continuar la lidia. Fortes no tenía hemorragia. Se le podía haber atendido en la sala de recuperación pero preferimos esperar  a intervenirle en el quirófano".

El caso de Fortes fue de suerte, aunque suene raro decirlo. El malagueño fue cogido tres  veces y sufrió dos cornadas. «Lo suyo pudo ser mucho peor. La cornada del muslo la frenó el fémur y la del glúteo la paró la pala iliaca. De no haber sido así las consecuencias podrían haber sido mucho peores», finalizó. LUCAS PÉREZ – Diario El Mundo / Foto: El Mundo de España.

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