miércoles, 17 de agosto de 2016

Parecerse a lo que se habla

KIKE ROSALES
@kikefutbol

Dicen que uno debe parecerse a lo que dice, de hecho es un acto ético, si hablas de honestidad hacerlo es un deber, a veces las cosas no son agradables, claro van por eso que llaman vanidad que en muchos momentos es un acto de soberbia.

Por medio del whasapt recibimos un mensaje de voz del matador peruano Paco Céspedes después de su última actuación en Tariba; de forma por demás educada el matador nos indicaba el no estar de acuerdo que en la crónica se había finalizado diciendo que había matado de un bajonazo y él había dado la vuelta al ruedo.

No pidió cambiar la nota, tampoco utilizo el vulgar y rastrero lenguaje de los que no tienen la razón, argumentó que la espada no fue baja, que además lo había consultado con el resto de toreros y se lo confirmaban.

Tampoco decir que se cambiara lo usado, solo que para el no es baja y actuó en defensa de su profesión.

Lo ideal sería decir que no fue baja, eso nos llevaría a acabar con el tema, pero lo más llamativo es la entereza mostrada por el matador peruano, eso tiene más valor que precio.

Lo más objetivo es asumir la responsabilidad de lo dicho, sin maculas ni subterfugios, la opinión del matador vale, si el considera que no estuvo como se dijo por esos “blandos” la espada es entendible, “yo no maté de un bajonazo”, si es precisamente por ese término que se aprecia por momentos desmedido se presenta una excusa.

Pero lo más importante es que en estos tiempos tan burdos y arteros un hombre defiende su posición con argumentos, y plantea una discusión en base a razonamientos y no gritos.

Quizá muchos estén con su posición en  cuanto a la estocada, eso es lo mejor en el mundo del toro, la plaza tiene distintos tendidos y por ende varios puntos de vista.

Lo otro y que sirve de experiencia es que los que ejercemos la crítica (que es el ejercicio del criterio) no somos infalibles y podemos cometer equivocaciones que si ocurren no nos ruboriza aceptarlas.

Los más destacable es que Céspedes dice -yo no di la vuelta al ruedo, yo me tapé- lo cual es cierto, es decir que está fiel a no robar triunfos cuando no se los gana, que más allá del sitio de la caída de la espada lo bueno del peruano que además torea con gusto es que se parece a lo que dice, y ya eso merece respeto.

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