Un fulminante
infarto este miércoles nos quita como una cornada certera, a una de las grandes
voces del toreo venezolano de los últimos años.
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Por inesperada, la noticia nos ha caído como un
jarro de agua fría. Era la noticia más desagradable que quiere recibir uno de
alguien a quien considera amigo y sobre todo una persona con unos principios y
valores que pocos podían presumir de ello. Aun no cabe en mi mente que su
presencia física ya no esté entre nosotros. Se nos fue Kike Rosales (1961-2018).
La voz taurina del Táchira para el mundo. Así lo podría definir.
Fue este miércoles cuando su corazón dejaría de
latir las emociones que a través de su micrófono o su pluma garbosa no hizo
llevar de sus dos grandes pasiones: toros y futbol, o viceversa. Ambas fueron
un complemento a una vida llena de entrega y sobre todo de sembrar amistad,
sincera, cordial, franca, directa, esa que supo transmitirla a quienes tuvimos
el privilegio y fortuna de compartir relato a través de los micrófonos, en cualquier
plaza de toros, pero en especial en la Feria de San Sebastián, donde su voz era
santo y seña de quienes estaban en la plaza así como los que por la radio o la televisión
le seguían.
Fue Kike una persona de un amplio abanico cultural.
Igual te podía hablar de toros con la pasión y amor que siempre profeso sin
pena alguna, como también de futbol, literatura, historia –en especial de su
adorable Táchira- e igualmente música, artes e incluso de lo que es ser un
verdadero amigo en las buenas y malas. Que para estaba el teléfono o la conversación
directa.
Ha sido sin duda alguna una de las voces taurinas
más importantes de los últimos años. Tomaba el testigo de grandes en Venezuela
como fue su siempre admirado Antonio Aragón, Federico Núñez, o Víctor José López
“El Vito”, formando un estilo personal, donde su hilo del relato hacia adentrar
e imaginar al escucha lo que estaba en realidad sucediendo en la plaza de toros
e igualmente también en la cancha de futbol, porque también en el relato futbolístico
era un gustazo escucharle.
Le tome el pulso de su verbo al micrófono por vez
primera a mediados de los 90’ en las narraciones que por banda corta en nuestro
radio lográbamos captar de las ediciones feriales de San Sebastián. Ya venía de
varias temporadas haber tomado el testigo dejado por Don Antonio Aragón, quien
a comienzos de esos años quedaría parcialmente ciego, y luego totalmente,
dejando el veterano narrador la responsabilidad de llevar a los oyentes de su
casa de siempre, Ecos del Torbes, -alternada los últimos años con el circuido Éxitos-
el devenir de lo que más tarde fue su sello de identidad. La apasionada narración
taurina.
Y precisamente la radio era su escuela, pues su
padre, Don Erasmo Rosales, marcó pauta en la radiodifusión del Táchira por varias
décadas con su recordado El Mundo al Día, el cual por las noches con el fondo
del télex, nos resumía los hechos más importantes del día, ya fuera local,
nacional e internacional. He allí su amor a la radio, la que le serviría, tras
sus frustrados intentos de ser torero, en encontrar como válvula de escape para
hacerse finalmente con el pasar de los años, en nombre de referencia.
Sin duda alguna, fue y ha sido un gran relator, y
en especial desde hace varios años, excelente pluma, tras sus sabrosos escritos
donde analizaba, opinaba y sugería circunstancias propias al lio del toro en
las ferias venezolanas o de nuestros toreros, como bien quedó plasmados en
diarios como Frontera o blogs como vueltaalruedo, a cargo de este servidor, por
mencionar unas de tantas a las que tenía el privilegio de enviarles sus notas.
Pero la radio era su fuerte. Su espacio semanal,
los sábados a mediodía, era punto de referencia con interesantísimas entrevistas
y análisis a cualquier personaje del toro de interés del momento, no importase
que fuera nacional e internacional. Para eso no escatimaba recursos en
entrevistarle el tiempo y momento necesario, con tal de sacar provecho a la información
que pudiera darnos el entrevistado. Ejemplos, las campañas de Manolo Vanegas, Jesús
Enrique Colombo desde España, o entrevistas a Victorino Martin, Juan Pedro
Domecq Morenés, Eduardo Miura y en fin una larga lista de personalidades.
Pero su corazón no estaba bien. Este miércoles santo,
por la mañana manifestaría molestias, que le llevarían ir al médico –caso excepcional
en él- según cuentan, ayudado por su hermano, para ser de nuevo referido a su
domicilio donde en horas de la tarde, en su apartamento, fue encontrado por
quien los últimos años fue su compañera sentimental, complemento de su
felicidad como es la Sra. Rita Ramírez de Rosales. La parca se había llevado al
hombre, al amigo, al taurino de solera, al locutor con carta aval para
emocionarnos en corridas de toros o el futbol, dos géneros muy distintos y polémicos,
el cual Kike, dominaba con la muleta templada y firme del conocimiento y la verdad como premisa.
Nos une un gran dolor. Sentimos un gran vacío,
porque personas así no deberían irse, y menos en los momentos en las cuales atravesando
los venezolanos, donde requerimos de ejemplos a seguir. Son personas como Kike Rosales,
las que hace real aquel dicho, que “vale la pena luchar por nuestros ideales”,
los mismos que siempre tuvo claro, quien ha dejado un gran vacío en el relato
taurino por estos días.
Hasta luego mi estimado compañero. De ahora en
adelante mantendremos un dialogo más espiritual, y siempre te tendremos
presente, a sabiendas de las buenas lecciones que nos ofreciste. Descanso
eterno y que Dios te cobije en tu santa gloria. Ya sabemos que estarás
disfrutando de largas tertulias junto a tu padre, Don Antonio Aragón, el
maestro Fáraco, y muchos otros a quienes admiraste como el Gabo, Neruda, Arturo
Uslar Pietri y un sinfín más que sabemos te cobijaran como uno más del grupo,
haciendo dupla junto a tu “pana” del alma César Silva.
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