El joven sevillano habla con EL
MUNDO de sus sensaciones tras abrir la Puerta Grande de Las Ventas el pasado
domingo. *** La esperada revelación de Javier Jiménez, por la Puerta Grande.
GONZALO I. BIENVENIDA
Diario ELMUNDO de
Madrid
La suerte en el toreo, siempre fundamental y caprichosa,
quiso que Javier Jiménez tuviera su tarde más completa en un escenario clave.
Ya en el verano de 2015 confirmó su alternativa y rozó un triunfo importante.
En un año ha conseguido que el runrún que decía "qué templado está andando
el sevillano" pase a ser: "qué buen torero se está haciendo el
hermano mayor de los Jiménez."
Aún dolorido por el percance de Pamplona y con la alegría de
haber conseguido su mayor triunfo explica a EL MUNDO sus sensaciones.
- La gran corrida de
Antonio Bañuelos le dio la oportunidad de vivir un día único, ¿cómo vivió la
tarde de la ansiada Puerta Grande?
Por encima de la Puerta Grande están las sensaciones y el
rugido de Madrid. Me sentí muy bien todo el tiempo. Dios me regaló la
oportunidad de cuajar un toro como siento y sobre todo de expresarme como
torero durante toda la tarde.
- El ambiente que
traía después de su cita tan seria con los cebadas en Pamplona se ha
materializado en el triunfo de mayor relevancia de su trayectoria. ¿Lo entiende
usted así?
Desde luego ha sido la tarde que más he disfrutado de mi
carrera. Primero porque los toros así me lo permitieron, segundo por el
escenario en el que estaba y la conexión que encontré con los tendidos y por
último por los trofeos conseguidos.
- No es casualidad
después de una temporada que empezó con una gran actuación en Sevilla.
Estoy viviendo una temporada muy importante con buenas
actuaciones en Sevilla, Pamplona y Málaga. Ahora Madrid, aún no me lo creo. Es
una tarde que afronté como la oportunidad para redondear todo. Soñaba con esta
Puerta Grande desde niño. Anoche después de cenar me di un paseo para tratar de
asimilar lo conseguido.
- Seis días antes
pasó el trago de ver cómo un toro de Pablo Romero se le iba al corral tras
escuchar tres avisos pese a haber estado muy bien con él. Parece que no le ha
afectado.
Málaga fue una tarde muy importante. Estuve bien con los dos
toros pero las circunstancias quisieron que se me fuese el primero vivo. Claro
que fue duro pero lo entendí como una prueba en la que no me hundí anímicamente,
sino todo lo contrario, volvía a empezar todo otra vez.
- Parece que la
temporada estival de Las Ventas es su trampolín. El año pasado cortó una oreja
y dio una vuelta al ruedo en su confirmación de alternativa (15 de agosto 2015
de manos de Frascuelo), ¿qué le aportó aquella actuación?
La confirmación en Madrid supuso un punto de inflexión en mi
carrera y noté que tanto compañeros como aficionados me empezaron a considerar
de otra forma. Desde entonces soy consciente de que he ido cogiendo mucho ambiente.
- José Luis Peralta,
su apoderado, ¿qué papel ha jugado en su vida profesional?
Ha sido fundamental para alcanzar este triunfo y para
crecer. He madurado tanto profesional como personalmente gracias a él, que
siempre ha creído en mí. Me ha enseñado a vivir tranquilo y de la misma forma
entender el toreo. Ahora soy otra persona y creo que mejor torero.
- Le brindó el último
toro, con el que obtuvo el triunfo, a su hermano Borja Jimenez, también matador
de toros. ¿Qué le dijo en ese brindis?
Piensa que es una suerte compartir una profesión tan
vocacional con un hermano. Le expliqué que, como él me había brindado la faena
más importante de su vida en la que consiguió la Puerta del Príncipe, yo quería
dedicarle el toro más importante de mi vida.
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