La insaciable entrega de Román y
la seriedad de Eugenio de Mora llenaron de interés la tarde de la Festividad de
la Virgen de la Paloma en la que se lidió una corrida de El Montecillo con
opciones.
Eugenio de Mora |
GONZALO IZQUIERDO
BIENVENIDA
Diario ELMUNDO de
Madrid
@GonIzdoBienve
La Virgen de la Paloma fue escogida por los madrileños como
su patrona no oficial. La pasión popular decide por encima de prejuicios y hoy
se quedó con la madurez de Eugenio de Mora y la frescura de Román en una tarde
importante.
La habitual entrega de Román se vio fundamentada en un toreo
largo y asentado. Sin perdonar un quite, el valenciano buscó la clave para
conectar con los tendidos. La faena al tercero de la tarde tuvo intensidad.
Poco a poco y entre los pitones del engatillado tercero Román entendió al
natural al de El Montecillo. Tragó saliva para aguantar la radiografía
permanente a la que le sometía el toro para mostrar firmeza y decisión dejando
la muleta siempre colocada. Importante Román que paseó una oreja.
Eugenio de Mora recuperaba en esta fecha tan señalada la
corrida que la lluvia le impidió torear en San Isidro. Se le espera al toledano
en Madrid después de mostrar su mejor versión fuera de ferias en las últimas
temporadas. El segundo toro de su lote quiso buscar los vuelos por abajo y De
Mora logró acoplarse a las embestidas de mitad de faena en adelante, una vez
limadas las asperezas tanto de toro como de torero. El toro al principio fue
reservón y el torero lo quiso fijar con la brusquedad en el toque. Sin embargo,
en esa segunda fase, la faena alcanzó cotas mayores por el ritmo adquirido.
Con el primero de la tarde, Eugenio se mostró entonado con
un toro sin cuello que nunca quiso humillar pero que no tuvo maldad. Su mayor
virtud fue la repetición con la que Eugenio relajó la personal tensión de su
figura. La falta de entrega del toro le llevó a ir recortando el viaje agriando
la embestida. El toledano nunca volvió la cara.
Matías Tejela regresaba a Las Ventas dos años después. Ya
muy alejado del circuito pero no olvidado. Dos medias verónicas regaló Tejela a
sus partidarios. El temple fue su mayor baza con el grandón toro que hizo
segundo. Siempre quiso buscar el pitón contrario para mostrar su mejor versión
a derechas. Un torero final de faena por abajo homenajeó a los torero de Madrid
en tan especial fecha.
La fina calidad del remiendo de Torrealba no tuvo
continuidad ni duración. Matías Tejela por momentos se abandonó pero el escaso
fuelle del toro de los Revesado no permitió el milagro como lo hiciera un
hermano de camada con Curro Díaz.
Cerró la tarde Román con máxima actitud de nuevo. Sólo unos
estatuarios rescatables ante los arreones del más deslucido montecillo. Por su
condición quizá habría sido apropiado otra clase de inicio. Se defendió el toro
con feos derrotes pero Román siempre quiso más. Su fresca entrega pide sitio en
la nueva generación.
EL MONTECILLO | De Mora, Tejela y Román
Toros de El Montecillo y un
remiendo de Torrealba (5º), de
desigual presentación e interesante juego aunque sin entrega. Sin humillación el
1º, con sus teclas el serio 2º, noble el 3º, bueno el 4º, con calidad pero a
menos el 5º y un 6º desclasado.
Eugenio de Mora, de blanco y oro. Estocada baja. Aviso
(ovación). En el cuarto, pinchazo y estocada en todo lo alto. Aviso (oreja).
Matías Tejela, de grana y oro. Pinchazo y estocada
trasera y caída (ovación) En el quinto, pinchazo y estocada trasera (fuerte
ovación).
Román, de verde botella y oro. Estocada trasera y un descabello. Aviso
(oreja). En el sexto, estocada trasera y varios descabellos. Aviso (silencio).
Monumental de las Ventas. Lunes, 15 de agosto de 2016. Festividad de la
Virgen de la Paloma. Unas seis mil personas.
Román |
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