Lo más torero lo hicieron
Sescosse, Hermosillo y Pastor
ADIEL ARMANDO BOLIO
Especial para VUELTA
AL RUEDO
JESÚS MARÍA,
Aguascalientes. Domingo 28 de agosto.- Una serie de imponderables
provocaron que la llamada “Gran Novillada de Triunfadores” que montó en el coso
charro taurino jesusmariense la empresa “Toros y Turismo”, que dirige el
diestro en retiro Jorge Mora, estuviera cerca de no celebrarse y cuando por fin
se dio fue en un marco de eventualidades que abarcaron desde un retraso de 45
minutos para que comenzara el festejo a causa de una diferencia económica entre
la misma organización y las cuadrillas hasta la impertinencia de un individuo
del personal de la empresa que lucía un gafete que decía “staff” que micrófono
en mano hizo público el problema que se estaba suscitando y ello molestó a los
toreros subalternos, además de que el clima se puso peor, el festejo se dio
peligrosamente bajo una fuerte lluvia, tormenta eléctrica y viento, sin
descontar que a la mitad de la función la puerta de toriles se descompuso y por
si fuera poco hubo colegas periodistas que fueron olvidados en las afueras del
coso esperando su acreditación por lo que se desató una incómoda molestia.
Y si a ello la aunamos la dispareja actuación de la
autoridad en la concesión de trofeos al otorgar una oreja por una estocada pero
sin que el torero en cuestión no hiciera nada y la otra, bien concedida, por
una labor más que meritoria con capote y muleta, aunque si con las fallas al
matar, aparte de la insulsa e incomprensible decisión del supuesto jurado para
conceder el trofeo en disputa a quien de verdad no se lo merecía. En fin, que
lo más torero de la tarde corrió a cargo del zacatecano Mariano Sescosse y de
los aquicalidenses José María Hermosillo y José María Pastor.
Así que ante casi tres cuartos de entrada y eso sí, un
estupendo ambiente, se lidiaron seis ejemplares de la dehesa de San Marcos y,
uno, el corrido en tercer lugar, de San Lucas. En general dejándose torear,
sobre todo el desperdiciado sexto y siendo el más complicado, por su genio, el
que cerró el festejo.
Rodolfo Mejía “El Tuco” es un chaval que ya debe ir pensando
en dedicarse a otra cosa porque pasa el tiempo, se le dan oportunidades y
simplemente no sucede nada con él. Le tocó un astado al que había que poderle
y, sobre todo, pararle los pies. Tuvo algunos momentos sueltos pero no más.
Mató al tercer viaje y se recetó una salida al tercio tras un aviso.
Manuel Gutiérrez “Esparterito” realizó un trasteo en el que
destacó su toreo al natural, además de muletazos derechistas a media altura y
en redondo. Terminó con manoletinas. No acertó al matar y se le ovacionó en el
tercio.
Nicolás Gutiérrez, con el de San Lucas, ha cuajado un
trasteo variado y torero tanto con el capote como con la muleta, con mucha
voluntad pero sin llegar a “romper”, aunque si hay que apuntarle su aguante y
temple por momentos. Se vio desatinado con la espada y todo quedó en aplausos.
A José María Pastor se le vio más asentado, más maduro,
aunque si algo pasado de peso, pero su quehacer en el ruedo tuvo asentamiento y
buen trazo por ambos lados, además de calidad. Pecó de pasarse de faena
cerrando con molinetes y manoletinas. Mal con la espada y al final se le
ovacionó merecidamente en el tercio.
José María Hermosillo lanceó vistosa y estéticamente a la
verónica flexionando una pierna para luego quitar con alegría y elegancia por
tafalleras. Su faena de muleta tuvo actitud, serenidad y mucha clase por ambos
pitones, haciendo todo con entendederas. Acabó de pinchazo y estocada honda
para hacerse ovacionar en el tercio.
Patricio Ochoa, con el mejor astado del encierro, empezó
bien pero después ya no supo qué hacer y se hundió, no en los charcos del
ruedo, sino en el mar de la confusión e inoperancia torera. Y por no hacer nada
con los avíos pero si por matar bien le otorgaron, para mí, una inválida oreja
que al final, no sé por qué artes, se le entregó el trofeo “Chicahual” en
disputa. Ah, por cierto, que alguien le diga a este jovencito que las vueltas
al ruedo con o sin apéndices se dan después de arrastrado el astado.
Y Mariano Sescosse fue quien prendió “los faroles” ya de la
noche pues en medio del ruedo, que ya era una “alberca”, ejecutó al astado con
más genio del hato jalisciense el trasteo con mayor contenido taurino de la
función. Con el capote veroniqueó con prestancia y arrebato, en tanto que con
la sarga largó tela de la buena por los dos perfiles con valiente y artístico
aguante, todo hecho con calidad que impactó al público. Terminó de estocada
delantera y perpendicular y otra más de mejor ejecución para que, aquí sí,
hubiera fuerte petición de oreja que fue concedida.
Por cierto, debo recordar que en Jesús María los festejos
taurinos se deben dar a las 13:00 horas no más tarde pero en fin ese ya es otro
cantar.
FICHA DEL FESTEJO
Seis novillos de San Marcos
y, uno, el tercero, de San Lucas,
que se dejaron torear en general, siendo el sexto el mejor y el más complicado
por su genio, el séptimo.
Rodolfo Mejía “El Tuco”: Al tercio por su cuenta tras un aviso.
Manuel Gutiérrez: Al tercio.
Nicolás Gutiérrez: Palmas.
José María Pastor: Al tercio.
José María Hermosillo: Al tercio.
Patricio Ochoa: Una oreja benévola y el trofeo en disputa.
Mariano Sescosse: Una oreja.
JESÚS MARÍA, Aguascalientes. Gran Novillada de Triunfadores. Coso
charro taurino “Xonacatique”. Entrada: Casi tres cuartos.
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