KIKE ROSALES
@kikefutbol
Terminó la feria de la Consolación de Tariba 2016 en lo
taurino, por “un tris” y no se da, pero la novillada y la corrida se
efectuaron.
El cierre se hizo con toros de Rancho Grande y el Prado
donde un encierro de desigual presentación y comportamiento vieron las personas
que un poco más allá de un cuarto casi se acerca a poblar la media plaza.
Marcos Peña “El Pino” se enfrentó a «Taribero» que según la
tableta de anuncio de la plaza pesaba 430 kg, el negro terciado mostró fijeza y
nobleza que fue aprovechada por Marcos, lo único fue que no bajó la mano; la
justeza de fuerzas del astado no lo permitía, la faena fue aseada y con asomos
de clase, después de la espada le fue otorga una oreja (triunfador de esta
edición).
El segundo correspondió a Gregorio Torres “Maravilla”, «Rio
Torbes» fue el nombre del que pesó 432 kg, en las banderillas Gregorio cerró
con un par al violín que levantó la plaza, se gustó con tandas que incluso
mostraron relajación dejando un espadazo entero pero un poco tendido y
contrario, además de tardar en doblar el puntillero lo levantó en dos
ocasiones, la comisión taurina consideró que la actuación de “Maravilla”
merecía la oreja que le fue entregada.
El tercero correspondió al peruano Víctor Hugo Garavito, «Palmireño»
con 450 kg el cual decidió brindar a todos los toreros que le acompañaban,
comenzó la faena de muleta con ideas claras, después la actuación se fue
diluyendo dejando sin mucho sabor la faena, igual decidió dar una vuelta al
ruedo.
El otro peruano Céspedes lidio a «Cordereño» de Rancho
Grande, insistimos “según la báscula” pesó 441 kg, tiene cosas de torero que
apuesta por lo fino, regaló algunas tandas con gusto, mató de un bajonazo.
También dio vuelta al ruedo.
Luego el merideño Alexander Guillen le correspondió «Zorqueño»
de Rancho Grande, 440 kg, veleto quien no mostraba cosas de poder dejar al
menos visos para el buen torear, casi
sin embestir para poder ligar una tanda al merideño quien tuvo silenciada su
actuación
Cerró «Machiri» Numero 6 de 436 Kg y colorado de pelo,
anunciado como Rancho Grande pero parecía tener el hierro de La Consolación,
(otra marca de la casa), con valor intentó el tovareño Tomas Martínez pero el
toro según muchos “no tenía un pase” y así lo confirmó Martínez quien sintió el
silencio de su realización.
En breve resumen; costó dar la feria este año, se hizo por
el empeño de unos aficionados que pusieron el pecho a una brisa tan fuerte, se
tuvo para muchos una entrada de público
mejor de lo esperado, un toro para cada matador y la invitación a unos toreros peruanos
poco conocidos y que salvo lo hecho por Céspedes se piensa que podían haber
llamado a otros coletas nacionales.
Todo eso se borra al pasar una pena con Víctor Hugo
Garavito, al cual le retuvieron las espadas además que lo pusieron a pasar
momentos de angustia al parecer por querer “bajarlo de la mula”. En un país
donde a veces las autoridades nos hacen olvidar lo taurino como en este caso
para después de ver hechos tan bochornosos nos muestran que de verdad nosotros
lo que tenemos es “al diablo cuidando hostias”
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