domingo, 21 de agosto de 2016

TEMPORADA EN LAS VENTAS - La esperada revelación de Javier Jiménez, por la Puerta Grande

Antonio Bañuelos puso las vías del triunfo con una gran corrida que terminó con los saludos del mayoral de la ganadería; David Galván volvió a demostrar su condición de torero; digna confirmación de Emilio Huertas con un buen lote.

GONZALO I. BIENVENIDA
Diario ELMUNDO de Madrid

Javier Jiménez volvió en agosto a Madrid para confirmar lo que el verano pasado atisbó y acabó a hombros por la Puerta Grande, que descerrajó con dos importantes faenas. Lo de Jiménez se veía venir hace tiempo. Su esperada revelación. En ello algo que tuvo que ver la gran corrida de Antonio Bañuelos.

Su primera faena fue completamente a favor del toro. Jiménez siempre creyó en la embestida que fue a más en todo momento. Un cambio de mano de extraordinario trazo fue la clave para que entrase en la faena. A continuación las tandas por el pitón derecho adquirieron importante ritmo. Un inoportuno desarme amenazó con estropear la actuación en el momento más asentado. La remontada llegó con una serie de naturales rematada con un trincherazo con mucho eco en los tendidos. Se tiró a matar con todas las de la ley y se entendió por justa la oreja como premio.

El torero de Espartinas ya buscó la Puerta Grande desde la expresión en el inicio de faena. La raza del de Javier Jiménez se ha tornado temple últimamente para embarcar a los toros. Enganchó todas las veces por delante para exigir por abajo al sexto de Bañuelos que puso el broche de oro a la gran corrida de Antonio Bañuelos. El punto álgido de la faena llegó al natural cuando hilvanó cuatro naturales con un fino pase de pecho y un natural rodilla en tierra. Se entregó «Aseñorado» y se entregó Madrid al sevillano. La obra, brindada a su hermano Borja, tuvo temple, torería y la emoción propia de la embestida del toro bravo.

David Galván no pudo redondear su racha de triunfos del verano pero volvió a mostrar su condición de torero caro. El segundo embistió con franqueza al caballo de ese gran varilarguero que es Esquivel. Y Galván lo quitó por chicuelinas muy personales. El toro fue recortando el viaje y el gaditano lo compensó con actitud cuidando especialmente la colocación. Fue a menos una embestida que mantuvo el fondo de nobleza con la que Galván cargó la suerte consiguiendo momento de importante belleza y pureza. La facilidad capotera de Galván a punto estuvo de costarle un disgusto. De forma muy torera se fue sacando el toro hasta los medios donde recibió un pechazo acompañado de un derrote que le ajustó el corbatín. Tras una lidia desastrosa el toro se fue rajando. Fue el garbanzo negro ya que demostró no tener el fondo de sus hermanos. Quiso justificar su tarde con un arrimón final.

Emilio Huertas confirmó la alternativa con dignidad pero sin el éxito que le pusieron en bandeja los toros de Bañuelos. El primero humilló con muy buen son en cambio el quinto se movió con buen aire pero siendo más un toro de público.

Los toros del frío llenaron de bravura el infierno del asfalto del verano de Madrid y pusieron las vías para la esperada revelación de Javier Jiménez.

BAÑUELOS / David Galván, Emilio Huertas y Javier Jiménez
Toros de Antonio Bañuelos, muy bien presentados y de gran juego en general; con buen son el 1º, sin finales el 2º, de menos a más el 3º, el 4º no dio opciones, con movilidad el 5º y un bravo 6º. Saludó el mayoral.
David Galván, de verde botella y oro. Pinchazo y estocada trasera. Aviso (ovación). En el cuarto, dos pinchazos, media estocada y un descabello. Aviso (aplausos).
Emilio Huertas, de rosa palo y oro. Pinchazo y estocada trasera y caída (ovación) En el quinto, estocada trasera (vuelta al ruedo).
Javier Jiménez, de blanco y oro. Estocada trasera. Aviso (oreja). En el sexto, estocada trasera y varios descabellos. Aviso (silencio).
Monumental de las Ventas. Domingo, 21 de agosto de 2016. Unas 5.000 personas.

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