Los
tres toreros extremeños salen a hombros con una buena corrida de Garcigrande,
que lució divisa de luto en memoria de Domingo Hernández.
ZABALA DE
LA SERNA
Diario EL
MUNDO de Madrid
OLIVENZA (BADAJOZ)
Foto: EFE
Trabajaron los operarios de la plaza, forzados y
contra el reloj, para (re)habilitar el ruedo impracticable de la mañana.
Vaciaron el lodazal, volcaron un camión de albero y araron el piso. A las cinco
y media de la tarde, la tierra roja de Tara esperaba seca, parcheada y removida
a los toreros. Extremadura power: Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante y
Ginés Marín, que sustituía a El Juli.
Los toros de Garcigrande lucían divisas negras por
la reciente muerte de Domingo Hernández. El hierro de la D y la H (DH) aparecía
triste en los cuatro últimos. Como la tristeza habitaba en la párvula fortaleza
del que partió plaza. Tan lejos del trapío matinal. Perera lo afianzó con mimo.
Quería irse además. Los derechazos de algodón y los naturales sedosos fueron
vigas y vías en una faena de duración exacta. No había más. Cuando volvió a
rodar por la arena el toro de santo fondo, estaba ya muerto. El espadazo ató la
oreja.
"Valorado" reivindicó el fondo y la
forma de la cotizada ganadería. Más redondo y con más cara. Y sobre todo con su
codiciosa elasticidad en pos de los vuelos. Notable el tranco. Abajo molestaba
el viento. O eso o a Talavante le volaba raramente el capote. Y también la
muleta, que de mitad de faena en adelante se enredaba en las aspas de Eolo.
Para evitarlo AT recortaba el derechazo a la cadera. La primera parte de la
obra, sin embargo, había sido inmaculada y ligera. En los naturales que
siguieron a una loca espaldina de apertura y en una ronda de redondos que
desembocaron en una temeraria espaldina. Y el pase de pecho mirando al tendido.
Allí miraba el garcigrande al final de la labor, basculando hacia la querencia
ya. Un pinchazo, estocada y oreja, que en condiciones normales debieron ser
dos.
Vistoso, variado y fresco resultó el saludo de
Ginés. Como el quite por saltilleras. Volvió a llover a modo. El hondo toro de
Domingo se dio en la frondosa serie de derechazos de rodillas. Largos y ligados
por obligación. En pie, el trazo acinturado no se materializaba igual de
prolongado, aunque sí visualmente por el metro de más que viajaba el toro. A
punto de irse siempre para volver al mismo punto de reunión. Ginés toreó muy
embrocado y especialmente luminoso al natural. Tan curvo el pase. El impacto
del ajuste de las bernadinas de despedida y la perfección del volapié
potenciaron la faena de estructura cabal hasta la puerta grande.
Miguel Ángel Perera le presentó pronto la
izquierda al alto y cuajado cuarto. Trataba de evitar y corregir a la vez todas
las cosas feas que le había hecho el toro por el derecho. Y ahí regresó con
enorme mérito para tragar y apostar. El poder del mando pererista se impuso.
Abrumadoramente en tablas con el funo ya acobardado. Al hilo de ellas, MAP ganó
el de trofeo en el segundo envite.
El colorado quinto siguió la línea de ascendente
presencia. Un volatín valió tanto como un puyazo. Brotó el toreo sereno y
templado ahora en Alejandro Talavante. Inmenso y despacioso en su zurda de oro.
Descomunal en su interpretación. Empaque y profundidad. A la altura el
espadazo. La única cornada que tiró el gran toro fue a Julio López en la hora
del puntillazo. Y lo hirió. Un golpe de descabello y dos orejas de una tacada.
De ley.
El grandón sexto o se dañó o se descoordinó en
algún momento. La cosa es que mal andaba, claudicaba y se defendía. Como
encogido y agarrado al piso. Un final injusto para la buena corrida de
Garcigrande y el brindis de Ginés a Justo Hernández. En el nombre del padre.
GARCIGRANDE | Miguel Ángel Perera,
Alejandro Talavante y Ginés Marín
Toros de Garcigrande y Domingo
Hernández (3º,4º,5º y 6º), de mayor presencia en su segunda mitad; flojo el
1º; noble el 2º; bueno el 3º; complicado el 4º; extraordinario el 5º; se
encogió el 6º.
Miguel
Ángel Perera, de azul turquesa y
oro. Estocada (oreja). En el cuarto, pinchazo y estocada (oreja).
Alejandro
Talavante, de verde hoja y oro.
Pinchazo y estocada desprendida (oreja). En el quinto, estocada y descabello
(dos orejas).
Ginés
Marín, de tabaco y oro. Gran
estocada (dos orejas). En el sexto, pinchazo y media estocada (silencio).
Plaza de toros de Olivenza. Sábado, 3 de
marzo de 2017. Tercera de feria. Tres cuartos largos de entrada.
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